La región afronta retos que «no son triviales» pero los expertos destacan que existe un potencial que se puede utilizar
Christine Lagarde junto a David Lipton, en una imagen de archivo / EFE
América Latina necesita una nueva estrategia de crecimiento. Con este objetivo, el Fondo Monetario Internacional celebró este lunes en Washington una conferencia de alto nivel en la que se analizó la situación por la que atraviesa el conjunto de la región y durante la que los expertos debatieron para definir prioridades políticas que permitan retomar un crecimiento saludable, duradero y compartido. El incremento de la productividad, coincidieron los panelistas, es clave para que la región sea competitiva y atraiga inversión.
“Se acabó la fiesta”, señalaba en la primera mesa redonda Mario Blejer, antiguo gobernador del Banco Central de Argentina. A partir de ahí, dijo que se puede discutir todo lo que se quiera sobre quién la aguó. David Lipton, segundo de Christine Lagarde en el FMI, separó los problemas en dos bloques. Por un lado, lo atribuyó a un clima externo menos favorable por la caída de las materias primas, la normalización monetaria en EE UU y la debilidad en China y Europa.
Por otro, están los problemas internos de algunos países. En concreto citó que tres de las economías más importantes de la región -Brasil, Venezuela y Argentina- estén en recesión. La previsión del FMI es que el conjunto de América Latina crezca por debajo del 1% este año antes de repuntar en 2016. Será, por tanto, el quinto año de desaceleración. Lipton insistió en el discurso de apertura del evento que la región “no puede permitirse ahora perder todo lo ganado”.
El FMI espera que el precio de la energía y de las materias primas se estabilice, pero seguirá muy por debajo de lo que se vio en 2011 y eso se está traduciendo en menos ingresos para algunos países. Guillermo Ortiz, exgobernador del Banco de México, señaló que los países que más sufren son los que están más al sur del continente, por sus vínculos con China. Los que están más al norte, están logrando aprovechar el tirón del crecimiento en Estados Unidos.
Aún así, calificó el crecimiento en México de “decepcionante”. “En realidad lo es en todo el mundo”, añadió, a la vez que dijo que se está viviendo una situación sin precedentes. El contexto actual, como señalaron los intervinientes, es de gran complejidad por la multitud de factores en juego. Pero también señalaron que hay un potencial sin usar, que no se está aprovechando para apoyar el crecimiento y que puede aflorar si se diversifica su economía.
Colchón insuficiente
Las prioridades no son nuevas, como indicó Lipton al mencionar la modernización de las infraestructuras, la mejora de la educación, la diversificación de la capacidad productiva o el reforzamiento de los lazos comerciales en la región. Blejer añadió que el problema es que durante el último periodo de expansión no se utilizó el viendo favorable para crear “colchones monetarios y fiscales” suficientes para poder superar ahora esta fase de crecimiento mediocre.
Armanio Fraga, expresidente del Banco de Brasil, señaló que la región es muy diversa y siempre se corre el riesgo de generalizar. Admitió en todo caso que “es difícil pensar en el futuro” en el clima actual por el que atraviesa la mayor economía de la región. En su caso ve una falta de convicción por cambiar las cosas. La dinámica es aún más peligrosa en Argentina y Venezuela, como señaló Charles Collyns en el debate, economista jefe del Institute of International Finances.
El exgobernado del banco central argentino cree que la solución pasa sobretodo por recuperar la confianza y eso, dijo, “hay que trabajárselo mucho”. El gran problema de Argentina, indicó, es la caída de la inversión extranjera. “Hay que recuperarla para volver a poder crecer, da igual quién gane las elecciones”, insistió. Esa prioridad, como señaló Alejandro Werner, director del FMI, se puede hacer extensible a toda la región en el marco de la nueva estrategia.
Baja productividad
Joaquim Levy, ministro finanzas Brasil, admitió que la situación general es compleja pero señala que «hay margen para mejorar», y hacer las cambios para que sean «permanentes». José Viñals, director de mercados de capitales en el FMI, destacó que el gran reto al que se enfrenta América Latina es la baja tasa de productividad y en este sentido trazó una comparación con el sólido crecimiento de los países emergentes en Asia. Era su manera de defender un mayor avance en las reformas estructurales, una petición que hace el organismo desde hace tiempo.
Es el mismo problema que resaltaron Shannon O´Neil, del Council on Foreign Relations, y Santiago Levy, del Banco Interamericano de Desarrollo. Ambos destacaron la importancia de que se mejore la calidad de la educación si realmente la región quiere ser en el futura competitiva en paralelo a una reforma del mercado laboral. O´Neil recordó que las empresas tienen grandes problemas para encontrar mano de obra calificada. El responsable del BID señaló que esto a su vez desincentiva la inversión. «Tenemos que ser mejores en lo que hacemos», añadió el ministro brasileño.
En palabras de Andrés Velasco, de la Universidad de Columbia, la región tiene un problema al gestionar la prosperidad a su disposición, aunque señaló que se están haciendo progresos. Pero también indicó que el paso de ser una economía de renta media a una alta es de gran complejidad. Como insistió Joaquin Levy, construir la economía del futuro llevará tiempo. El hecho de que haya ataduras sistémicas, indicó Velasco, no significa que haya que darse por vencido.
El debate servirá de base de cara a la próxima reunión anual del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial que celebrarán en Lima, el próximo octubre. Los puntos de preocupación son los mismos que se abordaron en la primera conferencia celebrada en Santiago de Chile en diciembre pasado. El reto, como concluyó David Lipton, “no es trivial”. Estaba previsto que Christine Lagarde, hubiera pronunciado unas palabras al inicio pero sigue dedicada a la solución de la crisis griega.
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