Francisco de Narváez anunció ayer que no se presentará para disputar la gobernación bonaerense tal como lo hizo en 2011, cuando fue derrotado ampliamente por Daniel Scioli.

“Depende de Mauricio Macri y de Sergio Massa ponerse de acuerdo para derrotar al kirchnerismo como lo hicieron en 2013 y para facilitar ese acuerdo retiro mi candidatura a gobernador de Buenos Aires”, explicó al periodista Alfredo Leuco, por Radio Mitre, quien sólo atinó a decir “¡epa!”, sorprendido por la primicia conseguida apenas empezaba la entrevista.

La candidatura en el primer distrito electoral del país (y que implica el 39% del padrón nacional) de De Narváez había empezado a flaquear antes de la declinación formalizada de ayer.

El fin de semana pasado, durante el encuentro de dirigentes massistas y delasotistas realizado en la Sociedad Rural del Palermo, ya había trascendido que De Narváez “ponía a disposición su candidatura” en el caso de que su figura fuera un escollo para firmar “un acuerdo opositor amplio”.

Siguiendo esa línea, ayer De Narváez argumentó que se bajaba para facilitar un acuerdo entre Massa y Macri. Pero hay otra versión, surgida desde su mismo entorno, que ubica a la decisión de De Narváez mucho más próxima a la especulación política que a una renuncia altruista y desinteresada.

“El Colorado no va estar poniendo dinero en la campaña para salir tercero o cuarto como le pasó en 2011 y 2013”, se sinceró alguien del entorno del empresario frente a la sostenida caída en las encuestas de Massa que, por estos días, debe definir si se mantiene en la pelea o se baja y compite por la gobernación bonaerense, aliado a Macri, como le piden muchos.

También se admitió que el grave episodio ocurrido días atrás cuando De Narváez golpeó al director de un portal de noticias poco colabora con sus aspiraciones electorales.

A principios de enero, De Narváez sellaba un acuerdo con Massa para incorporarse al Frente Renovador. Aquel anuncio fue hecho por José Eseverri, intendente de Olavarría, quien acaba de dejar el massismo para volver al Frente para la Victoria y decir que Randazzo es un muy buen candidato a presidente.

Algunos interpretaron como una gran incorporación la llegada de De Narváez al Frente Renovador. Darío Giustozzi, Felipe Solá, Gustavo Posse (intendente de San Isidro) y Mónica López (diputada bonaerense) eran por entonces los precandidatos para la gobernación.

El ingreso de De Narváez sólo provocó recelos internos. Solá se tragó el enojo por tener que volver a convivir con un viejo enemigo político. Posse decidió romper.

A principios de mayo, Giustozzi, fundador del espacio y jefe del bloque de diputados, también se fue. Mónica López no asoma como una candidata de peso para el principal distrito electoral. Con su renuncia, De Narváez, aun cuando dijo ayer que continuará apoyando a Massa, pareció debilitar la posición del líder del Frente Renovador.

“Sé cómo se gana en la provincia y sé cómo se pierde; ninguna fuerza de la oposición sola puede derrotar al kirchnerismo. Dividir es jugar para Cristina”, dijo ayer De Narváez, remarcando que está a favor de que Massa y Macri se unan. Pero ¿es posible esto con la terminante definición que dio Macri en apoyo a su candidata bonaerense del Pro? “Si me llama Sergio Massa le digo no, gracias, mi candidata (para la provincia) es María Eugenia Vidal”, avisó el jefe de gobierno porteño

En el macrismo se insiste en que no harán alianzas con dirigentes que hayan tenido relación con el kirchnerismo en estos 12 años de gobierno.

Massa pasó el jueves por Córdoba y repitió que no baja su candidatura presidencial. Otros especulan con que podría volver sobre sus dichos, ser candidato a gobernador bonaerense y apoyar a De la Sota en sus aspiraciones presidenciales, dentro de UNA.

Ayer, Massa resolvió levantar una reunión con los intendentes bonaerenses que le siguen fieles. “El martes hará un anuncio”, dicen a su alrededor. Al otro día, vence el plazo para inscribir las alianzas.

Ratificó a Vidal y ubicó a Reutemann

El precandidato presidencial del Pro, Mauricio Macri, volvió a descartar una alianza con el Frente Renovador, al asegurar que si el diputado Sergio Massa lo llama para ir en una lista única como gobernador bonaerense, le dirá que “no”, porque su postulante es la vicejefa de la Ciudad, María Eugenia Vidal.

“Nosotros hemos marcado el camino desde el día cero. Lo marcamos cuando dijimos que Argentina necesita un cambio”, sentenció Macri, quien sostuvo que la alianza que había sellado en las elecciones parlamentarias de 2013 con Massa “fue circunstancial” para “poner un freno a la reforma constitucional que impulsaba el Gobierno”.

En este sentido, sostuvo que al día siguiente de esa elección la alianza “se terminó” porque desde el Pro no creían que en el Frente Renovador estuviera “el cambio de verdad”.

En declaraciones a radio Mitre desde Rosario, enfatizó que “no hay ninguna conversación formal con el Frente Renovador” y agregó que “es una lectura equivocada” pensar que la única forma de ganarle al kirchnerismo es llevando a Massa en la lista bonaerense.

Macri fue ayer a Rosario para anunciar que Carlos Reutemann será candidato a senador nacional en Santa Fe por el Pro en las elecciones de octubre, descartando así la posibilidad de que sea su vice. En este sentido, ratificó que continuará transitando “la tercera vía” en la política argentina.