Hace 11 años, Mendoza comenzó su proceso para lograr que los estudiantes de la primaria tuvieran la oportunidad de almorzar en la escuela. En un principio fueron 136 escuelas estatales que incorporaron este servicio dentro del ámbito educativo, transformándose en la primera provincia en implementar la modalidad de jornada extendida o doble escolaridad, que luego fue incorporada entre la Ley Nacional de Educación N° 26.206, promulgada en 2006.
Desde 2004, la puesta en marcha de políticas educativas tendientes a aumentar el horario de cursado derivaron a que hoy, una gran parte de las escuelas primarias (430 según la DGE) ofrezcan un plato de comida a sus alumnos de 4° a 7° grado, ya sea en su propio comedor o bien a través de la recepción de viandas calientes ya preparadas.
Otra porción de escuelas (desde mucho antes de que rija la jornada extendida y la doble escolaridad) brinda a sus estudiantes la posibilidad de recibir la copa de leche, que suele estar acompañada de una tortita, una factura o galletitas de miel y en algunos casos, se entrega una ración de frutas de estación.
Lo cierto es que en un contexto donde las necesidades de miles de familias se hacen sentir, este servicio se ha transformado en una pieza clave para asegurar una alimentación adecuada a los niños y niñas. Docentes y directivos aseguran incluso que los chicos esperan el momento del almuerzo y llegan a clase con hambre. Justamente por eso, la deuda millonaria que el Gobierno mantiene con los proveedores (se estima que son más de 200 en toda la provincia que no cobran por su servicio desde mayo) ha generado preocupación en las escuelas.
La problemática afecta sobre todo a las instituciones ubicadas en las zonas más vulnerables como así también a aquellas que se encuentran en distritos rurales. Incluso hay casos puntuales donde el corte en el servicio comenzó en junio, tal como ha sucedido en una escuela de la zona Este, donde los 207 alumnos que asisten en la mañana y la tarde se quedaron sin la copa de leche.
Consultados por Los Andes, directivos de escuelas del Gran Mendoza, el Este, el Valle de Uco y el Sur aseguraron que se encuentran a la espera de una solución.
Si bien la realidad es distinta en los diferentes establecimientos, en la mayoría de los casos los proveedores del servicio de viandas, refrigerios y mercadería advirtieron a las autoridades que dejarán de incorporar carnes (de vaca y pollo) como así también lácteos (leche y queso), dejando disponible sólo los menúes denominados “de emergencia”, que consisten en alimentos secos, como fideos, lentejas y arroz.
De hecho, el miércoles la postura de los proveedores contratados por el Gobierno fue comunicada directamente a las directoras: “El proveedor nos avisó que van a reducir las raciones de carne y que posiblemente el lunes tengan alguna novedad”, aseguró Patricia Sánchez, directora de la escuela Coronel Manuel Dorrego, ubicada en El Carrizal (Luján de Cuyo).
Allí, explicó Sánchez, reciben a diario 134 raciones de comida y cuentan con alimentos para tres días hábiles de comedor, mientras que la leche y las tortitas para el desayuno y la media tarde están asegurados. De modo habitual, los niños que asisten a este establecimiento cuentan, por ejemplo, con un plato de milanesa de pollo con ensaladas o fideos con tuco y carne.
Sus padres, en su mayoría, se dedican a la cosecha y provienen de comunidades originarias, por lo que el trabajo en la tierra busca transmitirse de generación en generación. “Si no se quedan en la escuela, los padres se los llevan a la cosecha por una cuestión cultural. Por eso es tan necesario que se queden en la institución”, detalló la directora.
Sin carnes ni lácteos
Sin dudas, donde más se sintió el impacto de la situación, que amenaza con agudizarse esta semana, fue entre los sectores más pobres del Gran Mendoza, donde las carencias se notan aún más. En la escuela Río Mendoza del barrio San Martín los niños recibieron una taza de yerbeado y una tortita en lugar del vaso de leche que suele estar acompañado de galletas, facturas y bizcochos de miel. Para el almuerzo, en tanto, el proveedor informó a las autoridades que se ha acordado un menú fijo, pero no se sabe si irá acompañado de pan y frutas, como era hasta antes del conflicto.
“Los chicos necesitan mucho del alimento. Esperamos que los inconvenientes se solucionen lo antes posible, por el bien de todos», dijo Irene Saraceno, directora de la institución que recibe a 309 niños y niñas desde Nivel Inicial hasta 7° grado.
