El gobernador es Alfredo Cornejo y eso es toda una diferencia respecto del anterior gobernador. Se trata de la obviedad de que son dos personas distintas, cada uno con sus formas de ejercer el poder y tomar decisiones y hasta en esos detalles que desnudan obsesiones y desprecios. En pocos días han aparecido esos detalles que van definiendo el “estilo Cornejo”, una manera de hacer las cosas con la que deberemos convivir durante cuatro años.

Un ejemplo del “estilo Cornejo”. Un hombre del gabinete se encuentra con un periodista de Los Andes en los pasillos de Casa de Gobierno.

-¿Tiene los nombres definidos de su equipo?-pregunta el periodista

-Sí… los tengo…

-¿Los tiene que aprobar Cornejo?- pregunta el periodista cortando un largo silencio.

-Sí.

La demora en la conformación completa del equipo de gobierno, lo que se conoce como segundas, terceras y cuartas líneas aún no están definidos.

Eso es porque el Mandatario quiere dar su visto bueno a cada una de las personas que nombran sus ministros. Incluso, se cuenta que hubo nombres vetados por el Gobernador.

Es costumbre que los hombres seleccionados por cualquier mandatario son los ministros y que cada uno de éstos elija sus colaboradores de confianza. No es el “estilo Cornejo”.

En realidad este control férreo sobre la gestión no es nuevo. Es uno de los datos previos con los que cualquiera que conozca a Cornejo de la Municipalidad de Godoy Cruz, sabe que es su forma de hacer, estar encima de todo y presionar a los funcionarios del equipo.

El hombre es obsesivo, meticuloso en cada movimiento. Y trata de tener bajo su control, pero no se trata sólo de control, sino de información. Hay otro dato que ha aparecido en distintos tramos de la campaña y también en estos días, su reclamo permanente del debate con “información fidedigna”. Es que los datos ciertos son también una de sus obsesiones. Siempre quiere saber lo que pasa y más acabadamente que el resto de los jugadores.

Alguien podría preguntarse si es posible gobernar controlando todo, hasta el mínimo detalle, porque la provincia no es la comuna. “Va a estar encima hasta que vea que los engranajes funcionan. Entonces va a relajar”, dice uno de los que lo conocen.

Podría decirse que los engranajes aún no están puestos, por lo que tampoco han arrancado y como contrapartida, el aliado político nacional Mauricio Macri está largando medidas de gobierno una tras otra, aunque también es cierto que las medidas locales que pueden tomarse seguramente son menos espectaculares. Pero evidentemente poco es lo que se comunica, la mayor parte de las cosas son quejas de la herencia y algunos gestos simbólicos.

No hay que confundir información con comunicación. El anterior mandatario, Francisco Pérez, hizo fuertes inversiones en un aparato de comunicación estatal, inventó “Iniciativa Mendoza” como una red informativa, Acequia TV. Cornejo no es ingenuo acerca del poder de la comunicación, pero su interés en la información es en tanto insumo para la elaboración de escenarios.

Para entender las diferencias de estilo en torno a la comunicación, nótese las diferencias del eslogan de gestión de Cornejo “Nuevo gobierno”, frente al de Pérez “Espíritu grande”. El de Cornejo seguramente será de corto aliento, porque con el correr de los meses su gobierno dejará de ser nuevo, el de Pérez siempre será una promesa no comprobable porque los espíritus no se ven y a veces se convierten en fantasmas.

De hecho, hay quienes comentan en voz baja que esa inversión en comunicación de la anterior gestión no se replicará en ésta. Se hurga entre los propios empleados públicos diseñadores para trabajar en la imagen del gobierno; recursos propios y menos onerosos.

Más aún, un dato curioso surge de los nombramientos de equipos de prensa en las diferentes áreas del Gobierno. Lo usual es que cada ministro ponga a su hombre para atender a la prensa. Ahora no, es el jefe de prensa de Cornejo, Pablo Sarale, el que está poniendo ese recurso humano. Obviamente, todo bajo la atenta mirada del Gobernador.

Control, meticulosidad son la marca del “estilo Cornejo” que ha trascendido hasta ahora. Hay otro elemento que surge casi sutilmente. Es raro ver a un gobernador en mangas de camisa, pero no a Cornejo. En la semana que pasó, apareció como una ráfaga para presentar a la nueva conducción del Instituto Provincial de Juegos y Casinos (IPJyC). Apenas un jean y una sobria camisa gris, quizá una forma de construir imagen de trabajo y no de intocable funcionario de traje.

Poco amor por la corbata, un saco oscuro y camisas claras (blancas o celestes). Su única obsesión en el aspecto personal es la afeitada. En tiempos lejanos ni siquiera esto cuidaba y solía usar una hirsuta barba; desde hace un tiempo no.

Alguien recuerda su amor por el calzado cómodo: “Lo que nos costó sacarle las Topper”, dicen y a coro alguien cuenta que en la semana pasada antes de ir a jugar un partido de fútbol, pasó por Casa de Gobierno, con los cortos y los botines puestos. Evidentemente las obsesiones en el “estilo Cornejo” no están centradas en la imagen personal.