
ATENAS.- En un pasadizo arbolado, dos amigos de toda la vida teclean en sus notebooks, perfeccionando su octava nueva compañía de Internet, un servicio de recomendación de hoteles llamado travelmyth.com que comenzó en noviembre y ya está dando ganancias.
Podría ser otra de tantas historias de éxito de la era digital, si no fuera por la ubicación de la compañía: Grecia, país que es casi la definición del mal manejo económico, un lugar resistente desde hace mucho a las demandas de la competencia global y donde se hunden las aspiraciones de la gente joven.
Desafiando los problemas que la historia reciente del país les ha endilgado, unos pocos empresarios griegos están logrando prosperar aquí, aportando un rayo de esperanzas para la economía y su generación, en momentos que Grecia se prepara para más austeridad fiscal y cambios regulatorios dolorosos.
Mientras parlamentarios, sindicalistas y las corporaciones que controlan el ingreso a las profesiones se quejan de que el acuerdo de rescate griego es una entrega humillante de la soberanía nacional, una joven clase empresaria está saltando por encima de lo que percibe como una cultura de negocios esclerótica, protegida y que mira hacia el pasado. Jóvenes empresarios aquí dicen que tienen poco interés en el debate político e ideológico, pero están dispuestos a abrazar las realidades que llegan con las políticas que imponen los acreedores griegos, incluyendo el fin de la colcha de retazos normativa, el proteccionismo, las exenciones impositivas y cláusulas que resguardan intereses especiales, que han trabado por mucho tiempo la competitividad del país.
«Nuestros clientes no son compañías griegas, por lo que el éxito de nuestro proyecto no depende para nada de Grecia» dijo Stefanos Vasdekis, de 35 años, uno de los dos socios fundadores de Travelmyth. «Depende de lo competitivos que seamos en el medio mundial».
Nuestros clientes no son compañías griegas, por lo que el éxito de nuestro proyecto no depende para nada de Grecia, dijo Stefanos Vasdekis, socio fundador de Travelmyth
Con una tasa de desempleo de la juventud de alrededor del 50 por ciento, Grecia le presenta a sus jóvenes una opción dura: emigrar y sumarse a una fuga de cerebros a Europa occidental y más allá, o quedarse en su patria y luchar contra todas las probabilidades para encontrar un medio de vida. Las industrias tradicionales golpeadas por la recesión tienen poco que ofrecer, por lo que para muchos jóvenes, el premio deseado es un puesto público, obtenido a través de un partido político.
Pero algunos en cambio intentan basarse en las raíces mercantiles del país para construir empresas propias pese a todos los impedimentos.
Han surgido en Atenas al menos media docena de incubadoras de pequeñas empresas y espacios de trabajo en colaboración -edificios donde empresarios pueden alquiler espacios barato y beneficiarse de la proximidad con otros-, dando nacimiento a nuevas compañías con hasta 20 empleados.
Una cantidad de organizaciones filantrópicas han patrocinado concursos y dado dinero a jóvenes empresarios griegos. Entre ellas se cuenta la Iniciativa Helénica, una organización sin fines de lucro que recibe apoyo de griegos en el extranjero.
La Iniciativa Helénica organizó una feria de emprendimientos en junio en la que 19 nuevas firmas y compañías establecidas hicieron presentaciones a inversores internacionales, buscando capital y conexiones. Entre los esperanzados se incluía un laboratorio de seguridad en cosméticos, un fabricante de bicicletas plegables a medida y un sitio similar a eBay, que subasta fuel-oil para barcos. Llegaron inversores a la feria de toda Europa, Estados Unidos y Australia. Visto de modo realista, los problemas de Grecia son demasiado grandes para que un sector aún relativamente pequeño los resuelva por su cuenta. Pero, según algunos expertos, puede mostrar el camino.
«Hay una divisoria entre la vieja escuela y la nueva» dijo Jeremy Downward, jefe de inversiones de Alpheus Advisors, una firma de inversiones. También fue socio fundador en el primer banco de inversión, Alpha Finance, de 1989 a 2001.
«Por supuesto que muchas de estas ideas quedarán por el camino» dijo Downard. «Per realmente creo que habrá un puñado de firmas innovadoras a las que les irá bien. No faltan chicos inteligentes, con impulso y voluntad, muy hambriento y con un plan de negocios bastante bueno».

