San Rafael, Mendoza 20 de abril de 2024

MIP – MANEJO INTEGRADO DE PESTES*

chacramaizLa sustentabilidad de los ecosistemas se encuentra amenazada por  la existencia de serios problemas, entre ellos la resistencia a distintos agroquímicos, la aparición de plagas secundarias, y la bioacumulación de pesticidas en el ambiente.

Por ello, y desde hace tiempo, muchas investigaciones se están orientando hacia la búsqueda de nuevas técnicas a fin de reducir esos riesgos.

Entre ellas, el Manejo Integrado de Pestes* (MIP) es un un sistema preventivo, de largo plazo y de baja toxicidad.

Es una estrategia de manejo desarrollada en los años cincuenta por entomólogos y otros investigadores en respuesta a la aparición de resistencia. También ha asumido amplio rol y significado  para el manejo de enfermedades y malezas.

En un sentido amplio el MIP es una combinación de medidas culturales, biológicas y químicas para manejar plagas, enfermedades, insectos y malezas.

El objetivo es mantenerlos  en niveles económicamente aceptables, minimizando  los impactos ecológicos y sociales negativos derivados de las actividades del control de pestes.

Es un sistema flexible que hace un mejor uso de los recursos locales y de las últimas investigaciones científicas, de la tecnología, del conocimiento y de la experiencia.

Si bien los programas varían de acuerdo con las necesidades de cada situación individual, todos están basados en varios principios comunes.

Comprende tres áreas: prevención, monitoreo e intervención.

1)  Prevención: incluye el conocimiento de las condiciones  locales, del ciclo de vida de cada peste, la selección de variedades adaptadas y/o resistentes, la elección de rotaciones (cuando fuere posible) así como de semillas y órganos libres de pestes, y métodos legales como las cuarentenas.

La prevención puede ser efectiva y eficiente en costos, y presenta pequeño o ningún riesgo para las personas y el ambiente.

 2)  Monitoreo: determina si, cuándo y qué acciones deberán ser tomadas para maximizar la producción y la calidad.

Hay muchas herramientas: desde pizarras a computadores, desde expertos locales hasta sensores remotos. Tener información en tiempo real de lo que ocurre en el campo es vital.

 3)  Intervención:  requiere el establecimiento  del umbral de daño económico: aunque es variable según producciones y localidades, es tiempo de intervenir cuando el nivel de pestes causan pérdidas mayores que el costo de controlarlas.

El MIP incluye métodos físicos, biológicos y químicos para preservar el valor económico de los cultivos con mínimos efectos en ambiente.

Entre ellos el uso del control biológico, de feromonas para atrapar o interferir con  los hábitos sexuales de los insectos y otras técnicas.

Estos métodos suelen ser más eficientes cuando hay baja intensidad de infestación.

El MIP incluye el uso agroquímicos de síntesis (cuando fuere necesario) pero respetando escrupulosamente las dosis, los momentos de aplicación y la especificidad para la peste en cuestión. Suelen ser los más costosos dentro de la estrategia MIP.

Ventajas del MIP: implica un uso decreciente de las aplicaciones químicas, lo que reduce los riesgos de salud; disminuye la severidad de las infestaciones; reduce el potencial de la resistencia; es estable, creíble y proporciona buenos rendimientos y de calidad.

También puede resultar en menores gastos y puede ser la única solución de largo plazo cuando las aplicaciones químicas  no han dado resultado.

Genera una mayor confianza en el consumidor informado y preocupado por su salud.

Desventajas del MIP con respecto al sistema tradicional (que se basa en aplicaciones  químicas repetidas o rutinarias): exige conocimientos sobre las pestes y sus ciclos de vida, requiere el esfuerzo coordinado para implementarlo correctamente, y puede ser más costoso inicialmente.

El manejo integrado de pestes es aplicable tanto en pequeñas fincas productivas como en otras de mayor extensión, siendo fundamental el planeamiento de toda la finca en el tiempo y el espacio.

Para el asesoramiento y capacitación se puede recurrir a instituciones cientifíco/técnicas como universidades, el INTA, el ISCAMEN, y otras.

El MIP es vital para el futuro a largo plazo de la industria agropecuaria.

*Su usará la palabra genérica pestes para designar a insectos, ácaros, distintos artrópodos, así como hongos, bacterias y otros microorganismos que producen daños económicos en vegetales y animales. También se incluye a las malezas dentro de este término.

 Ing.Agr. (U.B.A) Lidia Adriana Gaivironsky
Auditora de Calidad de Producciones Orgánicas, Sin transgénicos, con Identidad Preservada.
 email: lagaivi@gmail.com
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