- El ministro del Interior germano prevé que llegarán unas 750.000 personas
- Se trata de un 70% más que el hasta ahora máximo histórico de 1992
- Se construye a toda celeridad albergues que puedan estar listos antes del invierno
Un niño, junto a una valla del centro de recepción de refugiados de Giessen (Alemania). EFE –ROSALÍA SÁNCHEZEspecial para EL MUNDO Berlín
Alemania construye a toda prisa albergues que deben estar listos antes de que llegue el invierno y la situación burocrática en la gestión de peticiones de asilo estaba ya al límite. Pues bien, el gobierno de Berlín se ha visto obligado a revisar de nuevo al alza, prácticamente doblar, su previsión de llegada de refugiados hasta final de año. La cifra alcanzará, según las últimas estimaciones del ministro de Interior Thomas de Maizière, los 750.000, un 70% más que el hasta ahora máximo histórico del año 1992.
Las autoridades municipales se afanan por encontrar soluciones urgentes de alojamiento para tantas personas a la vez. Los campamentos que hacen las veces de primer refugio quedaránobsoletos en apenas unas semanas, porque el otoño alemán es frío, y el ministro del Interior de Sajonia, Markus Ulbig, ha reconocido que se necesitarán en breve «alojamientos sólidos». Ulrich Maly, alcalde de Núremberg y vicepresidente del Consejo de Ciudades Alemanas, calcula que el 40% de los recién llegados permanecerá definitivamente en el país, lo que obligará a un nuevo esfuerzo económico y burocrático que requiere su integración en la sociedad alemana. Maly demanda, entre otras cosas, la construcción de 80.000 nuevas viviendas al año, para evitar que lugareños y refugiados compitan por casas baratas en las grandes urbes.
En los Länder orientales es donde hay más edificios vacíos que podrían aprovecharse para el alojamiento, pero también donde mayor resistencia presenta la sociedad y donde más están creciendo losataques violentos contra los albergues. El número de actos de agresión violenta contra los hogares de refugiados asciende a 202 en lo que va de año, en comparación con 198 durante todo 2014.
La canciller Angela Merkel busca estrategias para reducir el flujo de solicitantes de asilo sin perspectivas a ser acogidos con planteamientos como clasificar como «países de origen seguros» los Balcanes Occidentales, retirando así la obligatoriedad del Estado alemán de dar cobijo a sus ciudadanos, o revisar a la baja las prestaciones a los solicitantes de asilo. El presidente del grupo parlamentario socialdemócrata, Thomas Oppermann, ha sugeridoreactivar a funcionarios jubilados para sumarse al personal que examina las solicitudes de asilo para ganar agilidad burocrática.
Aumentan los fondos, pero también las advertencias
Pero el mayor esfuerzo se centra en forzar en el seno de la Unión Europea la forja de una política de inmigración y asilo común que permita repartir de forma más proporcional la llegada de los refugiados. Los aluviones que llegan a Italia a través de sus costaspasan sin controles fronterizos a Austria y este país se ha visto obligado a cerrar la semana pasada el centro de Traiskirchen, debido a las lamentables condiciones de higiene como consecuencia de la constante y masiva llegada de inmigrantes. El centro ha llegado a albergar 4.500 personas, en su mayoría afganos y sirios, a pesar de contar tan solo con 2.300 camas.
Los campamentos que funcionan como primer refugio quedarán obsoletos en apenas unas semanas y el invierno alemán es muy frío
Esa misma situación se repite en puntos de recepción alemanes. La canciller Merkel prefiere no utilizar el adjetivo «desbordada», pero ha admitido que «si nos mantenemos en modo normal no lo lograremos«. El Gobierno de gran coalición, que va a celebrar una cumbre con los Länder en septiembre, prepara una batería de medidas para afrontar la situación. Por un lado, Berlín ha doblado, hasta los 1.000 millones de euros, sus ayudas a municipios y estados federados para atender en sus necesidades básicas a los solicitantes de asilo, titulares de la competencia de asistir a los refugiados.
Además, ha iniciado campañas para advertir a los ciudadanos de los Balcanes en sus propios países que las posibilidades de obtener asilo en Alemania son muy reducidas, ya que la aceptación final no llega al 1% de los casos. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres, sugiere declarar Alemania en estado de crisis y recuerda que «todos los países europeos tienen la obligación moral de participar en la recepción de estos refugiados«.
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