Las autoridades redoblaron las medidas de prevención ante la llegada de Jonas, con vientos de hasta 100 km/h; cancelan miles de vuelos y piden a la gente no salir de sus casas.
Fue bautizada Jonas, pero todos la llaman Snowmaggedon. Una histórica tormenta de nieve comenzaba a cubrir anoche la costa este de Estados Unidos y enmudecía a varias ciudades, que se aprestaban a capear el temporal.
Las calles de Washington, cubiertas de sal, se veían ayer más desiertas que de costumbre. En algunos supermercados y almacenes hubo largas colas y góndolas vacías -lo mismo que en Nueva York-, y las escuelas, universidades, agencias gubernamentales, los organismos financieros y museos cerraron más temprano, o directamente no abrieron. Mucha gente trabajó desde la casa. El sistema de transporte quedó en punto muerto: el subte y los trenes suburbanos cerraron, y Amtrak canceló todos sus trenes hacia al sur y la mayoría hacia al norte de la ciudad. El mantra: guardarse, quizás hasta pasado mañana.
Temerosa, Washington no ahorró en precauciones. Una pequeña nevada el miércoles provocó un caos de tráfico por la falta de preparativos, y Bowser tuvo que disculparse ante las críticas. Ayer se deshizo en advertencias. «Es una tormenta mayúscula. Tiene implicancias de vida o muerte y todos los residentes del distrito de Columbia deberían tratarla de esa forma», dijo.
Hubo tantos que se tomaron tan a pecho esa orden que se escucharon quejas por escasez de papel higiénico o algunos alimentos en supermercados, un fenómeno bastante común por estas latitudes ante las tormentas severas, recibidas, a veces, como el mismísimo apocalipsis. Cada tanto, el clima ridiculiza las precauciones. Pero, en otras ocasiones, todo preparativo resulta insuficiente. Ocurrió con Katrina, en 2005; Sandy, en 2012, o con el temporal que «cerró» Nueva York a fines de 2010, o el que dio origen al nombre Snowmaggedon, en Washington, en febrero de ese año. Nadie habló de otra cosa.
Hubo, también, colas en las estaciones de servicio. Una paradoja si se piensa que las calles quedarán intransitables por varias horas y se pidió, una y otra vez, que nadie condujera. El gobernador de Maryland, Larry Hogan, ordenó que 2700 topadoras estuvieran listas para despejar la nieve. Cientos de miles de toneladas de sal fueron volcados en calles y veredas.
Volar resultó imposible para cientos de miles de personas: unos 6000 vuelos quedaron cancelados ante la inminente paralización de varios aeropuertos. La estación de trenes Union Station era la contracara de las calles: mostraba más movimiento, ya que más de uno anticipó su viaje en tren para eludir la tormenta.
En Nueva York, las autoridades anticipaban una tormenta mucho menos severa que en Washington, pero de todos modos el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, urgió a todos a quedarse en sus casas. Será el plan más popular del fin de semana, forzado por Jonas.
Los efectos del paso de Jonas
La tormenta de nieve paraliza la costa este
6000 vuelos cancelados por la llegada de la tormenta Jonas, las autoridades norteamericanas cancelaron 2800 vuelos que debían despegar ayer y 3200 previstos para hoy
29 millones es la cantidad de personas en alerta máxima en la costa este por la tormenta, que en total podría afectar a 85 millones de habitantes
76 centímetros es la cantidad de nieve que se acumularía en los estados más golpeados; los vientos llegarían a 100 km/h
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1864630-una-megatormenta-de-nieve-paraliza-el-nordeste-de-eeuu
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