Foto: LA NACION / Maxie Amena
TORONTO.- Los Juegos Panamericanos doblaron la última curva y encararon la recta final. El próximo domingo, Kanye West, Pitbull y Serena Ryder estarán cantando en la ceremonia de cierre en el Rogers Centre, antes de la bienvenida a la cita de Lima 2019. Mientras tanto, estos ocho últimos días dejaron mucho margen para el análisis, según lo que se proyectaba y lo que se observó finalmente en los distintos escenarios de juego.
El crecimiento colombiano
El Comité Olímpico Argentino llegó a Toronto con el objetivo de discutirle a Colombia el 6° puesto en el medallero, para subir un escalón respecto de Guadalajara 2011. La disparidad de los rendimientos indica que no habrá forma de alcanzar a los cafeteros, que ayer ya alcanzaban los 24 oros, la misma cantidad que recolectaron en total hace cuatro años. Es más, Colombia supera a México y a Cuba, por el momento está cuarto. Los colombianos también financian el deporte a través del impuesto a la telefonía celular, pero vienen mostrando un nivel de excelencia en muchas disciplinas. Arrasaron en levantamiento de pesas (¡ocho doradas!), descolló el gimnasta Jossimar Calvo Moreno (3), el ciclismo acaparó tres y el golf ganó los tres certámenes. A la inversión combinada entre el Estado colombiano y las empresas privadas se le suma un elevado grado de profesionalismo. Lo decía Elías del Valle, capitán del seleccionado de patín carrera: «Nos sacamos ese estigma tercermundista y nuestros atletas se entrenan con actitud, dedicación y compromiso».
Confianza y mente fría
Es interesante detenerse en esta comparación entre Colombia y Argentina. Ambos acaparan una similar cantidad de medallas (56 y 50, respectivamente), pero los cafeteros parecen saber rematar mejor en instancias decisivas. De hecho sus oros triplican a sus platas, mientras que en la misión albiceleste, las plateadas duplican a las doradas. Todos los países crecen y el deporte se define cada vez más por mínimos detalles. Hubo numerosos casos de triunfos argentinos al borde de cristalizarse: la judoca Paula Pareto perdió en el tiempo extra, su colega Alejandro Clara sufrió una lesión en un dedo y fue derrotado por una amonestación, a Catriel Soto lo pasaron en la última media vuelta en mountain bike, los Pumas cayeron en la última jugada en el seven, a la tiradora quinceañera Fernando Russo se le escapó por una décima de punto, el golfista Tommy Cocha quedó a un golpe? Pero la típica expresión «estuvo ahí de ganar» es inconducente.
La autosuperación
No solo es una quimera darle alcance a Colombia, sino que la delegación nacional deberá brillar en estos últimos seis días de los Juegos para superarse a sí misma, ya que las 21 doradas de Guadalajara fijaron una vara muy alta. Cabe recordar que en Toronto 2015 fue descartada del programa la pelota paleta, que hace cuatro años le dio a nuestro país cuatro oros. Asimismo, el remo en aguas canadienses demandó una mayor exigencia y sólo se obtuvo uno de cinco respecto de México. En tren de especulaciones, hay buenas probabilidades de primeros puestos con los Leones y las Leonas del hockey, los Gladiadores del handball y Javier Julio en el Overall de esquí acuático. En su aspiración al título, el voleibol masculino tendrá a Canadá como único oponente fuerte, ya que Brasil y los Estados Unidos apuntan sus cañones a la World League y aquí presentan equipos alternativos. No sería conveniente descartar a las entusiastas Georgina Klug y Ana Gallay, que en el beach voley dejaron en el camino a norteamericanas y brasileñas y hoy definirán ante Cuba. Hasta ahora hay 10 oros; podría treparse hasta los 15 o 16. Y el atletismo será una dura prueba global, sin un campeón nacional visible.
Aquella conquista de los 50
La otra idea original del COA era rebasar las 83 medallas de los Panamericanos de México 1955, la mejor cosecha en el exterior. Se llevan atesoradas 50 y el número podría acercarse a aquel total, pero es un buen punto para mostrar que la inversión alcanzó picos de rendimiento que no se conseguían desde la presidencia de Juan Domingo Perón.
Mirando el historial
En Guadalajara 2011, Brasil se adjudicó 27 oros más que Argentina y lo desplazó del cuarto puesto del medallero histórico. Llegó a 287 contra 279 de nuestro país, sin contar Toronto 2015. Pensar hoy en recuperar esa diferencia con Brasil es utópico, pero los objetivos se reorientan a aprovechar la caída de Venezuela en estos Juegos y, además, tratar de emparejarse con Colombia, que por presupuesto es el que se nos acerca, aunque ellos llevan un apoyo económico más sostenido en el tiempo.
La calidad del metal
Los oros tienen distinta valoración si se realiza una interpretación más profunda. Los del tenis sirven tanto en el medallero como el de Grabich, pero uno fue en un torneo de menor categoría que un Challenger, mientras que el otro llegó con una marca que podría clasificar a un nadador en la final de los Juegos de Río 2016. Por otro lado, las doradas en patinaje artístico, patín carrera y las pruebas de Lighting mixto y J24 del yachting no tendrán un correlato en Brasil porque no forman parte del programa olímpico.
Al margen de las preseas
No sólo se trata de medallas; el dato positivo es el relanzamiento de la natación, los accesos a muchas más finales en distintas disciplinas y los pasajes olímpicos logrados en Toronto, como los tiradores Amelia Fournel, Fernanda Russo, Melisa Gil y Fernando Borello, Emmanuel Zapata en pentatlón moderno, además de las marcas A de Federico Grabich (50m y 100m libre) y Santiago Grassi (100m mariposa). Aunque los éxitos todavía no llegan con la frecuencia deseada, la inversión se observa con una base más amplia que en otros años. Dentro de un panorama difícil, la campaña argentina sólo puede prometer seguir peleando en cada escenario.
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