San Rafael, Mendoza viernes 19 de abril de 2024

Puede ocurrir lo peor para empresas en las PASO: que no gane nadie

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El promedio de las 10 encuestadoras que juegan e informan números en la tómbola de opinión pública previa a las elecciones del domingo coloca a Daniel Scioli entre 35 y 37 puntos porcentuales; a Mauricio Macri con 30/32 y a Sergio Massa entre 15 y 17. Si fuera cierto, todo indica que habría segunda vuelta en las presidenciales de octubre y noviembre.Y otro dato inquietante para inversores y hombres de negocios: No habría ganador contundente. Si se vota en las PASO como indica el promedio de las encuestas, ni Scioli quedará tan fortalecido como para desafiar demasiado a Cristina; ni Macri garantizar un triunfo tal que anticipe la lluvia de dólares para levantar el cepo. Seguiremos como hasta ahora. A ciegas.

Se mantendría sin clarificar quién es el nuevo Jefe en la Argentina, si es que hay nuevo Jefe. Y hasta dónde seguirá vigente la Jefa y sus asociados. Para el mundo económico lo peor es no saber quién manda. Todos los procesos de regreso de capitales después de crisis macro, tanto en gobiernos civiles como militares, sucedieron una vez que se realizaba el ajuste de la devaluación y posteriormente se clarificaba quien era el nuevo Sheriff, al mando del poder político en el país. Pasó recientemente con Carlos Menem tras la crisis que volteó por anticipado a Raúl Alfonsín, también cuando Eduardo Duhalde estabilizó la crisis en 2002 tras el estallido de la Convertibilidad. Y se potenció con la llegada de Néstor Kirchner y condiciones internacionales de excepción para el país.

Hasta el domingo al menos, y tal vez también después del domingo, podrían mantenerse sin respuestas claras las preguntas que todos hoy se formulan en el mundo económico. Obviamente si gana Scioli o Macri; hasta dónde puede dar sorpresa Sergio Massa y finalmente qué volumen de poder político tendrá el que gane para administrar la bomba de tiempo macroeconómica que heredan del actual gobierno.

No hay opinión unánime a propósito del pronóstico de los encuestadores, ni en los altos despachos de las empresas; mucho menos entre ministros y funcionarios. La única coincidencia es que todos reconocen no saber bien dónde están parados, desconfían cada vez más de brujos y consultores, y sueñan o se desvelan con sorpresas que pueda augurar el padrón electoral según se vote las próximas horas en las Primarias. Efectivamente el promedio de las encuestas revela que Scioli podría ganar la primera vuelta en octubre, pero no en primera vuelta. Y claramente las dificultades recientes y permanentes del oficialismo en el terreno político y económico hasta octubre reafirman la percepción de final cada vez más abierto. Como se dijo, ni los resultados de las PASO resuelven la encrucijada.

Auscultando opiniones de ejecutivos e inversores, para ellos la sorpresa este domingo sería un resultado descollante para Macri, si Cambiemos se acercara o superara 40 puntos, por ejemplo. En cambio, si la realidad de las urnas determinara a un Scioli como claro ganador, menos gente se mostraría sorprendida en el mundo económico. En parte por la buena construcción que realiza el oficialismo respecto de la supuesta imagen inmaculada de la Presidenta, los efectos del reparto de 17 millones de cheques estatales, la dificultad para vencer a los oficialismos y, sobre todo, la ventaja de Scioli al competir contra una oposición dividida. Aún así, ninguna encuesta lo da al Gobernador de Buenos Aires superando 38% en las Paso.

Muy interesante desvelar el destino de Sergio Massa en esta contienda. Si efectivamente se diera la sorpresa que prometen en su equipo de campaña y Massa se acercara a 25 puntos, la clave será si ese sprint final significó restarle votos al oficialismo o a la oposición. ¿Quién es el que le aporta los votos extra que las encuestas no le registran a Massa? Es obvio que la suerte de Scioli y Macri mucho dependen de este fenómeno, siempre que se verifique el domingo.

Los resultados interesan para reavivar el debate que más importa en el terreno económico. Quién tendrá poder político en la Argentina para reabrir el crédito y así poder normalizar la situación cambiaria en el país y la creciente y cada vez más peligrosa escasez de dólares en el país. Hay mayor coincidencia en todos los ámbitos sobre la necesidad de terminar con el cepo y el atraso cambiario. Hasta los gobernadores del oficialismo, víctimas del desangre de votos que para ellos significa la crisis de las economías regionales, están pidiendo levantar, aunque sea en forma gradual, las restricciones. Lo acaba de hacer uno de los gobernadores favoritos de Scioli, el misionero Maurice Closs. En esa línea están Juan Manuel Urtubey y la mayoría de los mandatarios del peronismo.

Las consecuencias del modelo inflacionario con atraso cambiario se hacen sentir en todos los frentes. Agro, industria y servicios. La reciente encuesta del Grupo Crea donde participan 1100 productores de todo el país y se realiza tres veces al año, arroja los peores resultados de la serie histórica. Abrumadora mayoría de respuestas negativas a la hora de medir rentabilidad e inversiones para la campaña 2015/2016. No son mejores las perspectivas de la industria, a medir por los datos que acaban de presentarse en la cumbre industrial de la UIA en Córdoba. Y los servicios siguen afectados por los aumentos de costos que no se pueden trasladar a los precios. O porque no lo permite el mercado, o porque lo impide el Estado. Otra vez estalla la crisis en el sistema de salud privada. Las principales clínicas y sanatorios del país, casos de primer nivel como el Hospital Austral, La Favaloro, Otamendi, Los Arcos, La Trinidad, el Diagnóstico o la Bazterrica, por mencionar los más conocidos, acaban de anunciar que no están en condiciones de pagar el 32% de aumento fijado en la paritaria del sector, dado que los planes de salud y la medicina prepaga no han podido aumentar las cuotas este año más que 13%. Desajustes que terminan siempre en la cuenta de los consumidores, los pacientes en este caso, víctimas de un modelo que resultó un éxito para el relato oficial, y un claro fracaso para quien paga impuestos y no vive del Estado. Ese debate sobre el futuro de la Argentina también podrá ser contrastado con el voto de la gente.

Fuente: http://www.cronista.com/columnistas/Puede-ocurrir-lo-peor-para-empresas-en-las-PASO-que-no-gane-nadie-20150806-0036.html
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