El candidato presidencial por el oficialismo, Daniel Scioli, confirmó la continuidad en el cargo del administrador Federal de Ingresos Públicos, Ricardo Echegaray, en caso de acceder a la Presidencia.
El hasta ahora gobernador bonaerense ponderó de manera positiva la tarea de Echegaray al frente de la AFIP, al considerar que fue «un pilar fundamental en la organización económica».
«Se trata de recaudar impuestos en forma justa, equitativa, profesionalizada, ha incorporado tecnología y con él hemos trabajado también en esta propuesta para los jubilados de la devolución del IVA», dijo Scioli en declaraciones radiales al ser consultado sobre la continuidad del jefe recaudador.
Echegaray, quien tiene mandato hasta el 28 de diciembre de 2016 al frente del organismo recaudador, había adelantado a fines de junio que el próximo 10 de diciembre iba a presentar su renuncia, por entender que el nuevo Presidente tiene que tener la libertad, sin ningún tipo de condicionamiento, de elegir» a sus colaboradores.
Según supo por esos días El Cronista, su aspiración pasaba por intentar disputar la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en caso de que se modificaran los estatutos de la entidad.

Y también, de acuerdo con lo indicado en ese momento por su círculo de colaboradores a este diario, había sido tajante en cuanto a seguir en la AFIP con el nuevo Gobierno: Sólo si gana Scioli, y si le garantizan la permanencia por espacio de cuatro años.
Abogado, y fanático del Club Atlético Independiente, de Avellaneda, Echegaray llegó a la AFIP en diciembre de 2008, para reemplazar al saliente Claudio Moroni. Desde ese momento, el mote de buen recaudador se coló ante la constante suba de la recaudación tributaria, incluso muchas veces por encima del índice de inflación, motorizada primero por el comercio exterior, y sobre todo en el último año por Ganancias.

Desde ahí, además de incorporar tecnología, comandó operativos de fiscalización electrónica masivas; instrumentó la puesta en marcha para el registro y pagos del nuevo régimen de Servicio Doméstico; y tiene el control de las autorizaciones para la compra de divisa extranjera, tanto para tenencia como para viajes y turismo.
También lanzó operativos para fiscalizar los pases de los futbolistas profesionales, puso en la mira a una decena de árbitros del fútbol profesional por «un nivel de vida no acorde a sus ingresos declarados», y mantiene contactos con los presidentes de distintos clubes del país, principalmente por las consabidas deudas que acarrean gran parte de esas entidades.
Además, comandó la cruzada por cuentas de argentinos no declaradas en Suiza, por las que el Gobierno reclama la repatriación de u$s 3500 millones que habrían sido fugados a través del banco HSBC de ese país.
Antes de desembarcar en la AFIP, había comandando la extinta Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), cargo por el que fue investigado por la supuesta entrega de millonarias compensaciones a empresas fantasmas de feedlots, de la que fue sobreseído por la Justicia.
Antes de la Oncca, Echegaray fue director General de Aduanas, adonde había llegado desde el sur de la mano de Néstor Kirchner.