Brian Krzanich, presidente de Intel, sabe montar en hoverboard. Lo demostró en el discurso de la compañía en el CES, saliendo al escenario sobre un modelo avanzado y más estable que los miles de clones que han protagonizado estas pasadas fiestas. Pero, a juzgar por su discurso, Krzanich sabe algo más. La era de la bautizada como Internet de los Objetos está a la vuelta de la esquina y la compañía de Santa Clara quiere el mismo papel protagonista que tiene en el mundo de la informática tradicional.Tiene abiertos muchos frentes. La compañía presentó un acuerdo de colaboración con New Balance para crear un reloj inteligente especialmente orientado a corredores. Llegará al mercado a finales de año.
La empresa deportiva también está investigando la impresión en 3D de suelas personalizadas para cada usuario utilizando la tecnología Intel Real Sense, cámaras capaces de ver en tres dimensiones Y extraer moldes, por ejemplo, de la planta del pie sin necesidad de recurrir a máquinas especializadas.Intel colaborará también con la marca Oakley para crear gafas que puedan ayudar a los corredores a mejorar el rendimiento deportivo usando la voz como método de control. Las mismas tecnologías servirán también para crear vehículos personales capaces de detectar el entorno y moverse de forma autónoma o drones que puedan evitar una colisión de forma inteligente.Con estos acuerdos Intel trata de evitar el error que cometió con la telefonía móvil. Centrada en el mercado de los PC, no pudo desarrollar una línea de procesadores de bajo consumo capaces de seducir a los fabricantes de smartphones, un enorme mercado que acabó en manos del consorcio ARM, que licencia su arquitectura a empresas como Samsung, Apple o Qualcomm.
La compañía trabaja ahora en tres plataformas de muy bajo consumo -Atom, Curie y Quark- que podrán integrarse en todo tipo de productos, desde monopatines eléctricos hasta la propia ropa.
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