Cada vez menos reservas

Durante el mes de octubre pasado, el Banco Central vendió dólares-ahorro (a precio oficial) por una cantidad récord de 700 millones de dólares, lo que implicó seguir sacrificando reservas internacionales. En los tres primeros días de noviembre ya tuvo que vender 400 millones por lo que, habría que suponer, se puede superar fácilmente la cifra del mes anterior.

Todo hace pensar que el banco Central y la AFIP no quieren endurecer la entrega de dólares a precios subsidiados para no generar ninguna tormenta con vistas a la segunda vuelta electoral. Pero también aprovecha la brecha para que los inversores puedan hacer la clásica “bicicleta” de revenderlos en el mercado paralelo. Además de las ganancias de unos pocos, el gobierno consigue aumentar la oferta de divisas en el mercado paralelo y mantener contenido el precio del “blue”.

El gobierno intenta con cualquier método que no se note el problema. El lunes recurrió a una operación de “pase”, que es un préstamo de corto plazo, para poder sumar 1.000 millones de dólares y disimular las salidas permanentes de reservas.

Es tan poco serio lo que se está haciendo que lo que se vende diariamente para que algunos compradores puedan jugar a sacar diferencias supera lo que se le entrega a la industria automotriz o a la electrónica para poder importar insumos y mantener el ritmo productivo.
Como parte de la estrategia para contener el precio del dólar paralelo, también el BCRA alentó la suba de las tasas de interés, y hoy los bancos están pagando cerca de un 26% anual, con lo cual el aumento de las tasas se traslada al costo financiero de los préstamos, tanto de consumo como para la producción. Esto asegura que la parálisis de la economía se mantenga.

Con vistas al 22 de noviembre, el gobierno tratará de que no se le escape ninguna de las variables, pero sobre todo el dólar paralelo, que es donde se reflejan las expectativas de los ahorristas.

Pero donde también tuvo que poner un freno fue el mercado de futuros. En dicho mercado el BCRA ha vendido más de 12.000 millones a valores cercanos a los 10 pesos con vencimientos en febrero y marzo. Tales acciones merecieron una amenaza de denuncia penal, por lo que no siguieron con las mismas pero les pusieron trabas a los operadores.

Si el gobierno pudiera congelaría todo y dispondría un feriado cambiario hasta que pase el balotaje, con la esperanza que el candidato oficialista gane las elecciones en la segunda vuelta. El método es inapropiado porque el daño que se le produce a la economía no es bueno para el país, cualquiera sea el triunfador el 22 de noviembre.

Por Rodolfo Cavagnaro – Especial para Los Andes