San Rafael, Mendoza viernes 03 de mayo de 2024

Michel Noher: Un galán sin fronteras

noherTiene estirpe, apellido célebre, talento heredado y también propio, pero sin dudas, lo que más caracteriza al actor Michel Noher es su espíritu aventurero o, como él mismo describe, su “alma gitana”. Desde hace más de tres años está inmerso en un periplo fronteras afuera de Argentina, que le brindó la oportunidad de hacer cine para una producción norteamericana, ser uno de los galanes de la televisión italiana, triunfar en Brasil y convertirse en uno de los actores argentinos con mayor proyección internacional. Sin embargo, a los 32 años, Michel no se conforma y ahora quiere ser también profeta en su tierra: por primera vez desembarca con un rol protagónico en el horario central de la televisión local, donde interpreta al seminarista Nicolás Aguilera, el encargado de complicarle la existencia a Esperanza y al padre Tomás, los personajes de Lali Espósito y Mariano Martínez en Esperanza mía, la tira de El Trece.

¿Qué se siente subirse a un fenómeno como lo es “Esperanza mía”?
¡Es muy loco! Y muy inesperado, porque no era algo que estaba en mis planes. Es el programa del momento, y que de pronto me llamen a mí para formar parte de ésto es muy lindo. Hacía un año y medio que no hacía nada para Argentina, y me encantó volver.

¿Te sienta bien el rol de villano?
Nunca había interpretado a uno, y me encanta… ¡me re divierte! Debo tener cara de buen pibe, porque no me llaman nunca para hacer de malo. El villano siempre tiene la posibilidad de llegar a ciertas intensidades que muchas veces al galán no se las permiten. Además, es una de las pocas oportunidades que tenemos para hacer lo que no se nos permite en la vida real, ser perverso con la gente, malvado con todos.

Parecía que habías entrado para ser un cura más en el convento, pero te transformaste en el tercero en discordia…
En un principio no sabía que iba a ser el malo, pero el personaje fue mutando de esta manera. La novela, a diferencia del cine o el teatro, es una obra abierta. Uno sabe que empieza desde un lugar y que después puede ocurrir cualquier cosa. Por supuesto, muchas veces me encariño con el personaje y me da bronca, pero sin dudas esos giros son un gran aprendizaje. Con Nicolás no dejo de sorprenderme: los niveles de maldad a los que hoy en día está llegando no sé si fueron pensados desde un principio. Estos cambios fuertes que hubo, actoralmente me resultaron muy divertidos.

Michel afirma que está asombrado con los seguidores de Esperanza mía, y los describe como uno de los más fervorosos: “Hay chicas que están desde que llego a las ocho de la mañana y siguen ahí cuando me vuelvo a casa”. Además, se divierte con los reclamos que le hacen en las redes sociales para que deje en paz a Esperanza y a Tomás. Pero la euforia y el fanatismo desmedido no son algo nuevo para él. A principio de este año se emitió en Brasil Siete vidas, una super producción de Rede Globo que lo tuvo como uno de sus protagonistas.

Michel Noher en «Siete Vidas», la novela de Rede Globo

“Siete vidas” fue tu primer protagónico en Brasil, ¿Cómo fue la experiencia?
Fue muy loco todo lo que pasó allá: mi personaje en es el último de los siete hermanos que aparece, que entra con una historia fuerte al necesitar una donación de órgano, que fue el disparador para tener que encontrar a estos seis medio hermanos nacidos por donante de esperma. Yo comencé a terciar en la pareja joven protagónica, y fue alucinante como de pronto mucha gente comenzó a hinchar por mí… ¡Por un argentino en Brasil! Todo muy inesperado: la gente en la calle me abrazaba, me felicitaba, me decían que les encantaba lo que yo hacía. Inclusive algunos me preguntaban si en serio era argentino. Fue una experiencia muy divertida. Me recibieron muy bien, y recibí también muy buenas devoluciones de colegas muy grosos que trabajan allá.

¿Y no te agobió un poco todo ese furor?
En Brasil hay una cuestión con los paparazzi, que es mucho más fuerte que acá. Donde estás, van y te sacan una foto y muchas veces no podía creer o no podía entender qué es lo que estaban buscando.

