Daniel Funes de Rioja, presidente de la Copal, que aglutina a las empresas de la alimentación, reclamó hoy una solución a la crisis de las economías regionales y para la pérdida de competitividad que enfrenta ese sector. Funes de Rioja disertó durante una jornada de la industria de la alimentación y bebidas donde presentaron una propuesta de reactivación de la industria.
«Existen diversos factores que explican la pérdida de competitividad de las economías regionales y del resto de los sectores, la caída de los precios de los commodities desde mediados de marzo de 2014; el proceso de fortalecimiento del dólar desde el segundo semestre de 2013 y la crisis de dos de los tres principales destinos de las exportaciones de las economías regionales, Rusia y Brasil», explicó el directivo.
Las economías regionales exhiben la «cara más difícil» de la industria de alimentos y bebidas y «necesitan respuestas urgentes», advirtieron distintos dirigentes del sector.
Los empresarios de la industria de la alimentación plantearon hoy que las actividades de las economías regionales están jaqueadas por el aumento de los costos logísticos, la superposición de impuestos municipales, provinciales y nacionales, la falta de crédito y la pérdida de competitividad.
Allí comnetaronq ue más de la mitad de los ingenios están en situación de quebranto y que las empresas dedicadas a frtutas en el Alto Valle como numerosas bodegas se encuentran en rojo.
José María Lazara, productor de legumbres, solicitó una eliminación de las retenciones, normalizar los atrasos en la devolución de retenciones e IVA, resolver el alto costo interno del flete, avanzar en acuerdos internacionales y eliminar las distorsiones al comercio. José Carbonell, de Federcitrus, precisó que «producir una caja de limón y llevarla a los puertos de exportación desde donde se producen tiene un costo del 65% de lo que cuesta llevarla a Cartagena o a Rotterdam, y llevar una caja de cítricos a Europa le cuesta a la Argentina un 70% más que a nuestro competidor Sudáfrica».
«El flete es uno de los problemas, pero el costo laboral subió en 210%, los combustibles subieron 170%, la presión fiscal subió 70% medida en dólares en estos últimos cinco años», detalló.
En igual sintonía, el presidente del Centro Azucarero Argentino, Fernando Nebbia, puntualizó que «el flete representa el 35% del precio de venta de exportación». Nebbia propuso «incrementar el corte de biocombustibles para el etanol proveniente del azúcar» y alegó que «esto le permitiría a la industria azucarera reducir su exposición en el mercado internacional en un 50%».
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