La relación de la raza humana con las abejas es muy antigua.
No sólo por el consumo directo de la miel y otros productos de la colmena, sino por ser polinizadoras de muchos cultivos de gran importancia.
Lamentablemente las abejas, así como muchos otros animales pequeños y grandes tienen amenazada su supervivencia.
No sólo por enfermedades, por la destrucción de los hábitats donde viven, sino por el uso indiscriminado de muy diferentes productos químicos utilizados en la producción agropecuaria y en el uso doméstico.
Un nuevo grupo de agroquímicos en uso deriva de la nicotina, por lo cual son denominados neonicotinoides.
Por su modo de acción, actúan sobre el sistema nervioso central de los insectos produciendo primero parálisis y que finaliza con la muerte, frecuentemente en pocas horas.
No sólo afecta a las abejas, sino a muchos otros invertebrados.
Se considera que podría ser responsable, al menos en parte, de la decadencia y desaparición de miles de colmenas en todo el mundo (Desorden del Colapso de las Colonias – Colony Collapse Disorder).
De entre los neonicotinoides existentes, el Imidacloprid es posiblemente el de uso más extendido para tratamientos foliares en cultivos como cereales, algodón, granos, Leguminosas, papas, arroz, frutales, césped, y vegetales; también se lo utiliza cada vez más como un profiláctico para suelos o semillas, en vez de hacer los tratamientos sólo cuando aparece el problema. Entre sus objetivos están las mayores pestes que asolan los cultivos como el pulgón, la mosca blanca, los trips y varios lepidópteros y coleópteros, entre otros.
Los neonicotinoides son persistentes y se acumulan en el suelo, durante meses o años, lo que los hace perjudiciales también para las especies a las que no van dirigidos. Estos productos se utilizan en más de 120 países.
En mayo de 2008, Alemania prohibió el tratamiento de semillas con neonicotinoides por su efecto negativo en las colonias de abejas. También han sido prohibidos temporariamente en Europa para cultivos visitados por las abejas.
El Imidacloprid está autorizado en la República Argentina para su uso en veinticuatro cultivos diferentes.
En junio de 2013 las autoridades de la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA) presentaron una petición formal ante el Senasa para solicitar la prohibición del uso de neonicotinoides en semillas y como insecticida en todo el territorio nacional.
Hay mucha información y experiencias acumuladas acerca de los riesgos de estos productos sobre las abejas y otros polinizadores, por lo cual es evidente que debe aplicarse con más fuerza el principio de precaución.
Ing.Agr. (U.B.A) Lidia Adriana Gaivironsky
Auditora de Calidad de Producciones Orgánicas, Sin transgénicos, con Identidad Preservada.
email: lagaivi@gmail.com
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