Son unas 8 millones de personas. De este total, casi 5 millones percibe un ingreso inferior a 4.000 pesos.
La mitad de la gente ocupada, unas 8 millones de personas, gana menos de $ 6.500 mensuales. Un escalón más abajo, el 30% de esos ocupados, 4,8 millón de personas, percibe menos de $ 4.000 mensuales. Y hay un 10% o 1,6 millón de personas que cobra menos de $ 2.000 por mes.
Estas cifras son de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del segundo trimestre de este año. Fue difundida ayer por el INDEC, y proyectadas al total de la población ocupada urbana que suma 16 millones. Incluye a los empleados en relación de dependencia, por cuenta propia, de profesionales o patrones, estén o no registrados en la Seguridad Social. En promedio, el ingreso es de $ 7.354.
En tanto, si se considera a todo el grupo familiar (porque además del jefe de hogar trabajan otros integrantes), la mitad de los hogares tienen ingresos inferiores a los $ 10.170 mensuales. Y si se considera solo el 30% de los hogares, donde viven unas 10 millones de personas, ingresan menos de $7.220.
Estos ingresos tan bajos que percibe tanta gente se debe entre otras razones a que el salario mínimo es muy bajo, de $ 5.030 de sueldo neto, luego de los descuentos. También a que el 33,1% de los asalariados se desempeña en negro. Y que hay más de un millón de “subocupados demandantes”, porque trabajan pocas horas aunque quieren trabajar más o están buscando otro empleo adicional. Además, hay una vasta franja de monotributistas, que ya superan el millón, de bajos ingresos.
De aquí se infiere que disponer de un sueldo o un ingreso no exime a la persona o la familia de vivir por debajo de la línea de pobreza.
Los más afectados son los trabajadores no calificados: la mitad gana menos de $3.600 mensuales, mientras la mitad de los que se desempeñan en las áreas operativas ganan menos de $ 6.500.
La desigualdad en la distribución de los ingresos es manifiesta. La mitad de los trabajadores de menores ingresos recibe el 24,5% del ingreso total, mientras el 50% restante se queda con el 75,5%.
Otro dato: la mitad de los varones ocupados gana menos de $ 7.000 en tanto la mitad de las mujeres percibe menos de $ 5.400. En parte, esto se debe a que las mujeres trabajan menos horas (32 horas semanales promedio) frente a las 43 horas semanales de los varones, porque cargan con el trabajo adicional de sus hogares, en especial las que se desempeñan en el servicio doméstico, con ingresos más bajos.
Estas cifras muestran que el poder de compra del grueso de los trabajadores ocupados sigue siendo bajo e insuficiente frente al costo de la canasta familiar que mediciones privadas ubican para una familia tipo (matrimonio con 2 hijos) en más de $ 8.000. En base a estas cifras se puede inferir que la pobreza se aproxima a más al 25-30% de las mediciones alternativas.
El INDEC también informó ayer que en un año, el empleo privado formal o “en blanco” aumentó el 2,8%. Pasó de 6.316.278 en el segundo trimestre de 2014 a 6.490.746 en igual período de este año.
El mayor empleo estuvo liderado por la construcción con un alza del 8,7%, mientras en la industria fue de apenas el 0,9%, con pérdida de puestos de trabajo en el sector automotor. Y el empleo en el sector publico (datos parciales) subió 4%: de 1.613.750 a 1.678.426.
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