San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Pistas falsas y huellas de los celulares

Después del tiroteo de Ranchos del 31 de diciembre, una serie de pistas falsas y ineficiencias varias, llevaron a los gobiernos provincial y nacional a perder seis días clave buscando a los fugados en el sur del Gran Buenos Aires y la zona de Chascomús. El miércoles 6 la AFI aportó el dato del «aguantadero» en que estaban escondidos desde hacía seis días en San Carlos, Santa Fe. Al día siguiente, «un error operativo» de la Gendarmería llevó a mandar el grueso de las tropas que habían llegado a tres construcciones de ese campo de Santa Fe y un pequeño pelotón al galpón-«aguantadero», ubicado mil metros más al sur. Los Lanatta y Schillaci se dieron cuenta del operativo, hirieron a tres gendarmes y les robaron una camioneta Berlingo. A 40 kilómetros sostuvieron otro tiroteo y tuvieron que huir a pie, sin celulares, comida y agua. Ahí quedaron quebrados en su voluntad de huir. Su entrega era, entonces, una cuestión de resistencia física y días.

En el buche de la puerta de la Berlingo se encontraron dos celulares. En una mochila de Schillaci había un mapa en el que habían señalado las rutas alternativas para llegar al Chaco y desde allí a la Triple Frontera, donde tenían contactos y viejos cómplices.

El juez federal Sergio Torres ordenó a la Policía Federal, la Gendarmería y la AFI que investigaran con quiénes hablaron por teléfonos durante esta cinematográfica fuga.

Descubrieron más de «cien contactos», algunos de los cuales serán capturados o citados a declarar en los próximos días y otros datos que reflejan esas ineficiencias. La Kangoo de la ex suegra de Schillaci atravesó el 31 de diciembre la Capital Federal, a pesar de que tenía un pedido de captura, sin que ninguna fuerza de seguridad la detuviera. Quizás gracias que los fugados llevaban encima dos radios para escuchar las frecuencias de la policía. La agencia que maneja Gustavo Arribas aportó el dato que la Kanggo había sido comprada el 18 de diciembre y que disponía de tres células azules para poder ser manejada. Estos y otros datos confirman que la fuga fue planificada.

En las huellas de las llamadas telefónicas de los fugados se encontró que unos días antes del escape del 27 de diciembre mantuvieron un llamativo silencio. Se trata de la misma estrategia que el fiscal de Delitos Complejos de Mercedes, Juan Ignacio Bidone detectó que los fugados habían usado antes del Triple Crimen de General Rodríguez. Bidone entregó a todos sus colegas y a las fuerzas de seguridad listas de los contactos frecuentes de los teléfonos de Lanatta y Schillaci en la cárcel y de sus allegados y direcciones. Bidone tiene ahora su cargo la investigación para intentar capturar al acusado de ser el ideólogo del asesinato de Sebastián Forza y sus dos socios y financista, Ibar Pérez Corradi (Ver aparte). Pese a que tiene un pedido de captura de EE.UU. Pérez Corradi se encontraría en un país vecino, según fuentes judiciales. También se sabe que cambia frecuentemente de computadoras y que alquila varias casas a la vez.

Una de las líneas de investigación apuntan a gente de Pérez Corradi como apoyo logístico de los fugados durante estos 15 días de fuga. Sin embargo, no tuvieron equipos muy caros.

Lo más sofisticado fue un fusil de combate FAL y haber podido plotear la camioneta con los símbolos de la Gendarmería en Santa Fe. Pero otras fuentes, ponen al «El Faraón» Melnyk en la mira (Ver página 14). Los investigadores suponen que los fugados habían convenido el 27 de diciembre con «El Faraón» volver por más suministros 24 horas después. Pero la AFI advirtió a la Justicia de ese contacto y se frustró esa segunda visita, lo que dejó al trío con menos recursos de los previstos.

Este tema de los recursos logísticos lleva a la pregunta si detrás de los recapturados está el cartel de Sinaloa del «Chapo» Guzmán. Es cierto que este cartel estaba detrás de la efedrina.

Pero por lo que se conoce hasta ahora parece no haber apoyado la frustrada fuga. En cambio, sí el cartel podría sostener a Pérez Corradi, quien ya hace casi 3 años permanece prófugo.

Contenta con el desenlace de la fuga, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, acusó a Aníbal Fernández de «haber puesto permanentemente palos en la rueda de la investigación».

El ex jefe de Gabinete dijo irónicamente que los fugados cayeron por «un bache» en la ruta y no por la investigación. Pero, en realidad, fue recapturados tras un intenso operativo con errores y aciertos.

Fuente: http://www.clarin.com/politica/triple_crimen-vidal_0_1502849746.html

 

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