Es el cáncer que más mortalidad genera, pero la expectativa por las nuevas drogas está cambiando la historia de esta enfermedad que mata en la Argentina a 10.000 personas por año
De todos los tipos de cáncer que existen, el de pulmón es el que tiene más mortalidad genera, ya que más de uno de cada cuatro casos de cáncer diagnosticados involucran este órgano.
El cáncer de pulmón es una enfermedad que tradicionalmente tiene muy mal pronóstico, ya que según estadísticas médicas un paciente sin tratamiento no vive más de seis meses.
Diferentes estudios presentados en congresos internacionales, demuestran que la supervivencia promedio de vida ha ido aumentando sensiblemente gracias a la implementación de terapias dirigidas mediante tratamientos moleculares, así como por el uso de nuevas drogas que permiten identificar el tumor a tiempo.
«Las terapias personalizadas en cáncer de pulmón avanzado con metástasis han revolucionado a la enfermedad en los últimos años. Estas permiten detectar en un grupo de pacientes, cuál es la vía o señal que conduce al tumor en crecimiento, y así comenzar a trabajar enfocado con el objetivo de cronificarlo», explicó a LA NACION el doctor Claudio Martín, jefe de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming.
Y agregó: «Hasta hace muy poco, se apostaba a interrumpir todas las vías posibles por donde el tumor podía conducirse con más o menos efecto. En cambio, con el surgimiento de las terapias personalizadas, ahora se intenta detectar por dónde se conduce ese tráfico y así interrumpirlo, alcanzando efectos positivos muy importantes».
Así, las terapias dirigidas interfieren en el crecimiento y la división de células cancerosas de diferentes maneras y en diferentes puntos en la etapa de desarrollo, crecimiento y diseminación del cáncer, por ejemplo, a través de un bloqueo en las señales que «avisan» a las células cancerosas que crezcan y se dividan descontroladamente.
Esos tratamientos dirigidos contra estos blancos moleculares transforman en muchos casos a una enfermedad con pronóstico negativo a corto plazo, en una en la que la supervivencia puede llegar a triplicarse o multiplicarse por cuatro.
«Las terapias dirigidas, y la inmunoterapia con drogas, han logrado en muchos paciente cronificar la enfermedad. Si bien en muchos tumores aún no se logran detectar los trastornos moleculares, o bien no hay una terapia dirigida para ellos, diversas investigaciones continúan adelante intentando sean capaces de accionar mecanismo antitumorales. Se trata de nuevas esperanzas que permiten desterrar el concepto de que el cáncer de pulmón es igual a muerte. Esto ya no es así», afirmó el oncólogo, miembro de la Asociación Argentina de Oncología Clínica.
Diferencia con la quimioterapia
La aparición de la quimioterapia fue uno de los avances médicos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. En algunos tipos de cáncer la quimioterapia es altamente efectiva aumentando la esperanza de vida e incluso en algunas circunstancias llegando a producir la cura de la enfermedad, aunque en el caso del cáncer de pulmón, sólo logra supervivencias promedio de 9 meses.
La quimioterapia actúa a nivel de mecanismos celulares afectando la replicación celular e interfiriendo los mecanismos de duplicación del ADN, procesos que son comunes a las células neoplásicas y a las células normales, por lo que actúa indiscriminadamente produciendo numerosos efectos tóxicos sobre los órganos sanos, lo que deriva en severas complicaciones en el organismo.
«Estos agentes quimioterapéuticos están siendo complementados por una nueva generación de terapias que reconocen las células cancerosas y apuntan directamente a ellas. Así, este tipo de terapias dirigidas ofrecen mayor beneficio y menos efectos secundarios», resaltó Martín.
Por ejemplo, en casos de cáncer de pulmón, los tratamientos con quimioterapia logran supervivencias promedio de nueve meses, mientras que con terapias dirigidas se la logrado sobrevidas de tres a cinco años.
«Esto se traduce en un beneficio mucho mayor del que se obtienen con las quimioterapias habituales, y con mucha menor toxicidad. Lo que ha permitido en muchos casos convertir al cáncer en una enfermedad crónica», aseguró el experto.
«Las ventajas de las terapias dirigidas son enormes. Ofrecen la posibilidad de que el tumor responda al tratamiento, de controlarlo durante mucho más tiempo y, consecuentemente, ofrecer al paciente una sobrevida de calidad, con menos efectos colaterales que en las terapias habituales, y triplicando las posibilidades de supervivencia», concluyó el especialista.
Algunas de estas nuevas drogas son el afatinifib, el primer inhibidor irreversible de los receptores ErbB aprobado en cáncer de pulmón de células no pequeñas (Cpcnp), que retrasa la progresión del tumor cerca de un año, mejora significativamente los síntomas relacionados con la enfermedad en comparación con la quimioterapia estándar y prolonga la sobrevida global. Y el nintedanib, que prolonga la sobrevida global en segunda línea de tratamiento del Cpcnp en adenocarcinoma.
