San Rafael, Mendoza 29 de septiembre de 2024

No estamos solos – Por Mariano Giménez

ovni“… Seguiremos viendo con la boca abierta esos discos luminosos que ya eran familiares en las noches de la Biblia, y seguiremos negando su existencia aunque sus tripulantes se sienten a almorzar con nosotros, como ocurrió tantas veces en el pasado, porque somos los habitantes del planeta más provinciano, reaccionario y atrasado del Universo.”
Gordon Cooper
Ex astronauta del Proyecto Mercury en carta a la ONU, 1978

«Sabemos perfectamente lo que vimos allí fuera, pero no podemos contar nada… Aún así, vimos cosas allá fuera, cosas extrañas…» 

John Glenn
Ex astronauta estadounidense 

 Ciudad de Mendoza, 3:30 a.m., 31 de agosto de 1968. Dos compañeros de trabajo, Juan de 29 años y Fernando de 26, parten en un Chevrolet del ’29 propiedad del último desde el Casino de la ciudad de Mendoza, donde ambos trabajaban, primero a la casa de Fernando (norte de la ciudad) donde Juan había dejado olvidado un sobretodo el día anterior, y luego hasta su casa, al sur de la ciudad, a llevarlo. Tomaron Huarpes, Laprida y doblaron hacia el norte por Neuquén, notando aproximadamente al 2300 que el automóvil presentaba un sorpresivo apagón del motor y luces. Bajaron para inspeccionar el desperfecto, y descubrieron, descendiendo a 45°, un potente y concentrado haz de luz lanzado, advirtieron, por un artefacto ovalado de aproximadamente 5 o 6 metros de diámetro y 1,5 de altura que se encontraba a 2 metros del suelo. Al mismo tiempo, encontraron 5 seres que se acercaron caminando por debajo del aparato. Los describieron como calvos, de 1,40 a 1,50 metros de altura, cabezas de mayor tamaño en proporción, ojos que brillaban intensamente y vestían trajes enterizos.

Los dos testigos comenzaron a recibir mensajes  directamente en sus cabezas que rezaban: “tres vueltas al sol para estudiar costumbres e idiomas”, “las matemáticas son el idioma universal”, “dominio de la gravedad”. Pese al miedo inicial, los dos hombres perdieron la capacidad de habla y las ganas de moverse, sumergidos en un profundo estado de relajación, sin sentir nada, con la mente en blanco, y la vista fija, como hipnotizados. Dos de los seres se les acercaron y tomándoos de las manos, les hicieron punciones en los dedos índices y mayor, “para estudiar su sangre”, explicaron. Un tercer ser se aproximó al auto con una “especie de soplete” con el que trabajó en la carrocería del mismo. Los dos seres restantes abordaron a la escena con un aparato circular que proyectó imágenes en colores: primeramente un terráqueo paisaje de una cascada con arboles alrededor, seguidamente un hongo nuclear, y por último el mismo primer paisaje, esta vez seco, invernal, destruido. Terminada la proyección, los cinco individuos subieron por el haz de luz hasta la nave, y se alejaron rápidamente.

Los dos amigos recuperaron el sentido, y se dirigieron hasta el Liceo General Espejo en busca de ayuda, ubicado a 300 metros. Se incautó el reloj de Juan, detenido a las 3:42 a.m., se encontró gran cantidad de mercurio en el vehículo, y en la parte izquierda quedó impreso un pirograbado en la que, luego de consultar a especialistas, se pudo interpretar lo siguiente: Un sistema solar con una estrella en el centro  y tres planetas con sus orbitas, la estrella sería nuestro sol, los tres planetas serían Mercurio, Venus y el tercero la Tierra, remarcado, y conectado con tres líneas hacia un cuerpo celeste perteneciente a otro sistema solar, puede leerse, Ganímedes, luna rocosa de Júpiter, usualmente comparada con la Tierra, y a la que muchos atribuyen vida por la presencia de una atmósfera y agua (oficialmente sólo en estado sólido).

De ser así, los seres procedentes de Ganímedes, considerarían a Júpiter como su sol, lo cual no es descabellado teniendo en cuenta que este último planeta,  emite dos y media veces más calor que el que recibe, siendo la principal fuente de calor de Ganímedes, que se encuentra a 926 millones de kilómetros del Sol, pero sólo a 1 millón de Júpiter,  y por cierto, el enorme ¿planeta? Júpiter es según muchos especialistas, una estrella todavía no apagada, una “enana negra”, por lo que nuestro sistema solar sería un sistema binario. El resto de los símbolos alrededor, corresponderían según algunos a letras griegas, ecuaciones que explicarían el mapa astronómico, o según otros, lenguaje Arameo, de la ciudad de Biblos, “idioma de Dios”.

Los visitantes, según el grabado dejado en el automóvil, serían habitantes de  Ganímedes, advirtiendo (con la proyección de imágenes) sobre las irresponsabilidades del uso de la energía nuclear, urgiéndonos en la “lengua divina”, recordemos que en 1968 el mundo estaba en plena guerra fría, con la constante amenaza de ataques atómicos.

