San Rafael, Mendoza viernes 19 de abril de 2024

Juan Imhoff reconoce: «No me gusta verme así, volando, pero enloquecí»

 Foto: Anibal Greco

LONDRES.- «Me da un poco de vergüenza». Juan Imhoff se refiere a la foto que dio la vuelta al mundo, especialmente a través de las redes sociales: él volando hacia la gloria, en el electrizante try en el Millennium que terminó de sellar la sensacional victoria ante Irlanda; la que significó la clasificación a las semifinales de la Copa del Mundo. «No me gusta verme así, levantando la mano y volando cuando debía haber apoyado la pelota como se debía, pero buéh, se me cruzaron un montón de cosas por la cabeza y enloquecí».

-¿Tenés idea de la repercusión que tuvo esa foto, sobre todo en la Argentina?

-Sí, estuve viendo. La verdad es que si eso sirve para difundir el rugby, bienvenido, pero si sólo queda en la foto, no está bueno. A mí me gustaría que quede en la historia la actuación del equipo, especialmente la de los ocho forwards, no esa foto ni mi try.

-¿Volverías a arrojarte en palomita si hacés un try en la semifinal o en la final?

-¿Sabés las cantidad de pesadillas que tuve con que me tiraba a hacer un try y se me caía la pelota? Con eso te contesto que no, pero quizá tengo una como la del otro día, se me pelan los cables y lo vuelvo a hacer. Te insisto: lo más importante es que gane el equipo.

-¿Te dijo algo tu padre sobre la palomita?

-No todavía, pero ya sé lo que me va a decir, porque me lo dice siempre: «No busques en los diarios lo que no hiciste en la cancha».

El padre de Juan es José Luis, Puma del 65, fundador de Duendes de Rosario y quien sobre finales de la década del 90 intentó, como entrenador, que los Pumas jugasen un rugby abierto y ofensivo como lo hacen hoy. Internas y otras cuestiones lo bajaron del barco a poco de la Copa del Mundo de 1999. Juan tiene cosas de su padre, especialmente cuando habla. No tiene casete y se emociona cuando recuerda situaciones de su vida. Y lleva en el alma el espíritu de club, ese que forjó desde chiquito a través de su familia y en Duendes, donde, como dice su madre, donde se levanta una piedra aparece un Imhoff. «También un Bouza o un Boffelli», agrega el wing que es el tryman argentino de la Copa del Mundo.

-¿Cómo están viviendo todo esto? Son semifinalistas, el mundo del rugby habla de ustedes, ahora esta sala de prensa está repleta de periodistas extranjeros, la gente en la Argentina está identificada con el juego de ustedes.

-Lo estamos disfrutando, pero sabemos que dimos un paso importante y nos faltan otros dos. No nos salimos de nada de lo que venimos haciendo, porque quedan dos partidos y nosotros queremos ser campeones del mundo. En lo personal, estoy contento, pero yo soy mi crítico número uno. El segundo es mi padre. Así que todavía falta.

-¿Cuántas veces soñaste con esto?

-Siempre recuerdo cuando mi tía, que es profesora, me quería enseñar historia y yo le decía: «¿Para qué quiero saber historia si yo voy a jugar en los Pumas? Tenía 10 años.

-A los Pumas llegaste. ¿Aprendiste historia?

-Sí, sí, pero me costó. Vengo de una familia de rugby y de un padre que fue parte de la historia de los Pumas, así que soñé desde chico con esto, pero cuando verdaderamente terminé de definir que quería jugar al rugby en serio y que quería estar en una Copa del Mundo fue cuando en la Navidad de 2007 me regalaron el CD de los Pumas de Bronce. Lo miré miles de veces. Y en el Mundial siguiente estuve.

-Te costó. Tuviste problemas físicos y también con dar la talla para el rugby internacional.

-Claro que me costó. Por una fractura en el maxilar casi pierdo un ojo (fue durante un entrenamiento en Rosario; tiene un injerto metálico) y un tiempo antes del Mundial de Nueva Zelanda contraje hepatitis. Pero sobre todo tuve que luchar con el físico. Sufrí mucho porque era flaco y decían que no podía jugar en el rugby internacional. Así que me entrené y me perdí varias salidas con mis amigos, cumpleaños y casamientos para llegar hasta acá.

Es un año de novela para Juan Imhoff. En Durban, con su padre mirándolo desde una platea junto a los otros Pumas del 65, le anotó tres tries a los Springboks, algo que nadie había logrado en tierra sudafricana. En Racing de París, donde lo adoran, le dieron todo para que se quede hasta 2018. Y ahora en esta Copa del Mundo es un try tras otro. Y también con sus padres de espectadores, que se alojan en su casa de París y viajan para cada partido.

-Tu compañero en Racing de París, Johnny Sexton, te fue a saludar al vestuario después del partido del domingo. ¿Qué te dijo?

-Sólo me saludó. Y me pidió que le mande un especial abrazo a Tomy (por Lavanini). El está encantado con Tomy. Dice que es el único que puede reemplazar a Paul O’Connell.

Campeón y tryman con los Pampas XV en la Vodacom 2011, cuartos de final con los Pumas ese mismo año y ahora esta semifinal y tryman de los Pumas, con 5 conquistas. Imhoff no se conforma. Está siempre en competencia consigo mismo. Con el inequívoco sentimiento canalla al igual que su compañero rosarino de Duendes, Jerónimo de la Fuente, se ríe cuando se le mencionan todos los memes que se armaron con su foto y, claro, elige el que lo compararon con la palomita de Aldo Pedro Poy. Aquella, en una semifinal, terminó en campeonato. Los sueños de Juan Imhoff vuelan como ese try inmortalizado en foto.

Fuente: http://canchallena.lanacion.com.ar/1838335-juan-imhoff-reconoce-no-me-gusta-verme-asi-volando-pero-enloqueci
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