“La idea no es asustar a nadie ni que hablemos de catástrofes naturales” dijo el doctor Ricardo Villalba, ante el panorama que puede ofrecer Mendoza dentro de 30 años si no actuamos frente al calentamiento global.
Aumentaron las lluvias de verano en el llano, subió la temperatura, disminuyó la cantidad de nieve en la cordillera, falta agua en los ríos y para la agricultura y se alarga la crisis hídrica, todo a raíz del calentamiento global que llegó a Mendoza para quedarse.
“Lo importante es informar a la gente” dice el actual director del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales del Centro Científico Tecnológico Mendoza, dependiente del CONICET.
El científico reclamó, además, que el tema sea incluido en la discusión política y que haya un espacio entre los ministerios del Gobierno, “al menos con rango de secretaría”, para atender lo que ellos están investigando y que tiene relación con los problemas de la gente.
“Hay que pensar claramente cómo vamos a aprovechar el aumento de precipitaciones de verano para que esto no se transforme en problemas. El cambio climático debe ser incorporado para que podamos ser más exitosos en la creación de políticas que beneficien a la gente”, afirmó el especialista.
Villalba aseguró que “las lluvias crecieron cuatro veces durante febrero en los últimos dos años mientras que, contrariamente, hace 5 años que nieva el 50% menos en la cordillera de donde viene el agua que usamos en la región”. Estos datos de la realidad hacen que el científico afirme: “Esta situación nos está llamando a ser, sí o sí, mucho más eficientes en el uso del agua”.
Como referencia del contexto mendocino, el relevamiento que realiza el IADIZA a nivel nacional indica que la cuenca del rio Mendoza, tiene 1.625 glaciares que cubren más de 570 kilómetros cuadrados de hielo. Al saber cuántos glaciares hay en la cordillera se puede calcular la reserva hídrica estratégica en cada cuenca de la provincia. Es uno de los datos relevantes para las políticas que hay que generar.
Sobre la posibilidad de que con el adelanto tecnológico en el futuro se pueda dominar el clima, comentó que “las esperanzas de muchos científicos en el mundo están basadas en que aparezca alguna tecnología o método ambiental que permita capturar todas las emisiones para solucionar este problema. Lo más importante que tenemos que pensar en una solución al problema actual y que no se convierta en un problema para las generaciones futuras».
“Lo mejor, como dice la encíclica del Papa Francisco, es buscar soluciones en uno mismo, en ser más amigables con el ambiente, en cuidar más de nuestra casa porque es la única que tenemos, debemos ser responsables con el planeta y, bajando a lo cotidiano, hacerlo a nivel hogar y en todas las escuelas” reflexionó el investigador.
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