Hasta aquí una cercana experiencia mendocina, que tomó mucha notoriedad en su época, llegando incluso hasta la corte suprema de la provincia. Sus tópicos se repiten en muchísima experiencias ufológicas, patrones extremadamente repetitivos; advertencias sobre la energía nuclear, tomas de muestras sanguíneas, mensajes directamente a la mente de los contactados, Ganímedes, seres pequeños y de grandes cabezas, etc.

Me interesa muchísimo la ufología, parece absurdo que después de tanta evidencia siga siendo un asunto tan atentado, tan victima de suspicacias y ridiculizaciones, pero así es, y depende de nosotros transformar tal enfoque, puede beneficiarnos más allá de lo concebible. Por lo tanto quise acercar una anécdota regional que puede hacernos reflexionar sobre lo cercano que es este fenómeno maravilloso.

El universo en un jardín sembrado de vida, todo es vida de hecho, todo está vivo, y esto incluye a otros seres inteligentes, algunos mucho más inteligentes que nosotros, y por cierto, muchos están visitándonos con sus naves, hay evidencia por doquier, y con el surgimiento de la accesibilidad a las nuevas tecnologías de la información y comunicación como internet, está toda al alcance de un clic. En Youtube se pueden encontrar irrefutables pruebas, videos tomados por las millones de cámaras que llevamos con nosotros todo el tiempo a todos lados, donde podemos apreciar fenómenos ufológicos impresionantes, colegas del universo que han desarrollado tecnologías avanzadas y viajan a través de la inmensidad de “ahí afuera”, y nos visitan, nos estudian, tal vez nos ayudan o han ayudado en el pasado, nos observan, incluso nos protegen, las evidencias lo prueban.

Podemos encontrar miles de experiencias ofrecidas por internautas que ahora pueden compartirnos sus extraordinarias vivencias, y así, mucho más. Cosas que poco tiempo atrás eran de absoluta potestad de gobiernos que ciertamente prefirieron ocultar, quizás temiendo revueltas, o rupturas en el orden establecido. Hay también, por supuesto, falsedades en medio de la democratización de la información en la que vivimos,  falsedades de las que muchos se esconden para desacreditar y ridiculizar la evidente verdad, pero esas falsedades no son más que una muy minoritaria porción.

No se trata de estupideces sin sentido, los conocimientos y tecnologías siendo manipuladas por las civilizaciones extraterrestres que nos visitan, pueden romper y transformar por completo el mapa de poder acá en la Tierra. Un mundo íntegramente impulsado por la energía, otorga un gran poder a quien la controla. Nuevas energías como las que usan las naves tan ampliamente documentas y avistadas por siglos o quizás milenios en nuestros cielos, pueden arrebatar de un momento a otro el poder enorme que ejercen quienes controlan la energía en nuestro planeta. Tal vez por eso es un fenómeno tan eficazmente ridiculizado, pero no es un juego.

El planeta está atiborrado de contaminaciones producidas por la creación sucia de las energías a las que somos adictos, y el esquema tiene que cambiar si no queremos terminar en el abismo, pero tal cosa no podría más que borrar de un plumazo a las enormes concentraciones de poder alrededor de la energía, pensemos en el petróleo por ejemplo. Por lo tanto, es y será resistido. Pero no podemos ser parte de esa resistencia, y siendo inconscientes o riéndonos de esto, nos perjudicamos ingenuamente. Cambiemos nuestra propia mente, y cambiamos al mundo.

Puede ser increíble hasta qué punto nos auto-inhibimos por las fuerzas satirizantes que inteligentemente nos mueven. Mi propia abuela me dijo, como quien no quiere la cosa, hace poco tiempo, que una flotilla de platillos de distintos tamaños, con luces parpadeantes, había sobrevolado silenciosa a unos pocos metros de ella cuando vivía en Cuadro Benegas, una madrugada, ante sus azorados ojos. Y muchos más los vieron, según me dijo. Todos lo guardaron por miedo a ser burlados.

Para terminar, una luz al final de túnel. Hace unos días el presidente de Estados Unidos Barack Obama asistió al popular programa de televisión de Ellen Degeneres. Al final del show, una niñita de 4 o 5 años que sabía todo sobre presidentes fue invitada a sentarse al lado del presidente. La conductora, Ellen, entre risas, le sugirió a la nena que preguntara algo al presidente. La niña, ni lerda ni perezosa preguntó; “¿Son reales los aliens?”. Obama respondió que todavía no hay contactos, que todos lo sabrán si sucede en el futuro, bla bla. Pero esto nos dice que estamos ante un tema instalado, no ya sólo para la chacota, sino como algo de lo que hasta el mismo presidente tiene que hablar seriamente. Que una niña de cinco años lo considere de tal forma, nos dice que una nueva etapa ha comenzado para bien de todos.

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