En  la goleada -una más- por 6-1 con la que el Barcelona le ganó al Celta, Messi, que además fue la figura, dejó una perla para su propia historia personal.

Con el partido 3 a 1 y un penal a favor la Pulga, habitual ejecutor de los tiros desde los doce pasos, tomó carrera pero en el momento del remate decidió dar un pase hacia a delante para que Luis Suárez anote el gol con el arco a su merced. La jugada, que tiene un antecedente notable en el también súper crack  Johan Cruyf pero para el Ajax en 1982, fue la nota saliente de una nueva demostración de poderío blaugrana.