Con fuerza se está instalado el reclamo de los productores para hablar con el nuevo gobierno provincial apenas asuma.
Faltan cuatro meses para la próxima cosecha y siguen los precios bajos, los vinos excedentes, la inflación y la presión impositiva. Tanto en la legislatura mendocina como en el Congreso Nacional siguen las discusiones en torno a los títulos para sacar los excedentes y, en Buenos Aires, el uso de jugos naturales para edulcorar.
Las entidades se dedicaron en los últimos meses a contactarse con los equipos de los presidenciables para aunar criterios acerca de las soluciones que se necesitan y entregaron documentos con sus razonamientos.
Las entidades del Valle de Uco, por ejemplo, preparan un documento para entregarle al gobernador electo, Alfredo Cornejo, con sus principales demandas. Igualmente los autoconvocados del Este, mantienen reuniones para definir qué hacer.
En esta como en otras crisis aparece con fuerza la necesidad de discutir profundamente sobre el modelo de vitivinicultura que necesita Mendoza. La mayoría de los dirigentes admite la concentración en pocas manos que sufrió la vitivinicultura y coinciden en que la salida sería una asociación de productores al estilo de Fecovita que viene organizando cooperativas desde la década de los 90 cuando Giol se transformó a favor de los viñateros.
Como telón de fondo, dos modelos están en el análisis, el de la concentración y el de la integración de los productores. La resolución de esta ecuación tendrá que hacerla el gobierno que viene mientras que al mismo tiempo tiene que hacer funcionar otra vez la industria vitivinícola.
Lo que dicen las entidades
“Proponemos organizar una Mesa de Enlace entre las instituciones pero estamos esperando que los gobernantes electos nos convoquen para dialogar” dijo Sebastián Lafalla, de la Asociación de Viñateros de Mendoza, quien describió un panorama desolador donde las viñas abandonadas comienzan a ganar lugar. Recordó que el sector genera 160.000 puestos de trabajo en todo el país.
“Hay que recorrer la zona Este y el Centro para darse cuenta de cuántas viñas no fueron podadas en junio y observar la cantidad de propiedades abandonadas a cuztro meses de la cosecha” dijo.
“La situación sigue siendo compleja y reiteramos los pedidos que todo el mundo conoce: hay que sacar los excedentes y mandar a destilación los vinos que no cumplieron con el acuerdo con San Juan”.
Por su parte, los del Valle de Uco preparan un documento para entregarle a Cornejo. Hacen algunas comparaciones numéricas para graficar lo mal que les va: por cada kilo de tomates reciben 1 peso mientras se compra a unos 20 pesos en cualquier verdulería. Destacan también que por cada litro de Malbec Premium perciben 7 pesos cuando se vende en el supermercado a unos 80 pesos.
Piden, además, la suspensión de todos los juicios a los productores primarios, especialmente los laborales. Buscan una ley de contratación de trabajadores que se ajuste a la economía local, necesitan créditos blancos para incorporar tecnología relacionada con el agua, el cmabio climático y las maquinarias.
Destacan que “el campo mendocino necesita un Banco Agrícola que vincule y ayude a toda la cadena”. Respecto de Irrigación, quieren “retrotraer las tarifas del agua al período 2011/2012, suspender todo tipo de corte por falta de pago y organizar los planes de pago a partir de la campaña 2015/2016 sin punitorio ni intereses”.
Fuente: http://www.elsol.com.ar/nota/248012/provincia/los-vinateros-quieren-una-mesa-de-enlace.html
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