Hola Delfina, no te conozco y tampoco pretendo hacerlo. Se me ocurrió escribirte, no solo porque estás en la tapa de los principales diarios del país, sino también porque estás en boca de mucha gente. Se trata de personas que en estas horas se acuerda de tu madre… de manera poco decorosa.
Por lo que has escrito en tu cuenta de Twitter, entiendo que creés que es una gran injusticia que critiquen el hecho de que te hayan designado como directora del Banco Nación solo por ser la hija del ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi.
«Mis títulos no son de parentesco, son académicos», escribiste en esa red social, como si lo que se discute tuviera que ver con ello.
Si me permitís, voy a explicarte de qué va la cosa, Delfina, porque parece que no entendiste nada de nada.
En primer lugar, hace ruido que tu ingreso al directorio de uno de los bancos más importantes del país se haya efectuado por decreto y no a través del pertinente concurso. ¿Acaso temías no lograr superar a otros competidores? ¿Por qué avanzar de manera tan poco transparente para ocupar un cargo de semejante relevancia?
Te cuento, Delfina, que para llegar a dirigir un banco, o cualquier otra entidad pública o privada, se debe hacer carrera.
Esto significa que uno debe empezar desde el cargo más bajo y de a poco ir escalando posiciones. Ello te permite conocer “al dedillo” cada uno de los eslabones de la cadena para cuando te toque llegar a un eventual cargo jerárquico. Es parte del necesario aprendizaje laboral.
Si te interiorizás en el tema, verás que no hay nadie tan joven como vos ocupando un cargo similar en ningún banco de la Argentina. No es un problema de edad, Delfina, como erróneamente creés, sino una cuestión de experiencia.
En segundo lugar, no es un buen ejemplo que vos, siendo hija de un funcionario de primera línea del gobierno, seas nombrada “de prepo” para ocupar un cargo tan importante, con un salario que superará los 70 mil pesos mensuales.
¿No te parece una bofetada al sentido común? ¿No te hace ruido que la mitad de los jefes de hogar no llegan a cobrar siquiera el salario mínimo vital y móvil?
Yo te voy a explicar algo que tal vez no conozcas, Delfina, se llama nepotismo: según el diccionario se trata del “trato de favor hacia familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos públicos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos”.
Vos me vas a decir que sí tenés méritos, que tu currículum es extensísimo y demás, pero yo voy a insistir con lo mío: si es así, si tenés tanto conocimiento y pergaminos ¿por qué no concursaste, como debe ser?
Finalmente, permitime decirte que, a esta altura, lo mejor que podrías hacer es renunciar, sobre todo luego de la furia que generó tu incipiente designación. Creeme que sería un gran gesto, valorado por toda la ciudadanía.
Si tuviera tiempo, Delfina, me gustaría explicarte de qué se tratan otros dos conceptos, la ética y la moral. Ciertamente, son tópicos que no abundan en la clase política argentina. Por eso sería bueno que los tuvieras en cuenta.
No voy a definirlos, los podrás encontrar en el sitio web de la Real Academia Española. Solo me atrevo a regalarte una frase del célebre cineasta Roberto Rossellini: “La búsqueda de la humildad es lo más importante, especialmente si quieres edificar una ética… si quieres alcanzar una cierta moral”.
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