Quejas de los productores por el costo de los fletes en el interior

En soja, para los productores del norte, representa entre 27 y 35% del valor bruto del producto. En el caso del maíz, es entre 50% y 70%.

Si los productores de soja del centro del país apenas logran salir empatados con una retención del 35%, la ecuación en el norte resulta fulminante debido al impacto de los fletes, que actúan como una segunda retención. Enviar una tonelada de soja desde Chaco o Salta a los puertos de Rosario, donde están los compradores, tiene un costo a cargo del productor de unos 650 pesos promedio más IVA. Representa entre 27 y 35% del valor bruto del producto, casi tanto como los derechos de exportación.

En el caso del maíz, un cultivo que necesariamente debería rotar con la soja y que tributa 20% por retenciones, el impacto del transporte puede oscilar entre 50 y 70%, con el agravante de que el gobierno sigue impidiendo la exportación hacia Bolivia (un mercado que queda mucho más cerca que Rosario).

Así, si en Buenos Aires un productor puede vender ese grano a 900 pesos, en el Norte solo le pagan entre 250 y 300 pesos por tonelada. “Hay que vender un camión entero de maíz para comprar, por ejemplo, un rifle de aire comprimido”, compara un productor.

Como todos por aquí, José Ignacio Lobo Viaña, presidente de la Rural de Tucumán, piensa que el costo de los fletes tiene el mismo impacto que las retenciones en la ecuación del negocio agrícola.