Dos días de persistentes lluvias en el Gran Mendoza (30 mm en 24 horas), causaron caos en varios departamentos, con el saldo más grave de familias de escasos recursos damnificadas por el fenómeno.

Ramas y árboles caídos, semáforos sin funcionar, tendidos eléctricos por el suelo, calles anegadas, cortes de luz y de agua potable fueron algunas de las consecuencias de las tormentas.

En la madrugada de ayer, las calles de la ciudad eran verdaderos “ríos” y no pocos recordaron aquel trágico aluvión de 1970, que también se produjo un 4 de enero.

El agua que cayó en las primeras horas del martes se ensañó con habitantes de asentamientos precarios o barriadas donde las construcciones son endebles. Tal el caso de la villa Alberdi, a los costados del canal Pescara, en Maipú. Allí residen en casas más que frágiles y sin servicios sanitarios unas 80 familias, muchas de ellas de mujeres solas con niños.

Pasaron la noche a la intemperie y en el mediodía de ayer fueron asistidos por los servicios sociales de Maipú. Una de las damnificadas, Stella Maris Carmona, contó que será muy difícil retornar a su casa, semi derrumbada y llena de agua y barro. Trece de estas familias fueron llevadas a un polideportivo.

A pocos metros de la villa Alberdi el IPV está construyendo un barrio para mudar a estas familias y a los adjudicatarios de una cooperativa. Pero la obra está parada: algunos municipales señalaron que la ejecución se encuentra al 45%, aunque el intendente Alejandro Bermejo lo subió a 70%.

El propio jefe comunal calificó de “preocupante” la situación general del departamento, con numerosos anegamientos por colapso de cursos de riego y colectores y vías de circulación afectadas. El cementerio de Maipú fue cerrado mientras personal desagotaba diversos sectores inundados.

En barrios de Gutiérrez hubo viviendas que sufrieron el colapso de sus cloacas. Los vecinos señalaron que faltan obras, pero el intendente atribuyó el trastorno a la conexión clandestina de los desagües pluviales con los caños cloacales. Empero, Bermejo prometió que el municipio se ocupará de remediar la situación.

Edificios inundados
Numerosos edificios del centro de la Ciudad y los alrededores resultaron anegados por las aguas desbordadas. Las acequias, saturadas de basura, no pudieron contener la corriente y en diversos casos los sótanos se inundaron, como ocurrió con la guardia del Hospital Central y numerosos comercios.

En tanto, brigadas municipales trabajaron en los barrios del oeste, especialmente en La Favorita, Flores, Santa Rita, San Martín y Olivares. En este último, pegado a la UNCuyo, había por lo menos 80 casas inundadas, puntualizó Ana Urrutia, directora de Acción Social de Capital.

Hubo también gran cantidad de árboles caídos, como uno de gran porte en la Costanera casi Corrientes, que casi anuló el tránsito por esa arteria varias horas.

En tanto, el subsecretario de Infraestructura Social Básica de la provincia, Guillermo Carbonell, recorrió escuelas del Gran Mendoza para verificar los posibles daños ocurridos por las lluvias.

Una de las más castigadas fue la Julio Leónidas Aguirre, en Las Tipas y Corredor del Oeste, Godoy Cruz. Sufrió la caída parcial de una pared de ladrillos y columnas de hormigón que actúan como medianera con el Hipódromo.

“El muro ya presentaba un estado muy deteriorado y las lluvias generaron el colapso”, destacó el funcionario. La directora del establecimiento reportó la pérdida de mobiliario, computadoras y documentación de la institución. También el Cuartel Central de Bomberos sufrió el derrumbe de una pared.

En la zona de Villa Hipódromo cayeron muchos árboles, por lo que la circulación de vehículos se vio interrumpida en diversos sectores, que se fueron librando a medida que avanzaba el personal municipal, que empezó actuar en la madrugada. Los problemas se concentraron especialmente entre el Corredor del Oeste y Beltrán, y desde Santiago del Estero hasta Antártida Argentina.

Los operarios municipales de Godoy Cruz contaron con el soporte de trabajadores y maquinaria de la Cooperativa Eléctrica de Godoy Cruz, ya que los árboles dañados causaron roturas en diversos sectores del tendido eléctrico.

En Guaymallén y Las Heras
Otro departamento castigado fue Guaymallén, donde el agua corrió por las calles perjudicando el tránsito de vehículos y peatones. “Las complicaciones fueron muchas”, admitió el intendente Marcelino Iglesias.

A pesar de los últimos operativos de limpieza, la cantidad de basura que hay en las acequias derivó en su desborde hacia las calles, muchas de las cuales recobraron la transitabilidad varias horas más tarde. Los carriles Tomás Godoy Cruz y Bandera de los Andes, entre otros, soportaron esa contingencia. “Hemos hecho 10% de los trabajos de limpieza de acequias que tenemos que realizar”, admitió el jefe comunal, que achacó el déficit -nuevamente- a la crisis económica que atraviesa la Municipalidad.

En otro departamento del Gran Mendoza, Las Heras, se reportaron 15 viviendas inundadas, algunas con peligro de derrumbe. Dos familias se autoevacuaron en el barrio San Francisco del distrito El Plumerillo.

Al igual que en otras partes, hubo caída de árboles, uno de los cuales se desplomó sobre dos automóviles en Manuel A. Sáez y Guido Spano; y el restante en calle San Luis, lo que derivó en problemas en el tránsito.

Asimismo, dos vehículos terminaron en cauces: uno en un canal de calle Maza y 9 de Julio, episodio que merituó la intervención del Servicio de Emergencia Coordinado (SEC) para auxiliar a los accidentados, y el restante, un auto ocupado por una sola persona, se introdujo en una cuneta en Sarmiento y Uruguay.

Las barriadas más castigadas del departamento fueron Espejo, 26 de Enero, San Francisco, Belgrano y 5.000 Lotes.

Por otra parte, un camión de gran envergadura cortó un cable de energía eléctrica en Acceso Norte e Independencia, dejando sin luz a la zona hasta que actuó personal de Edemsa.