La pizarra de uno de los restoranes del puerto de Mar del Plata ofrece precio promocional: una ensalada de mariscos, bebida y postre a $150 por persona. El remate de la oferta es “dejate tentar”. Y de eso se trata esta temporada en casi toda la Costa Atlántica, de retener al turista unos días más, que consuma un extra o que prefiera el cobijo de la carpa rentada antes de hacer malabares clavando en la arena su propia sombrilla. Hay beneficios de todo tipo. Además de ofertas en gastronomía, los hoteles permiten que el mínimo de reserva sea de tres noches y además ofrecen descuentos o financiamiento hasta en 12 cuotas sin interés con tarjeta. Así se preparan para hacerle frente a un verano en el que la oferta no iguala a la demanda y en el que la gente estuvo atenta al dólar.   

“La gente llega a la inmobiliaria con las valijas y negocia el precio, que en muchos casos o se mantuvo como en 2015 o no representan más del 25% respecto del año pasado. Y solemos ofrecer un 10% de descuento con tal de que alquilen”, dice Oscar Gonnet, dueño de una cadena inmobiliaria en Mar del Plata. Su local está ploteado con ofertas de departamentos: un ambiente cuesta $700 la noche y un dos ambientes, $900. La mitad de los departamentos todavía no se alquiló. Hay más opciones. Una semana de enero en un apart ubicado a cien metros de la playa en Valeria del Mar cuesta $20 mil. Si el pago es con tarjeta, puede financiarse en doce cuotas sin interés o con un “combo”, que consiste en pagar $10mil de reserva en efectivo y resto en doce cuotas de mil.

 Los balnearios rebajan el alquiler de carpas por más de 3 días. La tarde en un balneario de La Perla pasó de $520 a $450. Y además, si se abona con tarjeta Nativa, hay spa de regalo. En Playa Grande hay descuentos del 20% con Banco Provincia y seis cuotas sin interés. La sombra allí cuesta entre $650 y $800 la jornada. También hay ofertas en comida: hay lugares donde almorzar por menos de $100 y mucho “comen dos, paga uno”.

En Pinamar, los turistas ya no son ABC1. De hecho, el último viernes en la puerta de la Sociedad Italiana había media cuadra de cola. Dos familias fueron directo a la única mesa libre y se armó un escándalo. La razón era sencilla: el lugar es famoso por su comida casera y barata.  Es que para que el presupuesto familiar alcance hay que hacer un trabajo de campo fino: detectar restaurantes baratos o días en los que las tarjetas tienen descuentos, encontrar hoteles que permitan pagar en cuotas, reducciones de tarifas por pago en efectivo y hasta lugares que hayan bajado sus precios.

“Este verano habrá una merma de público en la Costa: algunos demoraron en tomar la decisión por las elecciones, otros guardaron dólares, otros fueron a Brasil o usaron las promociones de pasajes de avión en 24 cuotas”, dice Alejandro Bienaimé, secretario de Turismo de Pinamar.

“En el sector inmobiliario de Pinamar se tomó la decisión de congelar los precios, igual que en hotelería y playa”, tuiteó el intendente, Martín Yeza. Según José Ferreira, presidente de la Asociación Hotelera y Gastronómica de Pinamar, el 99% acató la medida y mantuvo los precios que tenía antes de que se definieran las elecciones y los precios se dispararan.

“En algunos casos los precios bajaron hasta quedar prácticamente empatados con el verano pasado, como si no hubiera habido ajustes por inflación”, dice. Es su caso: su alojamiento, la Posada Pecos, bajó la tarifa un 20%.

La posibilidad de pagar en cuotas también se volvió una ventaja frente a Brasil. “El verano pasado, los alojamientos que aceptaban tarjeta te decían ‘sí, pero en un pago’. Hoy muchos hoteles permiten pagar en 12 cuotas. Además, descuentan por pago en efectivo”, dice Javier Gismondi, a cargo de los hoteles Yarmá, Mojomar, Ciro, Valeria, Venecia y Ayres de Mar. El, por ejemplo, ofrece un 15% de descuento por pago en efectivo.

“También ofrecemos cenas sin cargo. Están todos cerrando sus vacaciones tan sobre la marcha que hay que tentar a los turistas para que no se escapen”, cuenta. Héctor Vega, gerente del Hotel Playas, agrega: “Nosotros también decidimos ofrecer al turista facilidades. Antes, sí o sí tenían que quedarse mínimo una semana, ahora permitimos quedarse tres o cuatro días”. A partir de hoy sabrán si los anzuelos funcionaron.