Desde 2004, la UNCUYO cuenta con una incubadora de empresas donde se desarrollaron proyectos tan exitosos como Energe y Colbo. Este año se creó el área de Desarrollo Emprendedor. Las claves para hacer realidad una buena idea.
La incubadora crea un ambiente controlado, que facilita el desarrollo de los seres vivos. Del mismo modo, la Incubadora de Empresas que la UNCUYO creó en 2004 se convirtió en el espacio ideal, donde maduraron proyectos innovadores y de base tecnológica. Hoy son firmas que ofrecen sus productos distintivos en el mercado nacional e internacional.
Una idea innovadora: ese es el punto de partida, según Juan Pablo Bustos, el coordinador del Área de Desarrollo Emprendedor de la Secretaría de Desarrollo Institucional y Territorial de la UNCUYO. Pero se apura a advertir que eso no es suficiente, que a ese condimento esencial hay que agregarle un prototipo, un plan de negocios y, sobre todo, mucho trabajo y compromiso.
La Universidad fue pionera en la creación de esta herramienta. Bustos aseguró que aprendieron de sus errores, que entendieron que antes de ofrecer sus servicios debían sensibilizar a la comunidad universitaria acerca de la posibilidad de elaborar un proyecto propio y transformarlo en su forma de vida.
Una idea innovadora
Como todos los años desde su creación, la Incubadora realizó un concurso de proyectos –la última fue la 11.° edición–, una nueva oportunidad para seleccionar iniciativas que merecen apoyo, y al que puede presentarse cualquier persona aunque no tenga relación con la UNCUYO. De esas convocatorias surgieron ideas que hoy son empresas exitosas, como la de tres estudiantes de Ingeniería que soñaban con hacer calefones solares y formaron Energe SA; o de ese estudiante de diseño que rescató el trabajo de la diseñadora y ceramista Colette Boccara y que luego formó Colbo, cuyas piezas utiliza hasta la reconocida chef Narda Lepes.
Por año se presentan alrededor de 30 proyectos y, luego de una selección, generalmente siguen en carrera entre 6 y 8. Los elegidos reciben asistencia técnica, económica, una red de contactos, los consejos de reconocidos empresarios y hasta un sitio donde trabajar hasta que cuenten con uno propio.
Bustos destacó que el año pasado se jerarquizó el proyecto. Se creó el Área de Desarrollo Emprendedor, que tiene dos pilares: la Incubadora de Empresas y el programa Universidad Emprendedora. Este último promueve la creatividad en todos los niveles educativos, desde el primario hasta el universitario, a través de talleres y concursos.
En cuanto a la Incubadora, Bustos comentó que avanzaron en dos iniciativas: unespacio de intercambio de experiencias de emprendedores, que realizan fuera del ámbito universitario, y la conformación de una red de mentores, integrada por 10 empresarios mendocinos que aportan su tiempo ad honorem para colaborar con las iniciativas.
¿Cómo define a un emprendedor?
Tenés conceptos de libro, pero nosotros lo definimos de una manera más lúdica: el emprendedor es el que hace lo que tiene que hacer para que las cosas pasen. Y trata de alcanzar el éxito, pero dentro de ese éxito están incluidos los sueños, que son lo que le permite meterle pasión al emprendimiento.
¿Existen diferentes tipos de emprendedores?
Sí, y están bien marcados. Está el emprendedor por necesidad, que busca generar autoempleo para sobrevivir. Está el de moda, es decir que aprovecha una circunstancia; por ejemplo, cuando se pusieron de moda las canchas de paddle. Este inicia un emprendimiento pero no busca vivir de él. Y también están los emprendedores por oportunidad, que son los que quieren vivir de sus emprendimientos y son con los que generalmente trabajamos.
¿Qué tipos de proyectos apoya la Incubadora de Empresas?
La incubadora está inserta en un ámbito científico, tecnológico y académico, por eso apoya emprendimientos que sean innovadores o de base tecnológica, que sean intensivos en conocimiento, que agreguen valor, que tengan un alto potencial. Por ejemplo, si alguien propone fabricar aceite de oliva, eso puede ser un buen negocio, pero si lo hace de forma tradicional no agrega valor, no incorpora conocimiento, no tiene alto potencial; es un proyecto productivo, comercial y tradicional. Hay incubadoras que apoyan este tipo de iniciativas, pero nosotros seleccionamos emprendimientos con base tecnológica.
¿Cuál es la modalidad de trabajo?
Dividimos el trabajo en tres etapas: una de preincubación, en la que ingresa una ideaproyecto de base tecnológica, se desarrolla el modelo de negocios y se analiza la viabilidad económica y técnica. Luego sigue una etapa de incubación propiamente dicha, en la que pasamos a la puesta en marcha de la empresa. En ese momento es clave Uncusa, la sociedad anónima de la Universidad, que permite hacer las primeras ventas cuando aún no hay una empresa conformada. Cuando la empresa está consolidada en el mercado, lo definimos como una etapa de postincubación: los servicios de la incubadora ya no son críticos, la Universidad sale y sigue con otro emprendimiento.
¿Los emprendedores deben pagar para recibir los servicios de la incubadora?
En la etapa de preincubación se firma un contrato, donde la Universidad les dice: “Si ustedes desarrollan el proyecto, si se involucran, no se les cobra; pero si abandonan el proceso en la mitad, entonces se cobra”. Pero eso nunca pasó. El objetivo no es cobrar. La idea es que se comprometan. En la etapa de incubación, donde existe un flujo de fondos supuestos, se negocia algún tipo de retribución. Puede ser un canon fijo, aunque es un instrumento muy rígido. Por eso vamos por el lado de una participación en las ventas, o una pequeña participación accionaria, que es simbólica, siempre on el fin de que los emprendedores puedan retribuir de alguna manera los servicios que reciben de la Universidad y que esto enere ingresos y se pueda retroalimentar el sistema.
Contacto Incubadora de Empresas de la UNCUYO
Teléfono: +54 (261) 425 6238
Correo-e: incubadorauncuyo@uncu.edu.ar
Skype: incubadorauncuyo
Fuente: Unidiversidad – http://www.unidiversidad.com.ar/la-innovacion-como-punto-de-partida
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