En ese paper, la entidad sostiene que su “misión primordial” en 2016 “será velar por la estabilidad monetaria de la economía” y que “el descenso paulatino de la inflación” será su “meta de mayor jerarquía”.

Para lograr esto, aseguró que se valdrá “principalmente de las tasas de sus propios títulos y de los pases pasivos como instrumentos fundamentales de regulación monetaria”. Y agregó que “la anunciada publicación de un nuevo índice de precios en 2016” le “permitirá hacer más explícitas” sus “pautas de inflación”.

Para bajar la inflación también apuntará “decididamente reducir la tasa de expansión de la cantidad de dinero”, criticando que “durante los meses previos a la presente gestión se convalidaron elevadas tasas de emisión”. Esta medida estará acompañada además por “un régimen de flotación del tipo de cambio, que permitirá un necesario grado de flexibilidad para afrontar shocks por contextos internacionales adversos”.

La flotación cambiara es considerada una herramienta muy importante por la entidad para bajar la inflación, ya que permitirá “comenzar a disociar las dinámicas de precios domésticos de la evolución del tipo de cambio”.

En ese sentido, sostiene que “los esquemas de cambio rígidos fueron un paso previo pero seguro a una devaluación, mientras que la flotación implica que el peso podrá apreciarse o depreciarse dentro de una trayectoria compatible con una inflación en descenso”.

Otras metas

Por otro lado, otra de las principales metas del Central para 2016 será “desarrollar el sistema financiero local y promover instrumentos de ahorro en moneda nacional que estimulen el ahorro en pesos”. Esto permitirá “darle mayor solidez al sistema crediticio, canal por el que se potenciará el desarrollo productivo y se buscará ampliar el crédito hipotecario”.

Por último, el tercer objetivo principal del Central será “fomentar decididamente la bancarización” para “obstaculizar el crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de dinero”, además de contribuir “a la formalización de la economía”.