Frente a la restricción en los ingredientes esenciales de las comidas, en algunos colegios las directoras apelaron a la imaginación y buscaron formas de reemplazar la falta de carne y queso. Así, en la escuela Emilio Turqui de San Rafael el viernes los chicos que se quedaron a la doble escolaridad (120 en total) almorzaron pizzas con ensalada. La gran mayoría pertenece a familias que dependen de planes sociales o cuyos padres trabajan en los hornos de ladrillo.
“Compramos queso con plata de la cooperadora, de manera que no les faltara una comida más contundente”, indicó la directora, Gladys Egea, y agregó que en su caso lo que les quedó para preparar alimentos fueron fideos, frutas y verduras. “El proveedor siempre ha sido muy correcto y responsable con nosotros. Entendemos que no pueda hacer frente a los gastos”, destacó Egea.
Una situación similar se vivió en la escuela Saturnino de la Reta -del mismo departamento- cuando desde la dirección recibieron la noticia.
“Tenemos sólo alimentos secos. A este comedor asisten todos los niños del colegio porque es un servicio muy necesario para ellos y sus familias”, expresaron las autoridades.
Su punto de vista fue compartido por Gabriela Fernández, directora del colegio Valle de las Barrancas (Maipú). “Es una zona muy carenciada; los chicos llegan con muchas necesidades. En nuestro caso, nos avisaron que no reducirán las raciones por ahora pero que la leche, por ejemplo, nos llegará en forma restringida”, expresó con preocupación Gabriela Fernández, directora del colegio.
En la Manuel Videla, de Rodeo de la Cruz, la advertencia sobre futuras limitaciones en el servicio también fue recibida, aunque allí se mantuvo la promesa de continuar con los mismos menúes que se destinan al comedor. “Nos han suministrado lo que corresponde hasta hoy -por el jueves-. Y nos informó nuestro proveedor que no tendrán problemas si les pagan a corto plazo”, detalló la vicedirectora, Mónica Luján.
En este establecimiento, las autoridades se mostraron alertas, debido a que en los últimos meses han detectado que hay niños que se descomponen en el aula porque llegan de sus casas sin haber desayunado. Incluso, cuando se distribuyen sobrantes de tortitas, facturas o pan con queso que quedan del refrigerio, “hay chicos desesperados por llevar a su casa una ración”, indicaron.
Contrapunto por la deuda
Luego de que se revelaran las necesidades que se viven en las escuelas de Mendoza por los atrasos en los pagos a proveedores por parte del Gobierno Provincial, la respuesta oficial no tardó en darse a conocer. Desde la Dirección de Promoción al Derecho de la Alimentación del Ministerio de Desarrollo Social y Derechos Humanos -área a cargo de la contratación del servicios de viandas y refrigerios- desmintieron que haya existido una modificación respecto de la cantidad y calidad de las meriendas.
A través de un comunicado, indicaron además que a diario la provincia distribuye las raciones entre 1.032 escuelas, incluyendo a jardines maternales, mientras que en los casos de jornada extendida y Servicios Educativos de Orientación Social (SEOS), los niños reciben dos prestaciones: merienda y almuerzo.
Según los datos del Ministerio, 46.000 niños asisten a escuelas y 21.500 a jardines (niños y niñas de 6 meses a 3 ó 4 años). Además, cerca de 137.000 reciben la prestación de merienda con refuerzo de fruta. Todo esto, explicaron, significa una inversión anual que ronda los $ 280.000.000.
“Con respecto al pago de las prestaciones, el Ministerio de Desarrollo Social y Derechos Humanos ha efectuado desembolsos correspondientes a los períodos de mayo y junio de 2015 con fondos provinciales y nacionales. Si bien se reconoce un atraso, de ninguna manera se ha suspendido la cadena de pagos que se realiza semanalmente”, argumentaron.
Por su parte, desde el sector de los emprendedores dedicados a fabricar y distribuir las viandas y refrigerios detallaron que el Gobierno recién ahora está terminando de abonar el dinero adeudado en mayo, por lo que confirmaron que en los próximos días emitirán un comunicado oficial en el que informarán la restricción en el menú.
“Hay muchas personas que aún no cobran junio, julio ni agosto. Así es muy difícil afrontar todos los gastos que implica la compra de insumos”, se quejó un proveedor que prefirió resguardar su nombre. Y aseguró que en realidad la deuda que el Gobierno de Francisco Pérez mantiene con ellos no de es $ 28 millones, sino que sobrepasa los $ 80 millones.
Fuente: Los Andes – http://losandes.com.ar/article/merienda-escolar-menos-carne-y-leche-mas-arroz-y-yerbeado
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