«La problemática de las adicciones es inmensa, afectando directamente a miles de familias, pero también,» según el parecer de Elio Garcia, Director Terapéutico de Asociación Nehuén, «socialmente tenemos una resistencia a darnos cuenta de la realidad.»

¿Cuál es nuestra realidad?

A ello agrega que «en estos lugares, en estos pueblos, con nuestro pensamiento e idiosincracia somos bastante negadores. Esto ha favorecido a tener el problema que tenemos, y lo que sucede que al ser hechos aislados, que se intentan tapar, parecen menos, pero cuando se empieza a investigar, siempre se encuentra «algún familiar» que atraviesa problemas graves de adicción. Pero, ¿cuántas personas se hacen responsables de esta situación y quieren empezar un tratamiento? Claro, que quienes se tienen que hacer cargo son los familiares. El enfermo está enfermo y no se puede hacer cargo. Generalmente, las personas adictas tienen un trastorno de la personalidad y siempre tienen una enfermedad psiquiátrica de base, entonces cuesta mucho más. Son patologías asociadas, y no solamente es el consumo de alguna sustancia, sino que tienen otros antecedentes.»

Las adicciones y el resultado de su consumo: afecta a toda la sociedad

En una persona que fuma cigarrillo, su vida social no cambia, aunque sí afecta gravemente su salud. Pero si tomo alcohol o consumo sustancias y luego manejo, sí pongo en riesgo a terceros.

Una persona que juega también pone en riesgo a la sociedad, porque no sólo se afecta individualmente sino que directamente a su familia también por las pérdidas económicas que puede sufrir.

Tiene que haber una planificación a largo plazo, desde la educación, sin pensar que se obtendrán los resultados mañana porque traemos un atraso de más de 20 años debido a que no se ha hecho algo y lo que se hizo, se hizo mal. Entonces empezar a trabajar ahora lo vas a ver en las futuras generaciones. Si no trabajamos desde ahora se pondrá cada vez peor. Cuando se atiende la problemática y logramos que un chico se sane son muchas familias las que se salvan. Un chico adicto sale a robar ante la desesperación de no tener dinero para adquirir droga y puede golpear o matar a una o varias personas sin importarle nada. Con uno solo recuperado se salvan muchos.

La rehabilitación es traerlo «de vuelta a la sociedad, convivir según sus y normas reglas éticas y morales», pero no hay una planificación ni del Estado Nacional, ni Provincial ni Municipal. «Nadie baja líneas para un tratamiento.»

Ahora bien, el tratamiento privado tiene un alto costo, ¿qué sucede con quienes no tienen dinero para ello? «También puede asistir a la Asociación Nehuén,» aclaró García. «Pero también hay que aclarar que el Estado se debería hacer cargo porque tiene lugares y los recursos necesarios. Tiene el Centro Provincial de Adicciones que debería coordinar acciones pero funciona muy mal, y debería traer profesionales que formen a otros, por ejemplo, y no lo hace.»

La división real 

Existe la persona que consume, la que abusa de ese consumo y la que es adicta. El término adicto en este caso, proviene de esclavitud. «Hay gente que consume y no es esclava. El que abusa, que tal vez no consume todos los días y no se desespera por no tener, pero, por ejemplo consume en demasía un fin de semana. Aquí también se presenta otra problemática porque se le alargan los fines de semana a los feriados y en las vacaciones directamente abusa, y tiene una tendencia a la adicción.

Mientras no se trabaje como corresponde deriva en problemas de inseguridad, de accidentes viales, por citar algunos hechos, y esto afecta sistemáticamente a toda la sociedad. «Tenemos una tendencia a dividir y no podemos ver el problema global. El problema principal no es la adicción en sí, sino la falta de planificación para su prevención.»

La admisión en la Asociación Nehuén para la recuperación de adictos necesita de ciertos requisitos. El paciente debe tener una admisión psiquiátrica y no debe tener causas penales porque los riesgos son muchos. En realidad lo que se necesita en la actualidad es un lugar de internación. Esta asociación no tiene ese espacio necesario.

Allí, no sólo existe el centro de rehabilitación, sino que también tiene talleres de capacitación y reúne a un grupo de padres que han perdido a sus hijos.

Todas aquellas personas que deseen asistir o para mayor información pueden contactarse en la mañana en Bernardo Houssey 391, Barrio Sardi.

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