Porqué consumir alimentos orgánicos?

El cuidado de la salud se ha convertido en una prioridad.

Ante esta nueva situación, el mercado de alimentos ofrece un amplio abanico de propuestas para satisfacer dicha demanda: premium, naturales, dietéticos, light, orgánicos, ecológicos, con bajas calorías, sin TACC (sin trigo, avena, cebada, centeno – apto para celíacos), sin grasas trans, etc.

Ante una oferta tan variada, la decisión a la hora de comprar se vuelve compleja: ¿que diferencias tienen entre sí? ¿quién me garantiza que estoy comprando lo que declara la empresa elaboradora en las etiquetas o en la publicidad? ¿realmente están cumpliendo con las expectativas que colocamos en ellos?

La garantía de que los productos son lo que declaran está dada por la existencia de una certificación de calidad otorgada por una institución acreditada.

Con excepción de la Ley 26.588/2009 acerca de los alimentos aceptados para la enfermedad celíaca, sólo los productos orgánicos, ecológicos o biológicos (en adelante “orgánicos”), definidos en la Ley 25.127/1999, poseen una certificación que los garantice.

Esta certificación no sólo garantiza que dichos alimentos han sido producidos o elaborados sin el uso de sustancias de efecto tóxico real o potencial para la salud, sino que en todo el entorno productivo se aplican técnicas amigables con el medio ambiente, favoreciendo la diversidad, y disminuyendo la contaminación.

La producción orgánica hace énfasis en el uso de diferentes técnicas o procedimientos antes que en el uso de insumos, especialmente los de origen sintético.

Para el mejoramiento de los suelos se utilizan rotaciones de cultivos, abonos verdes, cultivos de cobertura, barbechos y manejo de los rastrojos, que favorecen una mayor eficiencia en el uso del agua y de los nutrientes, lo que se traduce a su vez en el aumento de los rendimientos.

Para el manejo de plagas, enfermedades y malezas se recurre a la prevención a través de un buen planeamiento de las rotaciones, el uso de variedades adaptadas y resistentes, así como crear un entorno apto para favorecer la existencia de los enemigos naturales.

Cuando las alternativas biológicas, físicas, o de gestión son insuficientes se pueden usar los insumos de origen vegetal, animal, microbiano o mineral, que constan en las normas de producción orgánica.

Para que la cadena de custodia se transmita desde la finca hasta llegar al consumidor final, los productos orgánicos deben estar adecuadamente identificados, a fin de evitar mezclas y contaminaciones.

La identificación es fundamental: en las etiquetas, y siguiendo las normativas existentes, debe figurar la indicación de “Producto Orgánico Certificado”, el contenido, el número de lote, las fechas de producción y de vencimiento, el nombre del productor/elaborador y su dirección, así como los datos de la entidad certificadora.

Estos mismos requisitos deben ser cumplimentados por los productos orgánicos importados.

Si el producto carece de esta información es posible que haya sido obtenido siguiendo las normas de producción orgánica, pero el consumidor no tiene la garantía de que el mismo sea orgánico.

Es conveniente recordar que la calidad orgánica involucra mucho más que un alimento saludable: implica que en su producción se está tratando de utilizar los recursos naturales con criterio para lograr que la Tierra siga sosteniendo y satisfaciendo las necesidades de las generaciones actuales y futuras.