San Rafael, Mendoza jueves 28 de marzo de 2024

Tutankamón entra en ‘quirófano’

TutankamonA principios de año se vio envuelta, muy a su pesar, en un escándalo que sonrojó a los responsables del Museo Egipcio de El Cairo. La máscara dorada de Tutankamón, una obra maestra de su extenso ajuar, fue dañada en una chapucera restauración. Pero el estropicio, en el que se llegó a usar un vulgar y resistente pegamento, tiene arreglo. Las autoridades egipcias han anunciado este martes que un equipo germano-egipcio acaba de iniciar una cura que podría concluir a principios del próximo año.

El apaño sucedió en agosto de 2014 durante la renovación de la iluminación de la galería donde se exhibió hasta que hace dos semanas los empleados del museo retirara la pieza para trasladarla a quirófano. Los operarios tocaron la efigie -que pesa unos 11 kilos y está hecha de oro y piedras semipreciosas- y la barba trenzada se desprendió. Tras un primer y frustrado intento de fijarla, varios miembros del departamento recurrieron a la resina epoxi, un adhesivo muy resistente e inapropiado que acabó dañando la joya. Los restos de la cola son todavía visibles en el mentón del faraón niño.

Tras meses de suspense, el ministerio de Antigüedades egipcio ha inaugurado este martes un proceso de restauración aún incierto. «Estamos aún en proceso. Puede ser que el proyecto haya concluido a finales de este año. Antes necesitamos saber el estado exacto en el que se halla la barba. Una vez analizado, presentaremos un plan al comité científico con las alternativas posibles para restaurar la pieza», ha señalado el arqueólogo germano Christian Eckmann, especialista en restauración de metales y responsable del equipo, en una abarrotada rueda de prensa entre las salas del museo.

«Aún tenemos ciertas dudas. No sabemos la profundidad a la que llegó el pegamento dentro de la barba y desconocemos cuánto tiempo necesitaremos para quitarlo», ha reconocido Eckmann. «Intentamos realizar todo el trabajo por medios mecánicos usando, por ejemplo, palos de madera», ha precisado. En una pequeña estancia del museo -que guarda entre vitrinas polvorientas y salas atestadas de obras la mayor colección faraónica del planeta- el equipo de Eckmann ha recibido este martes a la prensa. Con la máscara recostada sobre una mesa, los expertos se han dejado fotografiar mientras realizan estudios microscópicos para conocer su estado y preparar el remedio.

El egiptólogo alemán ha advertido que el proceso precisará de la paciencia que no tuvieron quienes la hirieron y obligaron a retirarla de la exhibición por cuarta vez desde su formidable hallazgo.50.000 euros del Gobierno alemán

El escándalo saltó a los medios el pasado enero cuando varios empleados del departamento de restauración denunciaron el desaguisado. Las autoridades, que en principio negaron el destrozo, terminaron reconociéndolo y encargaron a Eckmann la compleja restauración. Su labor comenzó la pasada primavera. En mayo, Egipto estableció una comisión que ha analizado los desperfectos y adquirió un equipo especial de rayos X para comprobar la situación de la pieza.

El Gobierno alemán desveló el mes pasado que aportará 50.000 euros para reparar la maltratada máscara, uno de los 5.398 objetos hallados por Howard Carter en la tumba de Tutankamón en 1922. La cotizada obra luce sobre hombros y pecho un hermoso collar con piedras engarzadas e inscripciones mágicas extraídas del Libro de los Muertos para proteger al monarca. Un réplica construida en yeso ha sido clave para hallar el modo de subsanar el estropicio.»Una de las claves era como tratar con la resina epoxi. Ahora sabemos que a unos 42 grados de temperatura este tipo de epoxi se puede retirar fácilmente con un método mecánico. Hemos hecho varios ensayos previos y tuvimos éxito» ha relatado a EL MUNDO Moamen Ozman, jefe del departamento de conservación del Museo Egipcio. «Los estudios que hemos realizado han señalado que hay dos tipos de pegamentos, uno muy resistente y otro suave, ambos de la restauración realizada en 2014.

Nos queda que retirar el más complicado», ha agregado.El paso por laboratorio de la máscara -el principal reclamo del museo- se ha convertido además en un filón para los estudiosos, interesado en reunir más datos sobre su fabricación. «Al mismo tiempo hemos sometido a la máscara a varios análisis para conocer más sobre el cristal, las piedras preciosas e incluso el oro. Hemos incluso estudiado su interior y hemos encontrado fragmentos que pertenecían a la momia de Tutankamon», ha señalado Ozman.De momento, el mayor interrogante sigue siendo el modo de unir la barba al resto de la pieza y restituirle su honor. «No se ha decidido aún el material que vamos a usar. Hay varias opciones pero no puedo adelantar nada», ha comentado el máximo responsable de restauración del emblemático museo. «Espero, en cualquier caso, que a principios del próximo año pueda volver a exhibirse. Será nuestro regalo a todo el mundo.

Estamos tratando de hacerlo lo mejor posible».Con más de 100.000 piezas, el Museo Egipcio -a un tiro de piedra de la icónica Tahrir- guarda el polvo de décadas entre las vitrinas atestadas de ataúdes, estatuillas o vasijas. En sus más de cien salas, un almacén turba al esforzado turista. Desde su inauguración en 1902, millones de amantes de la Egiptología han cumplido con el voto de peregrinar hasta el edificio de estilo neoclásico y fachada salmón que alberga el tesoro.

Un absoluto caos campa a sus anchas por sus estancias, abarrotadas y anticuadas. Los objetos languidecen pobremente identificados mediante leyendas escritas aleatoriamente en árabe, inglés o francés. El templo de una de las civilizaciones más fascinantes de la historia lleva tiempo reclamando un profundo remozado que, según las autoridades, podría cumplirse en 2018 coincidiendo con la inauguración del Gran Museo Egipcio en las inmediaciones de las pirámides de Giza.

 

Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2015/10/20/56267958e2704e870b8b45fa.html
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