San Rafael, Mendoza jueves 18 de abril de 2024

Otro año de emergencia hídrica

emergencia hídricaEn diciembre, cuando los ríos comiencen a recibir los aportes de la nieve acumulada, se realizará una nueva evaluación.

El “pronóstico Agua 2015-2016” determina nuevamente años “medios”, “medianamente pobres” y “pobres” en el derrame de agua para los ríos mendocinos; es decir, continuará la emergencia hídrica. El río Mendoza estará en esa condición hasta diciembre. Para este nuevo año hidrológico, la situación se presenta con características particulares, ya que las nevadas registradas en las nacientes de los principales ríos de Mendoza se encuentran afectadas por las consecuencias de la variabilidad climática que afecta la región.

¿Qué significa declarar la emergencia hídrica?

Es una medida administrativa que adopta el Estado para toda la Provincia o para algunas zonas críticas. El objetivo es poder disponer del agua y tomar las medidas correctivas que sean necesarias para que llegue a todos en forma equitativa, pero teniendo en cuenta las prioridades; por ejemplo, el abastecimiento de agua para el consumo humano. El resto de las prioridades cambia según la región y la cultura: en algunos casos puede ser la agricultura, la ganadería, la industria.

¿Qué significa estar en emergencia hídrica?

Emergencia hídrica significa que los ríos de Mendoza transportan un volumen de agua, debido a las escasas nevadas caídas, que no superará la media histórica. Esto se traduce, según los técnicos del Departamento General de Irrigación, en un año hidrológico que variará entre «seco» y «pobre». Será «seco» cuando los valores de derrame estén por debajo del 65 % del valor promedio histórico. Será «pobre» cuando el derrame esté entre el 65 % y 85 % por debajo de la media histórica.

¿Qué implica para la vida en Mendoza estar en «emergencia hídrica»?

Implica un esfuerzo conjunto de todos los actores sociales: instituciones públicas, privadas, productores y población en general. Cada uno, desde el lugar que ocupa y las posibilidades que tiene, debe colaborar activamente en el cuidado del recurso hídrico, evitando el derroche y la contaminación del mismo, a fin de que el agua disponible sea suficiente para satisfacer todas las necesidades de la Provincia.

Mendoza posee un clima árido, por lo cual, para asegurar un adecuado desarrollo de los cultivos se requiere la aplicación de riego, que desde épocas precolombinas supieron utilizar los habitantes autóctonos. De allí la importancia que tienen los recursos hídricos para la Provincia, limitados a las escasas precipitaciones, al agua acumulada en la cordillera (nieve y hielo), al agua circulante en sus ríos y arroyos, al agua acumulada en las lagunas y embalses superficiales y también al agua almacenada en los reservorios subterráneos.

Mediante el aprovechamiento del agua se han desarrollado, en la zona de llanura, los oasis de riego que ocupan una superficie de unas 360 mil hectáreas, que constituye el 4 % de la superficie total de la Provincia. En estos oasis se han conformado núcleos agro-urbano-industriales en los que habita el 98 % de la población. El resto de su territorio son zonas de llanura desértica y cordillera. Esta distribución de la población responde principalmente a la disponibilidad de agua, tanto superficial como subterránea.

Los recursos hídricos de la Provincia provienen fundamentalmente de las precipitaciones meteóricas que ocurren en su territorio. En la cordillera se han acumulado grandes reservas de agua almacenada en glaciares, campos de nieve, retenidas por procesos de congelamiento en el perfil permeable de las formaciones rocosas. Allí se originan los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante, Atuel, Malargüe, Grande y Barrancas, que tienen en conjunto un caudal medio de unos 320 m/s y una cantidad importante de arroyos cordilleranos.

En la actualidad existen cuatro diques embalses superficiales en la Provincia:

– El Carrizal, sobre el río Tunuyán;

– Nihuil y Valle Grande, sobre el río Atuel;

– Agua del Toro y Los Reyunos, sobre el río Diamante;

– Potrerillos, sobre el río Mendoza.

Ellos son indispensables para almacenar el agua que luego se utilizará en el riego y demás usos como el agua potable, para la generación de energía eléctrica, pero cumplen una función muy importante en la regulación de los derrames naturales de los ríos, erogando de acuerdo con un plan establecido de volúmenes de agua que el Departamento General de Irrigación (DGI) se encarga de distribuir a través de canales a propiedades agrícolas que poseen derecho de riego.

Se espera que en diciembre los ríos comiencen a recibir los aportes de la nieve acumulada, una vez producidos los escurrimientos y la recarga de los acuíferos. Hasta ese momento, sólo se distribuirá el agua contenida en los embalses. En este contexto, el río Mendoza es el único que, se espera, superará la crisis hídrica a partir de diciembre.

Por Vera Almuna, becaria de Prensa de la Facultad de Ciencias Agrarias – Unidiversidad

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