Una jornada agitada se vivió ayer en el cuarto piso de Casa de Gobierno, donde policías retirados y en funciones protagonizaron una batahola que terminó con heridos, destrozos, gases lacrimógenos y el gobernador encerrado en su despacho junto a sus invitados.
La situación empezó en la Plaza Independencia, adonde un grupo de ex penitenciarios y ex miembros de la fuerza de seguridad nucleados en Amuppol, se manifestaban contra el Gobierno por la demora en la cancelación del pago del 35% de aumento otorgado por Francisco Pérez en abril, así como del abono del retroactivo del 85% móvil de los últimos cuatro años, que corresponde a la ANSES, totalizando unos 1.200 millones de pesos de deuda.
Los manifestantes se trasladaron luego a Casa de Gobierno, adonde instalaron una carpa azul y prosiguieron con el reclamo. Sin embargo, cerca de las 12, los policías retirados decidieron llevar el pedido hasta el despacho del gobernador. Omar Alcalde, titular de Amuppol, dijo que fue convocado a una audiencia con el ministro de Hacienda, Marcelo Costa, aunque desde el Ejecutivo lo desmintieron.
Una vez que los ex policías coparon el hall de entrada al despacho del gobernador, comenzó la debacle. Ante la atenta mirada de periodistas y ocasionales visitantes que se encontraban en el lugar, los manifestantes comenzaron a golpear la puerta de ingreso a la oficina del gobernador, con cánticos e insultos. Debido a ello, el jefe de la Policía, Juan Carlos Caleri, ordenó que el grupo de choque de Infantería repeliera la protesta.
Gases lacrimógenos, represión, peleas, vidrios rotos, muebles destrozados, personas heridas e intoxicadas, fue el saldo del cruce entre policías en función y retirados. El gobernador se hallaba reunido con integrantes del gabinete de Cultura y el rector de la UNCuyo, Daniel Pizzi, pero debió suspender el encuentro y refugiarse en su oficina.