Una incubadora de nuevas empresas giregas fue creado por el gobierno de Holanda, un giro que vale la pena señalar, dado que el ministro de finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, se ha convertido en una figura temida en Grecia porque impone duras condiciones en las negociaciones por la crisis de la deuda. La embajada holandesa, trabajando con fundaciones locales y compañías holandesas como Heineken que tienen inversiones importantes en Grecia, crearon la incubadora, conocida como la Plantación Naranja, en el centro de Atenas.
Incluso a las 7 de la tarde de un viernes, el lugar estaba muy activo, con una docena de jóvenes de ambos sexos trabajando en sus laptops o realizaban conferencias en el espacio industrial de la planta baja. Ignoraban la máquina expendedora que ofrecía cerveza Heineken y, en cambio, preferían agua y café recién hecho.
En las mesas ratonas había panfletos y tarjetas de negocios de empresas como Bloode, que se describe como un servicio de donación de sangre online.
Nuevas empresas últimamente se han estado mudando a viejos edificios industriales en el barrio de Gazi. En un espacio de trabajo en colaboración llamado Fond.ation, cinco empresarios de menos de treinta años (excluyendo un socio que ahora está en el servicio militar) operan una red de marketing orientada a la juventud llamada Hangover Media.
Uno de sus emprendimientos más exitosos hasta ahora, Neolaia.gr, es un sitio con entretenimiento y ofertas de empleo e incluso una prueba de ira. El sitio se sostiene con publicidad nativa, artículos con patrocinadores y artículos que escribe el equipo de Hangover para compañías que tratan de llegar a un mercado juvenil.
Una vez que logran comenzar, los jóvenes empresarios enfrentan el desafío de que hacer que sus empresas adquieran dimensiones significativas con algo más que un puñado de empleados.
«Hablar de la crisis y todos los aspectos negativos de esta depresión económica inmensa en el país no ayuda demasiado» dijo Dimitris G. Kalavros-Gousiou, cofundador de Found.ation. «Ayuda que uno pueda comenzar a construir algo que tenga sentido y que tenga sentido tanto para las empresas y la sociedad».
Aunque recibirían con gusto una mano de ayuda del gobierno, los empresarios jóvenes dicen que han aprendido a no esperarla. Pero viene dinero de fuentes privadas y en algunos casos de programas de la Unión Europea.
Hemos demostrado que pueden crearse empresas buenas e interesantes en una locación exótica como Grecia, dijo George Tziralis, cofundador del fondo de inversiones Openfund
George Tziralis, de 33 años, ingeniero, se metió en el negocio de los fondos para crear empresas cuando junto con un socio fundaronOpenfund, que invierte en compañías de alta tecnología originadas en Grecia pero apuntan a mercados internacionales. El fondo desde entonces llegó a tener cinco socios que manejan 15 millones de euros (US$ 16 millones). Ente sus inversiones recientes se cuenta Taxibeat, una aplicación similar a Uber que se ha vuelto popular en Grecia, y Workable, una herramienta de reclutamiento de empleados, usado por más de 20000 compañías pequeñas y medianas en 39 países.
«Hemos demostrado que pueden crearse empresas buenas e interesantes en una locación exótica como Grecia», dijo Tziralis. «Buscamos lo mejor de aquí sin preocuparnos por lo peor».
Una de las mejores partes es una fuerza laboral dispuesta y educada, que debido a los malos tiempos económicos es barata. «Los sueldos griegos son mucho más bajos que en otros países europeos y los trabajadores griegos son más leales a las nuevas firmas», dijo Tziralis.
Para empresarios de internet como Vasdekis de Travelmyth y su socio, John Nousis, también de 35 años, la disposición a aceptar el cambio es natural. Dicen que Grecia ya no puede esperar que la prosperidad fluya de los antiguos principales recursos del país: industria naviera, aceite de oliva, queso y el turismo tradicional.
Los dos hombres iniciaron su primera compañía cuando estaban en su primer año de la universidad en 1998 y desde entonces han tenido un nuevo proyecto cada dos años en promedio. Algunos proyectos tuvieron éxito y otros no, pero en todo momento han logrado mantenerse y reinvertir en su negocio.
Travelmyth opera casi totalmente online; sus fundadores tienen una oficina en un espacio de incubadora, pero su personal fluctuante de entre cinco y 15 empleados se comunica por Internet. Sin embargo subsisten algunas barreras burocráticas que sus dueños deben afrontar a la antigua.
«Me siento mal cada vez que tengo que ir a la oficina impositiva» dijo Vasdekis. «Realmente mal».
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1813223-el-desafio-de-crear-una-start-up-en-medio-de-la-quebrada-economia-griega






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