La alegría es uno de los mejores estados del ser humano. Recrearla a través del arte es aún mucho mejor. Los chicos de la Escuela IRIS de San Rafael, reflejaron a través del arte plástico, el teatro, la música y la danza, ese momento especial del ser humano. De la mano y con verdadera vocación de servicio de las «seños» y los «profes», plasmaron una muestra artística integral para el deleite de ellos mismos y de quienes la presenciaron, «llevándonos a un mundo pleno de afecto, y demostrándonos en su conjunto, que podemos lograr todo lo que nos propongamos.»

Daniela Rombolí, directora, resumió estos dos días de la muestra en una sola palabra: emoción. «Compartimos con centros de día, mamás interesadas en el futuro de sus hijos, docentes de otras escuelas especiales, y fueron muchas sensaciones juntas. Con la obra de Teatro Romeo y Julieta, se logró una adaptación justa para los actores y para el público, que emocionó muchísimo, con un público sumamente respetuoso. Lo mismo sucedió cuando se presentaron las danzas y la música, y cuando se observaba el arte plástico de los chicos.»

Participó la matrícula completa de la escuela, «junto a todos los docentes que trabajaron, por ejemplo, en la confección del vestuario en una tarea conjunta, cociendo, cortando; y el equipo técnico, aportando cada uno lo suyo, no sólo como profesionales.»

Agregó que «la Comisión Directiva acompañó como lo hace siempre, en cada una de las iniciativas y tareas que se desarrollan.»

En danzas, estuvo a cargo la Prof. Roxana Gómez, en teatro Noelia «Mini» Acevedo, en música Eugenia Martín, en plástica Noelia Muñóz, en artesanías Pablo Sorroche, quien fue también actor en la obra de teatro. El equipo se completa con Cristina Campderrós, vicedirectora, Claudia Cristofanelli, secretaria, Maximiliano Ortega en Informática, Mariano Rici, y Lorena Martínez en apoyo pedagógico, quien además es referente de los papás, llevando a cabo además, tareas administrativas referidas al seguimiento de los alumnos.

Ana Cristina Olive, durante muchos años se desempeñó como docente de IRIS, fue directora y en la actualidad es la representante legal de la institución, siendo siempre una referente para quienes desempeñan allí sus tareas. Para ella, el cargo que ocupa, es un resumen de toda una vida. Comenzó como docente, luego fue vice y finalmente directora. «Desde esta función de representante legal se tiene la mirada de todo lo que ha pasado durante tu vida, y todo ese aprendizaje que se tuvo como docente, al comprender la dirección, la gestión, hace que pueda accionar desde otra mirada.»

La Comisión Directiva está compuesta por la Señora Mimí Mahía en la Presidencia, y la tesorería está a cargo de Blanca Massi, Ana María Lina quien ocupa el cargo de secretaria y fue directora de IRIS, y Pirucha Ibáñez.

Destacó que después de trabajar como docentes, y estando jubiladas, «estas personas continúan trabajando para la institución, con verdadera vocación de servicio y una loable tarea comunitaria.»

La Escuela Especial IRIS está dividida en dos partes: la primaria especial desde nivel inicial hasta séptimo grado y ahora esta oferta con la Escuela Integral de Formación Artística, y la parte de rehabilitación que es para todo aquel que necesite en la primera infancia, desde los primeros meses hasta los 7 u 8 años, fonoaudiología, kinesiología, psicología y terapia ocupacional, todo supervisado por una pediatra. «Este equipo técnico atiende gratuitamente a todos los niños, ya sea que tengan o no cobertura social.»

En IRIS todo se vive y se trabaja «en familia», compartiendo cada momento especial en la vida de sus integrantes como por ejemplo un cumpleaños.

Por parte del Estado, sólo recibe el aporte de los sueldos docentes. El resto se cubre con lo que gestiona económicamente la institución a través de sus socios, con donaciones, convenios con el Ministerio de Desarrollo Social, y fundamentalmente con la buena voluntad y predisposición de los docentes, que aportan para tareas de mantenimiento y otras, como el servicio de internet para que los alumnos puedan acceder a mayor tecnología. IRIS no se encuentra enmarcada en el Programa Conectar Igualdad a pesar de hacer hecho todo lo necesario para ser incluida y de trabajar por la inclusión social de niños y jóvenes especiales.

Desde 1956 funciona gracias a la comunidad sanrafaelina y cumplirá 60 años en las mismas condiciones y lugar en la que fue creada, «con todo el esfuerzo de la comisión, de los docentes, del equipo técnico, y de las familias de los chicos», una noble tarea que enaltece el espíritu.

Felicidades Escuela Especial IRIS!!! Simplemente así.