Una exageración inglesa que tuvo por respuesta una idea promovida por un francés, al que lo siguieron otros europeos. Ese es el embrión de la vieja Copa Europa y la actual Liga de Campeones , que sumadas cumplirán desde hoy 60 años de competencia ininterrumpida, con dos argentinos dominantes en los extremos de su existencia: Alfredo Di Stéfano , con cinco títulos consecutivos de 1956 a 1960, y Lionel Messi , con cuatro coronas entre 2006 y 2015.
Breve repaso de los orígenes del torneo de clubes más importante del mundo ante un aniversario especial. Inventores del fútbol moderno, los ingleses también se arrogaban el derecho a proclamarse los mejores. En 1954, el diario Daily Mail tituló «campeones del mundo», en referencia a Wolverhampton, que en una larga serie de amistosos internacionales había vencido, entre otros, al Honved -base del ballet húngaro en el seleccionado-, nuestro Racing y Spartak Moscú.
El francés Gabriel Hanot, que había sido futbolista y entrenador, como director del diario deportivo L’Equipe se preguntó si no era excesiva esa consideración sobre el Wolverhampton. Y desde la publicación propuso la organización de un torneo continental, formal y oficial, idea que fue recogida por dirigentes de 15 clubes, entre ellos, Santiago Bernabéu. Así, en el señorial hotel Ambassador de París, que está a cinco años de cumplir un siglo de vida, surgió la Copa de Europa, que sustituyó a las copas Latina y Mitropa, que eran más acotadas en cantidad de participantes. Hanot, un visionario que cuando pasó por France Football instituyó el premio Balón de Oro, también intuyó un beneficio empresarial: como los fines de semana estaban reservados para las ligas de cada país, la Copa de Europa se programaría entresemana, lo cual aumentaría las ventas de L’Equipe. Una lógica que se mantiene hasta nuestros días.
Los favoritos están en España, sobre todo Real Madrid y Barcelona. Sólo se sienten triunfadores si son campeones (Jorge Valdano)
Como se dijo, el primer quinquenio llevó el sello del Real Madrid de Di Stéfano, que hizo goles en las cinco finales: ante Stade de Reims (1956 y 1959), Fiorentina (1957), Milan (1958) y tres al Eintracht Francfort (1960) en un inolvidable 7-3. El uruguayo José Santamaría, uno de los pocos supervivientes de aquel Real Madrid, expresó recientemente a El País, de España: «Lo novedoso de Di Stéfano fue su movilidad. No paraba de cambiar de posiciones durante los 90 minutos».
Hoy empieza una Liga de Campeones en la que Messi podrá equiparar en títulos a Di Stéfano. Ya suma cuatro siendo tan polifuncional en ataque como el gran Alfredo: fue wing derecho con Rijkaard, falso 9 con Guardiola y jugador total con Luis Enrique. Un desgarro lo sacó de la definición de 2006, pero le hizo goles a Manchester United en 2009 y 2011, y fue determinante hace dos meses y medio contra Juventus.
Mañana, en la apertura ante Roma, Messi cumplirá en el estadio Olímpico 100 partidos por la Liga de Campeones. Así como compite con la historia de Di Stéfano, Messi también rivaliza contra el presente de Cristiano Ronaldo: es el máximo goleador del torneo, con 77, uno más que el portugués. Además, el rosarino fue el goleador en cinco certámenes y obtuvo en dos oportunidades el trofeo al mejor de la UEFA.
Messi encabeza también el proyecto colectivo de Barcelona, que intentará que un campeón retenga el título, lo cual no ocurre desde 1990, con el Milan de Arrigo Sacchi y los holandeses Rijkaard, Gullit y Van Basten.
Barcelona, Real Madrid y Bayern son los favoritos, pero los dos Manchester y Chelsea pueden seguirles el ritmo. Y no descarto a Juventus (Franz Beckenbauer)
En búsqueda de la consagración, Barcelona tendrá la previsible oposición de Real Madrid. Pep Guardiola, en su último año de contrato con Bayern Munich, procurará superar la barrera de las semifinales de las dos temporadas precedentes. Vuelve un histórico, Manchester United, representante de una Inglaterra que en el torneo anterior pasó por el fracaso de no tener ningún equipo en cuartos de final. Los proyectos millonarios con fondos árabes de Manchester City y París St. Germain irán otra vez por una validación en gloria deportiva.
Por primera vez habrá cinco clubes de un mismo país (Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid, Valencia y Sevilla) y uno de Kasajistán, el Astana, fundado en 2009. De los ocho grupos, el que fue bautizado «de la muerte» es el que comparten Manchester City (hoy no jugará el lesionado Agüero), Juventus, Sevilla y Borussia Mönchengladbach. Milán tendrá el honor de recibir la final como una compensación a la marginación de los alicaídos Inter y Milan.
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