¿No podías creer que lo hagan o no podías entender que a alguien le interese ver una foto tuya?
(Piensa) Es verdad, me cuesta entenderlo cuando se trata de mí, pero también es cierto que muchas veces me encuentro a mí mismo leyendo algo que le pasó a Robert De Niro y me engancho (risas). ¿Por qué? Ni idea. Sin embargo yo no soy muy del cholulismo. Imaginate, mi viejo (Jean Pierre Noher) es actor, así que siempre tuve una relación extraña con eso. Inclusive hasta me causó algún tipo de rechazo, porque era como compartir mi papá con un montón más de personas. Y ya de por sí yo no lo tenía todo lo que quería porque siempre viví lejos de él, en Bariloche.

¿Cómo empieza tu relación con Brasil?
Empezó hace diez años, cuando fui por primera vez allá. Me acuerdo que ese año había firmado un contrato para hacer una novela en Canal 9, y como luego se cayó, con la plata que cobré me fui sólo para allá, subiendo de a poco, conociendo las playas. Hasta que llegué a Río de Janeiro, entonces aluciné con la gente, con lo bien que me recibieron, con los paisajes, con la naturaleza, con el lugar. Fue lo más cercano que tuve a un viaje iniciático. Y tan así fue que volví con muchas ganas de mudarme allá, aunque sea un tiempo, y sin importarme qué iba a hacer.

¿Te costó arrancar como actor allá?
Cuando mi viejo se fue a trabajar a Brasil, trataba de ir siempre que podía: me pedía una semana, unos días y me iba para allá. Llevaba material, iba a Rede Globo con él, conocía gente. Y así, de a poco, con muchos proyectos que no se dieron, me fui metiendo de a poquito

A la hora de elegir: ¿Buenos Aires o Río de Janeiro?
Me enamoré de Río y el haber vivido allá sólo hizo crecer ese amor. Allá se da algo que asocio a eso que sentía cuando vivía en Bariloche, que es el contacto con la naturaleza. Pero haber vivido lejos me dio otra perspectiva de Buenos Aires, una mirada que había perdido. Y es una ciudad hermosa: andás por la calle y se respira cultura. Se siente en las casas, en la gente, en los bares. Pero bueno, así como estoy ahora, un poco acá, un poco allá y otro poco vaya uno a saber donde, para mí es perfecto.

Recuadros

Michel y Jean Pierre Noher: Dos generaciones, una misma elección

Su rol en Siete vidas le dio la oportunidad a Michel de compartir elenco nada más y nada menos que con su padre, el actor Jean Pierre Noher. “Fue una experiencia surrealista (risas). Lo más loco es que en la novela, mi viejo interpretó a mi papá adoptivo. En la ficción, mi papá biológico era un donante de esperma, y a él le tocó interpretar al que me adoptó. Fue muy loco, y al mismo tiempo muy lindo hacer eso con él, compartir los dos o tres meses que trabajamos juntos allá. Me encantó vernos juntos. Y fue de mucho encuentro: ponete a pensar que yo viví toda mi vida lejos de él”.

¿Qué dijo cuando le informaste que querías ser actor?
No me podía decir que no. Tampoco valía la pena que me dijera que me iba a cagar de hambre, porque yo lo viví y vi cómo la pasó él. Si bien yo vivía en Bariloche, cuando lo visitaba había épocas de bonanzas y épocas de sólo polenta. Sé de los altibajos que tiene esta profesión, de lo inestable que puede llegar a ser. Pero cuando uno la elige no tiene en cuenta todo eso. Y eso lo aprendí viendo la pasión que tiene mi papá.

De Argentina para el mundo
Su paso por “Siete vidas” (foto) le abrió las puertas a nuevos proyectos, entre ellos el participar en la tercera temporada de “El negocio”, la serie de HBO que cuenta la vida de tres mujeres que revolucionaron el mundo del sexo y la prostitución en Sao Paulo. “El negocio es la única serie latinoamericana que llega a una tercera temporada. Se da en HBO Brasil, HBO Latinoamérica y también en Estados Unidos”, informa orgulloso.

Lali, la más admirada


Lali Espósito en Esperanza mía se terminó de asentar como uno de los grandes baluarte del medio artístico argentino. Con su talento para la actuación y el canto conquista cada día más espacio y no deja de despertar la admiración de los que están a su lado. Y Michel Noher no es la excepción: “Es una de las artistas más completas que he visto en mi vida. Como actriz, como persona, es una genia. Tiene 23 años, ya no es una niña, pero sigue siendo una prodigio. Veo todo lo que hace, y le tengo mucha admiración. Actúa muy bien, canta, baila, tiene su productora, hace sus recitales, tiene un carisma increíble, es muy buena compañera, híper profesional. Un ejemplo”.

Fuente: Clarín – http://www.clarin.com/extrashow/tv/michel_noher-esperanza_mia_0_1458454565.html

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