Nunzio Coffaro recorrió 7.000 kilómetros por tierra al frente de una caravana de tres camiones, tres camionetas y varios trailers con el objetivo de llegar a Buenos Aires y participar de la prueba.

Tiene su historia Nunzio Coffaro, un venezolano de 40 años que alterna su actividad de empresario («de servicios, pero nada que ver con las carreras», dice sin más precisiones) con la de piloto, especialmente de competencias de cross country.

Antes de haber largado el Dakar, ya había recorrido el 80 por ciento de la extensión total de la la carrera, con los 7.000 kilómetros que por tierra tuvo que hacer desde Barcelona, una ciudad venezolana ubicada a 400 kilómetros de Caracas, hasta Buenos Aires. No fue la primera vez que hizo semejante raid llevado por su pasión por el Dakar, pero esta vez debió cambiar la habitual ruta por el Pacifico («más larga, pero con carreteras asfaltadas») y se vio obligado a cruzar el Amazonas.

«Por el conflicto con Colombia, nuestro país tiene cerrada la frontera y por eso tuve que buscar otras alternativas. Podría haber embarcado mi equipo, pero me costaba 100 dólares por cada uno de los camiones», contó antes de precisar que el equipo estuvo compuesto por 15 personas, entre ellas una mujer, tres camiones, tres camionetas y los trailers que llevaron los autos de carrera.

Nunzio Coffaro salio de Venezuela el 11 de diciembre y llegó el 22. Las dificultades aparecieron al llegar al Amazonas. Primero, con la incertidumbre de que los camiones de 25 toneladas pudiesen cruzar por los 20 puentes de madera. Hubo deliberaciones, se decidió pasar y pasaron, no sin alguna tensión. Pero lo peor estaba por venir cuando 14 de los 15 integrantes del equipo sufrieron una intoxicación, por la que padecieron diarrea durante varios días. La excepción fue Patricia, la única mujer y encargada de logística. La contraposición resultó Carlos, el encargado de prensa, que fue el más afectado y debió regresar a Venezuela. «Tuvimos que pasar dos días en un hotel reponiéndonos y luego para recuperar el tiempo perdidos anduvimos manejando durante todo el día», contó Coffaro.

Luego de 11 días, muchas peripecias y algunas rencillas en el grupo («la convivencia entre distintas personalidades fue un problema»), el grupo llegó a Buenos Aires. Para compensar tantas penurias y privaciones festejaron Navidad y Año Nuevo en un restaurant de Puerto Madero. «Respeto mucho esas fiestas como buen descendiente de italiano», acotó Coffaro.

Coffaro se conforma con llegar en este Dakar, en el que ya avanzó algunos puestos sobre la Toyota. Luciendo una remera con los colores venezolanos y con la celosa presencia de Jael, su encargada de prensa, Coffaro respondió así ante una pregunta de Clarín sobre la complicada situación política en su país: «Como soy un atleta no quiero hablar de política, pero la situación en Venezuela no es tan mala como dice la prensa, hay colas para comprar productos de precios sugeridos, como pasa en Argentina, pero para las otras cosas no hay problemas para compralas si tu tienes el dinero».

Tiene su historia este Nunzio Coffaro que corre el Dakar sostenido por su pasión y su gran poder económico.

Fuente: Clarín http://www.clarin.com/deportes/dakar-2016/piloto-manejando-Venezuela-correr-Dakar_0_1498650487.html