EL CALAFATE.- Un obelisco de hielo se desmorona en silencio y cae rotundo sobre el Canal de los Témpanos. Minutos después llega el ruido del impacto contra el agua hasta las pasarelas ubicadas a 500 metros en línea recta y se mezclan con los gritos de 3000 turistas, el público habitual de cada día en plena temporada alta. «El glaciar está cerrado», repiten como un mantra parados frente a la maravilla gótica de los séracs.

El fenómeno, que se repite con frecuencia variable desde 1917 de acuerdo con los registros históricos, volvió a ocurrir este verano. En octubre pasado, las autoridades del Parque Nacional Los Glaciares confirmaron el cierre oficialmente, aunque aquí nadie arriesga, ni siquiera los que más lo conocen, cuándo puede darse la estrepitosa ruptura.

«El glaciar en su posición habitual deja libre un canal muy angosto entre su frente y la costa de la Península de Magallanes y en ocasiones se apoyo sobre dicha costa. Ese canal conecta el Brazo Rico, que desagua al canal de los Témpanos y al Lago Argentino. Debido a la fluctuación natural del Perito Moreno, y a que su estado es definido «en equilibrio», en ocasiones se monta sobre esa costa formando un dique natural, que deja al Brazo Rico y al Brazo Sur cerrados», explicó a LA NACION Luciano Bernacchi, director de Glaciarium. Se trata de un centro de interpretación que abrió sus puertas hace cinco años en El Calafate con el objetivo de brindar información y explicaciones sobre la compleja historia del Campo de Hielo Sur.

Un glaciar en equilibrio significa que a lo largo de un año produce más o menos la misma cantidad de hielo que la que pierde; es decir, que tiene «un balance de masas en equilibrio». Su frente permanece en la misma posición desde hace unos 100 años «pero hay fluctuaciones o variaciones mínimas que pueden o no producir el cierre seguido de ruptura», explican los expertos. Bernacchi indicó: «Cada ruptura ha sido diferente, así que es difícil responder cuál es el grado de avance actual del proceso; claramente se puede decir que estos ocho metros de diferencia entre el Brazo Rico y el resto del lago es una diferencia considerable y un volumen de agua muy importante. En otras ocasiones, con esa diferencia sucedió la ruptura, pero a veces ha subido más de 20 metros».

«Se suele confundir cierre con ruptura. Cierre es el inicio del dique de hielo que impide el paso normal del agua y ruptura es la ruptura posterior, como consecuencia de ese cierre», detalló el director de Glaciarium, que es guía de montaña y amante de la Patagonia.

Esteban Echeverría es uno de los propietarios de la estancia «9 de Julio», que se encuentra recostada sobre el Brazo Rico; su padre habitó el lugar desde 1926 y su familia fue testigo de los diferentes procesos que el glaciar Perito Moreno llevó adelante en un siglo. «Con el actual nivel del agua, ya se cubrieron 5 km en sentido longitudinal de la costa», relató a LA NACION. Cada día observa el cambio del lago mientras recibe a los turistas en la «Estancia Río Mitre», nombre que adoptó el lugar, donde realiza cabalgatas y asados de cordero.

¿Ruptura o rotura? Según la RAE, la rotura es el quiebre de un cuerpo sólido, en tanto que ruptura se aplica al rompimiento de relaciones o vínculos entre las personas. Correspondería llamarle rotura al fenómeno que se repite cada vez que el dique de hielo se desmorona sobre el lago y se suele extender por varios días; sin embargo, por usos y costumbres aquí todos hablan de ruptura.

Quizá porque el hielo cobra vida cada vez que decide abrazarse amorosamente a la tierra, un lazo que se romperá indefectiblemente.