Los smartphones, tablets y computadoras no solo cambian la manera en la cual nos comunicamos y trabajamos, sino también la forma en la que realizamos tareas cotidianas. Si bien estos dispositivos permiten ganar tiempo, estar más conectados y tener una vida más cómoda, es cierto que pueden afectar la salud si se los utiliza con una mala postura corporal o cuando ciertas partes del cuerpo están sobreexigidas.
Como siempre es «mejor prevenir, que curar», a continuación se detallan algunos consejos para disfrutar de la tecnología sin afectar la salud:
CUIDADO CON LOS DEDOS Y LAS MANOS
El síndrome de túnel carpiano es una de las dolencias más conocidas por el uso continuo de computadoras personales.
Escribir intensamente con el smartphone o la tableta puede incrementar la probabilidad de padecer trastorno musculo-esquelético asociado al uso de los dispositivos de mano (popularmente conocido como whatsappitis). Se trata de la inflamación del tendón de la muñeca y de la membrana sinovial que lo recubre, que trae como consecuencia dolor en dedos, muñecas y cuello.
«Lo usual es que esto ocurra en la mano dominante por usar los pulgares para enviar textos, sobre todo cuando se combina con sostener el peso del dispositivo en el mismo momento. Vale aclarar que el pulgar realiza todos los movimientos posibles en forma repetitiva. Otro factor que incluye es el teclado chico. Al respecto, en el 90% de los casos registrados es porque el usuario envió mensajes o jugó con el dispositivo más de 2 horas por día», ilustra el Dr. Guillermo Díaz Colodrero (MN 58765), Director Médico de Swiss Medical Center.
Para evitar dicha afección, el especialista aconseja utilizar dispositivos que permitan usar más de un dedo para tipear, hacer pausas frecuentes y apelar a un software que convierte la voz en texto. «Otra alternativa es cargar el equipo en la mano no dominante y usar varios dedos de la mano dominante para tipear el texto sin recurrir al pulgar», agrega.
Otra dolencia habitual para los que manipulan el mouse es el síndrome del túnel carpiano, que se manifiesta a través de fuertes dolores en la palma de la mano y la muñeca. Para evitar este problema, se debe colocar el teclado de manera que los brazos estén en ángulo recto. Además, los hombros deben estar relajados y las muñecas, apoyadas.
Para los usuarios de notebooks es buena idea utilizar un teclado externo ya que ofrece mayor confort al tipear comparado con el teclado del equipo. En el mercado hay varios modelos ergonómicos, de forma curva para favorecer una postura más natural de mano, antebrazo y muñeca.
LA COLUMNA, OTRA GRAN VÍCTIMA
Manipular el smartphone a la altura del pecho implica sobrecargas en hombros, cuello y espalda. De hecho, un cálculo publicado en la revista Surgical Technology International, indica que la cabeza humana adulta que está mirando hacia abajo su dispositivo móvil debe hacer una fuerza equivalente a unos 27 kilos. Para salvar este problema, también conocido como Text Neck (cuello de texto), es necesario tomarse unos minutos para estirarse. Otra idea es agrandar el tamaño de la letra del celular para no bajar tanto la cabeza y, por supuesto, tratar de no utilizar el equipo todo el día.
Con respecto a las notebooks, los traumatólogos coinciden: su uso incrementa las patologías cervicales. Esto se debe a varios motivos: por un lado, como estos equipos permiten trabajar desde cualquier lugar, falla la ergonomía. De hecho, hay quienes la usan en la cama, o la apoyan sobre las rodillas. Además, como la pantalla no está a la altura de los ojos, las cervicales tienen que sostener a la cabeza, que se inclina hacia adelante durante largas jornadas laborales. «Cerca de 1/3 de las consultas de columna hechas en un consultorio se deben a problemas posturales relacionados con el trabajo. Surgen contracturas musculares y dolores en la columna cervical y dorsal (cuello y espalda), e incluso puede dar cefaleas», explica el Dr. Victor Ramanzin, traumatólogo de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina (MN 66387), y aconseja: «Los usuarios deben levantarse de su asiento, caminar y hacer ejercicios de estiramiento en posición parada un mínimo de 5 minutos por hora».