La nueva droga, denominada ceritinib, es un inhibidor oral, selectivo de la ALK (quinasa de linfoma anaplásico) que demostró beneficios como terapia del Cpcnp. En nuestro país, está indicada como segunda línea de tratamiento, para aquellos individuos a los que ya se les había administrado un inhibidor de ALK.
«El ceritinib se enmarca en la idea de poder realizar tratamientos en forma personalizada, una vez que uno identifica la vía por la que el tumor está creciendo y así tender a la cronificación de la enfermedad, que es el objetivo actual del control del cáncer avanzado: hacer que los pacientes puedan convivir con su enfermedad manteniendo su calidad de vida, al igual que como se convive con la hipertensión, la diabetes o la mayor parte de las enfermedades del ser humano», afirmó el Dr. Martín.
«En estos últimos años, hemos empezado a conocer mejor la biología de los tumores», manifestó la doctora Claudia Bagnes, médica oncóloga, jefa del Servicio de Oncología del Hospital Tornú.
«Sabemos que dentro de los grandes tipos histológicos que podemos identificar por su anatomía patológica, existen otros subgrupos que son reconocidos por técnicas más sofisticadas y precisas. Dentro de estas alteraciones hay dos en cáncer de pulmón que nos interesan principalmente, porque marcan un pronóstico de ese tumor y además nos van a predecir qué respuesta va a tener el paciente a ciertos tratamientos específicos; una de ellas es la que genera el Cpcnp ALK+. Este tratamiento nos brinda una probabilidad mayor de poder disminuir el tamaño y extensión de la enfermedad, prolongar la sobrevida del paciente libre de progresión, ofrecerle una mejor calidad de vida y una disminución de los síntomas relacionados al cáncer,» precisó la especialista.
Estadísticas que alarman
De acuerdo a estimaciones del Instituto Nacional del Cáncer de la República Argentina,en 2012 murieron por cáncer casi 62.000 hombres y mujeres; el cáncer de pulmón fue responsable del 14.9% de estas muertes, con 9230 defunciones por año. Es por lo tanto una de las enfermedades neoplásicas más importantes en nuestro país, que afecta principalmente a personas a partir de los 60 años, aunque menos del 15% de los casos acontecen en personas menores de 30 años.
También en 2012, ocurrieron más de 160.000 muertes por cáncer pulmonar en EE.UU., sobrepasando el número combinado de muertes por cáncer de mama, próstata y colon.
Sin distinción de sexos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el cáncer que más mortalidad genera. Si se diferencia por sexo la mortalidad por este cáncer se encuentra en primer lugar para varones y en tercer lugar para las mujeres (luego del de mama y colon-recto).
La OMS calcula que cada año mueren 1.200.000 personas en el mundo por este flagelo. El consumo de tabaco es el factor de riesgo más importante y es la causa del 22% de las muertes mundiales por cáncer en general, y del 87 % de las muertes mundiales por cáncer de pulmón.
Suele originarse a partir de células epiteliales y puede derivar en metástasis e infiltración a otros sitios del cuerpo. Los síntomas más frecuentes suelen ser dificultad respiratoria, tos (incluyendo tos con expectoración sanguinolenta) y pérdida de peso, así como dolor torácico, ronquera o hinchazón en el cuello y la cara.
Se clasifica en dos tipos principales en función del tamaño y apariencia de la células malignas: el cáncer pulmonar de células pequeñas (microcítico) y el de células no pequeñas (no microcítico). Esta distinción condiciona el tratamiento y así, mientras el primero por lo general es tratado con quimioterapia y radiación, el segundo tiende a serlo además mediante cirugía.
En la gran mayoría de los casos, el cáncer pulmonar es prevenibles. La inhalación de sustancias causantes de cáncer como el humo del tabaco (87%) puede producir cambios en el tejido pulmonar poco después de la exposición, llamados cambios precancerosos. Sin embargo, el cáncer en sí mismo se va desarrollando típicamente a lo largo de muchos años, y si se detecta en una etapa suficientemente temprana, por lo general se puede tratar exitosamente con diversos tratamientos.
Estigmas y desconocimiento
De todos los tipos de cáncer que existen, el de pulmón es el que tiene más mortalidad genera. Pero este dato y la relación del tabaquismo con esa enfermedad parece no conocerse del todo bien, en la Argentina y otros países de América latina.
Según una investigación divulgada por un laboratorio farmacéutico, que incluyó a 3000 participantes adultos de la Argentina, Colombia y México, además del gran desconocimiento respecto al cáncer de pulmón, hay un gran estigma asociado con esa enfermedad.
La encuesta «La encuesta «Podría ser tu pulmón», de 2014 y divulgada este año en la ciudad de Chicago, EE.UU., donde se desarrolló la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés), aproximadamente 8 de cada 10 consultados declararon que no sabían nada, o sabían poco, sobre el cáncer de pulmón, una enfermedad que mata más personas que el cáncer de colon, de mama y de próstata, juntos.
