La carpocapsa representa un problema para Mendoza, ya que puede producir el cierre de la frontera con el país de Dilma Rousseff.
Por esto, el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (ISCAMEN) emitió una alerta para que los productores frutícolas de San Rafael y General Alvear realicen los tratamientos necesarios para el control de la plaga. Desde esta organización se determinó que es «el momento adecuado» para realizar las curaciones, una tarea habitual en el sector.
El objetivo de esta medida es evitar que Brasil vuelva a dictaminar la veda a las frutas desde Argentina, que se levantó en junio, según explicó el coordinador del Sistema de Mitigación de Riesgo de ISCAMEN, Héctor Rodríguez. «Brasil tiene un status sanitario libre de carpocapsa, por lo que impone fuertes restricciones para conservar esta situación«, indicó.
Por lo tanto, si en los controles aduaneros se detecta la presencia de larvas vivas en los cargamentos frutales, desde el país vecino se cierra el ingreso. «Los trámites para que se vuelva a abrir son muy complejos, por eso tomamos todas las medidas necesarias para evitar que se produzca«. Entre estas medidas se encuentran la negociación para un nuevo protocolo del Sistema de Mitigación de Riesgo y la emisión de las alertas para las curaciones correspondientes. Sin embargo, los productores se encuentran con diversos problemas ante estas soluciones.
Brasil tiene un status sanitario libre de carpocapsa, por lo que impone fuertes restricciones para conservar esta situación.
Productores en problemas
El gerente de la Asociación de Productores y Exportadores de Fruta Fresca, Raúl Aruani, indicó que no todos los productores tienen los elementos adecuados para realizar los tratamientos que se exigen desde Brasil. «Si bien las negociaciones aún no se terminan, la falta de rentabilidad produce que no todos puedan utilizar los productos indicados», señaló.
Debido a esto, Aruani aseguró que algunos productores recurren a otros tratamientos, con diferentes pesticidas o técnicas, lo que genera «un altísimo riesgo» al momento de comercializar. «Están muy exigentes desde Brasil, se complica para muchos productores», sentenció.
Esa preocupación fue la que se manifestó también en la Legislatura provincial, donde el senador y presidente de la Comisión de Mercosur, Walter Soto, lidera una serie de petitorios y planes para que la Nación considere la situación de los productores mendocinos a la hora de sentarse a negociar con las autoridades brasileñas.
El temor de los legisladores quedó de manifiesto en una declaración que dirigieron al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. En el documento solicitan que se tome en consideración la situación de los campos mendocinos y las consecuencias que podrían tener en miles de familias que viven de la fruta. «Un castigo a la producción por la presencia de carpocapsa, aunque esta sea mínima, puede poner en riesgo todo el trabajo de un productor, debido al endurecimiento de las medidas en caso de encontrar una larva viva en un lote», dijo el senador Soto.
Razones
Este énfasis que el gobierno de Dilma Rousseff pone en la prevención del ingreso de carpocapsa se debe a que en ese país se recoge más de un millón de toneladas de manzanas, fruta que la plaga ataca, junto a la pera y el membrillo. «En Mendoza casi el 100% de la manzana está destinada a ese mercado«, indicó Rodríguez, del ISCAMEN.
De este panorama surge la necesidad de Brasil de proteger sus cultivos y la de Mendoza de mantener la frontera abierta. Para ello, las medidas deben ser tan efectivas como sea posible.
«Brasil recoge más de un millón de toneladas de manzanas. Desde Mendoza, casi el 100% de esa fruta se exporta».
En medio de esta situación, Argentina y Brasil trabajan en el nuevo protocolo del Sistema de Mitigación de Riesgo, que se espera que esté vigente el año próximo. En él, se establece el uso obligatorio de la técnica de confusión sexual para controlar la población de carpocapsa.
El método es teóricamente sencillo: se colocan emisores de feromonas entre las plantaciones para que al macho se le dificulte hallar a la hembra. Si no hay copulación, no hay larvas y no hay problemas.
El inconveniente
Una de las preocupaciones que tenía el senador Soto era la dificultad para que algunos productores para adquirir dispensadores de feromonas que considera el nuevo protocolo entre ambos países, situación que, según el coordinador del Sistema de Mitigación de Riesgo del ISCAMEN, ya estaría solucionado.
De acuerdo con el ISCAMEN, recurrir a la confusión sexual puede costar unos 300 dólares por hectárea, cifra que puede resultar inabordable para ciertos productores. Ante esto, desde el organismo se coordinó una repartición de dispensadores de feromonas de manera gratuita. «Nosotros les entregamos el dispénser y los productores van monitoreando la situación de sus montes frutales», explicó Rodríguez.
Es que, según el coordinador, la confusión sexual es un método «moderno y eficiente que reduce el crecimiento de la plaga, evita insecticidas y se encuentra dentro de lo orgánico». A su vez, Raúl Aruani indicó que el proceso se debe complementar con la curación para encargarse de las larvas que se encuentran dentro de la fruta. Sin esta tarea, peligra el «visto bueno» para que las manzanas y peras se puedan comercializar en Brasil.
«La situación es bastante difícil para el productor, no sólo por la plaga, sino por la economía. La paridad cambiaria es tan desigual que, prácticamente, nos deja fuera del mercado. La devaluación del real y los gastos internos que debemos asumir dan por resultado que el precio de Chile termine siendo más barato y, por lo tanto, más competitivo que el nuestro», dijo el presidente de los productores de fruta fresca.
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