«El teclado debe apoyarse sobre el escritorio y estar a la altura de los codos una vez que el usuario está sentado. Por otra parte, el monitor tiene que estar a la altura de la cabeza y, si el sujeto quiere apoyarse en el respaldo de su asiento, este debe estar a 90°, ya que la clave es mantener la columna recta», agrega el especialista. Para lograr todo esto se puede apoyar la notebook sobre un objeto (puede ser sobre las viejas guías telefónicas o sobre muchos libros) con el objetivo de que la pantalla se ubique a la altura de los ojos.
LOS OJOS TAMBIÉN SUFREN
«En un 60 a 70% de las consultas se menciona el discomfort visual vinculado al uso de pantallas», afirma el Dr. Pablo Wainberg, Jefe del Servicio de Oftalmología de la misma institución en donde se desempeña Díaz Colodrero (MN 77968).
Si bien hay quienes dicen que hay que manipular los dispositivos a una distancia mínima de 50 centímetros de los ojos, el oftalmólogo destaca que «la distancia puede variar para distintas personas según presenten o no la necesidad de usar anteojos recetados. A su vez puede variar para una misma persona a distintas edades. La mala visión para leer a partir de los 40 años (llamada presbicia) afecta a cada individuo de manera diferente. Por eso es importante la consulta con el especialista, ya que al momento de recetar el anteojo, de ser necesario, se debe corregir la distancia de trabajo de manera personalizada».
Para evitar la resequedad de los ojos se puede apelar a las lágrimas artificiales. De todos modos, éstas tienen que estar recetadas por médico oftalmólogo y debidamente supervisada su respuesta terapéutica.
«Cualquier actividad frente una pantalla, por mucho tiempo, genera alteraciones en un principio leves. La frecuencia de parpadeo involuntario, que consiste en el cierre rápido e imperceptible de los parpados, disminuye notablemente al fijar la vista mucho tiempo en una pantalla. Esto lleva a una menor y mala lubricación de la córnea con la consecuente irritación por desecación. Si a esto le sumamos ductos de calefacción cercanos, el cuadro empeora. A su vez, la tensión de los músculos que mueven el ojo (extraoculares) puede generar una sensación de molestias en la zona, después de un largo período de concentración visual. Por último, como mencionamos previamente, si existe una falta de corrección óptica (anteojos) no diagnosticada, la experiencia de trabajar diariamente con este tipo de dispositivos puede ser altamente frustrante», concluye Wainberg.
TRASTORNOS EN EL SUEÑO
Distintos estudios revelan que el uso de dispositivos electrónicos justo antes de dormir altera el sueño. Esto se debe a que su uso desvela, y a que estos aparatos emiten una luz que reduce la cantidad de melatonina que segrega el cerebro, que es una hormona que favorece la relajación y la somnolencia y regula el sueño y la vigilia.
Para evitar estos problemas, Marcela Cohen (MN 72041), Neuróloga del sanatorio donde se desempeña Ramanzin, recomienda «suspender su utilización de dispositivos al menos una hora antes de irse a dormir».
CON LA AYUDA DE LA TECNOLOGÍA
Para evitar que el uso de los dispositivos afecte al cuerpo, hay aplicaciones y recursos que le avisan al usuario que es momento de tomar un recreo. Por ejemplo, el reloj inteligente iWatch, de Apple, viene con una función que envía mensajes a su usuario cuando éste ha pasado más de una hora sentado.
Los propietarios de dispositivos con Android pueden descargar sin cargo las aplicaciones Trabajo sedentario, que consta de un timer configurable: el sonido de la alarma significa que ha llegado el momento de realizar una caminata o ejercicios sencillos para evitar los males arriba enunciados. En tanto, Office Ergonomics es una guía gratuita que incluye gráficos y consejos útiles para optimizar la postura frente a la computadora.
Si estas herramientas no alcanzan, se puede optar por LUMOback, una banda que se coloca alrededor de la cintura para monitorear la postura corporal, y vibra cuando el usuario deja de estar bien erguido para encorvarse. Además, se conecta vía Bluetooth con el teléfono para monitorear la postura corporal durante el transcurso del día. Entre otras funciones, cuento los pasos que el usuario da por día y las calorías que ingiere. Todo esto es grabado para poder determinar la evolución a través del paso del tiempo. Se puede adquirir online desde los 80 dólares.
Con todos estos consejos, no hay motivos para tener dolores corporales por la mala postura al momento de usar nuestros dispositivos preferidos.
Fuente: La Nación – http://www.lanacion.com.ar/1812314-como-prevenir-las-dolencias-generadas-por-el-uso-excesivo-de-dispositivos-electronicos
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