- Un estudio presentado en el congreso sobre el cáncer de la Sociedad Americana de Oncología señala avances en el tratamiento del melanoma y el cáncer de pulmón
Imagen microscópica de las células de un tumor de pulmón. DENNIS KUNKEL AINHOA IRIBERRIEspecial para EL MUNDO Chicago (Estados Unidos)
El congreso más importante sobre cáncer, el de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que tiene lugar estos días en Chicago, celebra hoy su sesión plenaria, la más importante y, en ella, se ha puesto de manifiesto que los cócteles de medicamentos han llegado también a la aproximación terapéutica que más ha dado que hablar (y seguirá haciéndolo) en los próximos años: la inmunoterapia o el entrenamiento farmacológico para que el propio sistema inmunológico frene al cáncer.
El estudio presentado hoy no es más que el primero de muchos, pero es el que está más avanzado en este nuevo abordaje, ya que se trata de un ensayo en fase 3, la última de la investigación clínica. En el trabajo, publicado simultáneamente en el ‘New England Journal of Medicine’ y con participación de cinco hospitales españoles, se ha comparado la única inmunoterapia aprobada actualmente en el país, ipilimumab, con la combinación de esta con otro nuevo fármaco del mismo tipo, nivolumab, más nuevo y con prometedores resultados tanto en melanoma como en cáncer de pulmón, indicaciones ambas que sí tiene en EEUU.
Según explica el oncólogo del Hospital Gregorio Marañón Iván Márques-Rodas, uno de los firmantes del trabajo, son dos los parámetros estudiados: la supervivencia libre de enfermedad (SLE, el tiempo que tarda un paciente desde que responde al tratamiento hasta que vuelve a recaer, la norma en este tipo de enfermedad) y la supervivencia global. De momento, lo presentado en Chicago se refiere al primer punto y los datos son incontestables: la combinación llega hasta a cuadriplicar la SLE, que pasa de 2,9 meses a 11,5 meses.
«Creo que el cambio en la práctica clínica vendrá cuando tengamos los datos de supervivencia global», indica Márquez-Rodas, que responde ante el poco tiempo real de supervivencia que siguen registrando los pacientes con un contundente: «Hace menos de diez años, les ofrecíamos un 50% de posibilidades de seguir vivos a los seis meses». Una situación especialmente dramática si se tiene en cuenta que el melanoma metastásico afecta a gente joven «muy lejos de la edad biológica en la que deben morir».
Los médicos están entusiasmados ante la inmunoterapia y este estudio demuestra que la combinación de fármacos puede marcar tendencia. En esta ocasión, se trata de dos inhibidores de ‘check points’ distintos. El veterano ipilimumab bloquea la señal inhibidora del CTLA-4 y el joven nivolumab la del PD-1, puntos de activación del sistema inmunológico que, sin medicamentos, no funcionaban ante la formación de un tumor.
La forma de administración es cómoda para el paciente: durante tres meses recibirán una infusión intravenosa de ipilimumab cada tres semanas y otra de nivolumab cada 15 días (ambas terapias se administran en una hora). Al trimestre, se quita el primero de los fármacos y se continúa solo con el segundo. ¿Duración del tratamiento? Dos años, una cifra inalcanzable hasta hace nada por los pacientes de melanoma metastásico.
Aunque se trata de una terapia aún en pañales, los médicos observan datos llamativos en los numerosos estudios que se llevan a cabo con estos fármacos. Uno se refiere a la memoria. «En algunos grupos de pacientes, que aún tenemos que estudiar muy bien para poder definirlos, se ha visto que, tras parar el tratamiento por toxicidad u otros motivos, la enfermedad no se ha reproducido; es como que su sistema inmune ya se ha activado lo suficiente para atacar al melanoma una vez que lo ha aprendido a identificar», apunta el oncólogo del Gregorio Marañón.
Parece que los fármacos de inmunoterapia van a seguir protagonizando las reuniones anuales de ASCO por muchos años, algo que los pacientes parece que agradecerán.
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