Más del 90 % de los consultados cree que fumar es el principal factor de riesgo del cáncer de pulmón, pero los investigadores afirman que es una realidad que puede afectar a cualquiera. El oncologo italiano Giorgio Scagliotti, de la Universidad de Torino, brindó en ASCO un dato paralizante: entre un 15 a 20 por ciento de los casos positivos en el mundo de esta enfermedad que afecta el sistema respiratorio, se presenta en personas que nunca fumaron.
«El cáncer de pulmón tiene una mortalidad del 80 por ciento, ya que la mayoría de los casos se detecta cuando está en un estadío avanzado (grado 3). Y de ellos, el 95 por ciento son malignos», explicó a LA NACION en una de las ponencias del congreso del cáncer en Chicago. La enfermedad se puede contraer también por efectos de la contaminación del aire, por alteraciones genéticas, inhalar asbesto, humos de la cocina o el que se respira como fumador pasivo.
Los encuestados dijeron que las personas que tienen cáncer de pulmón se lo han buscado por fumar (73 % en Argentina, 75 % en Colombia y 68 % en México), y dos tercios de los participantes respondió que los enfermos son mayormente, o totalmente, responsables de su cáncer.
Un 85 % de los participantes del estudio reconoció la importancia de dejar de fumar, el 60 % cree en el diagnóstico temprano, 57 % en la buena comunicación entre médico y paciente, y el 55 % en el apoyo de la familia, los amigos y la comunidad.
Diagnóstico a tiempo
Según informa el Instituto Nacional del Cáncer (INC), el diagnóstico temprano del cáncer de pulmón es el principal condicionante para el éxito en su tratamiento. En estadios tempranos, este tipo de cáncer puede, en alrededor del 20% de los casos, ser tratado quirúrgicamente con éxito de curación.
Sin embargo, debido a su virulencia y a la dificultad para la detección precoz, en la mayoría de los casos diagnosticados en los que ocurre metástasis el cáncer de pulmón presenta (junto con el cáncer de páncreas y esófago) los peores pronósticos, con una esperanza de vida promedio de aproximadamente 8 meses.
En la mayoría de los pacientes el diagnóstico se plantea ante datos clínicos y cuando en un estudio radiológico se detecta alguna anormalidad pulmonar.
Se suelen realizar exámenes complementarios a los pacientes con cáncer de pulmón para determinar su estado general, incluyendo la historia clínica y exploración física completas, recuento hemático completo, bioquímica sanguínea, y pruebas de función pulmonar como la espirometría y la determinación de gases en la sangre arterial.
«Debido a lo asintomática que en muchos casos resulta la enfermedad en sus estadios tempranos, los pacientes suelen acudir al especialista tardíamente, presentando ya un desarrollo muy avanzado de la problemática», afirmó el doctor Rosemberg.
Sin embargo, «el extraordinario avance tecnológico en materia de imágenes: radiografías simples, tomografías computadas y más recientemente la tomografía de Emisión de Positrones ( PET-CT) permiten detectar patologías pulmonares casi en sus comienzos, modificando sustancialmente la manera de enfrentar la enfermedad», afirmó el experto del Instituto Alexander Fleming.
El mismo especialista sostiene que «en los últimos años se ha dado vuelta una página en la historia del Cáncer de Pulmón. Gracias a esta evolución, cada vez encontramos más pacientes con estadios tempranos cuyos tratamientos resultan generalmente más sencillos y exitosos».
Que el paciente realice su consulta a tiempo para lograr detectar la enfermedad en un estadio precoz -es decir, antes de que el tumor supere en volumen los dos centímetros-, permite «el empleo de técnicas quirúrgicas menos agresivas y que entregan buenas expectativas de alcanzar una cura definitiva», destacó Rosenberg.
Y agregó, a modo de recomendación: «En aquellos individuos fumadores que consuman o hayan consumido más de 7 cigarrillos diarios durante más de 5 años, la consulta anual debería ser una conducta a seguir a partir de los 50 años de edad. Si bien aquellas personas que nunca fumaron no están libres de padecer un cáncer de pulmón, la relación en cuanto a incidencia entre fumadores y no fumadores es de aproximadamente 10 a 1».
Marta Artigas, presidenta y fundadora de la Fundación Atención Comunitaria Integral al Paciente Oncológico (Aciapo) criticó «el sistema de Salud fragmentado que hoy posee la Argentina», al precisar que los pacientes están muchas veces desprotegidos, especialmente aquellos que presentan un grado de vulnerabilidad, pre y post diagnóstico, como los que atraviesan un cáncer de pulmón.
«El deambular para conseguir sus tratamientos, que a veces no llegan o sufren demoras significativas, es escena corriente que deteriora su calidad de vida y restringe seriamente las posibilidades de sobrevida», destacó Artigas.
Por ello, recalcó que las Organizaciones de la Sociedad Civil tienen la obligación de acompañar y orientar y convencer a las Autoridades de Salud de trabajar en forma conjunta para garantizar los derechos de los pacientes de acceso a los mejores tratamientos, como las nuevas terapias dirigidas que son el hoy la clave para combatir esta enfermedad.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1849760-terapias-dirigidas-cuando-el-cancer-de-pulmon-ya-no-significa-muerte
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