- Empresas españolas como Thales fabrican y prueban en entornos extremos componentes para las futuras misiones de exploración europeas
- En 2014 las empresas aeroespaciales de España facturaron 700 millones y emplearon a 3.384 personas
Pero antes de viajar al espacio y con años de antelación, hay que someter a todos los equipos a duras pruebas:«Tenemos que ser capaces de demostrar que los componentes serán capaces de aguantar las condiciones que encontrarán durante la misión», explica José Felipe González, ingeniero de diseño de electrónica de Thales Alenia Space España junto al controlador de un motor como el que irá ensamblado en el rover Exomars.
En el caso de Marte, añade su colega Elisa Torres, ingeniera de componentes, además de aguantar la intensa radiación, los equipos deben ser capaces de resistir temperaturas extremas. Para testarlos, literalmente, los meten en hornos. «Sometemos a los equipos a temperaturas de entre -130º C y 70º C, aunque en Marte el rango de temperaturas que tendrá que soportar oscila entre -90 y 20 ºC aproximadamente», explica mientras visitamos la exposición Technoday 2015 en la que esta empresa presentó esta semana sus innovaciones en tecnología espacial. Uno de esos componentes colocados en el exterior del vehículo Exomars y, por tanto, más vulnerables al entorno hostil de Marte, se llama ADE (Actuator Drive Electronics). «Controla el despliegue de los paneles solares del rover, el mástil de la cámara y el movimiento de las ruedas del vehículo», explica Torres.
En la sede de Tres Cantos (Madrid) tienen la sala limpia en la que se realizan las pruebas de sus equipos en los distintos recintos que la conforman y en los que la temperatura, la humedad, la presión y las partículas en el aire están controladas para que la atmósfera no altere los delicados componentes. El satélite Meteosat de segunda generación todavía no ha sido lanzado pero aquí nos encontramos ya con piezas del Meteosat de tercera generación, que están siendo testadas.
A la hora de diseñar los componentes espaciales, «el peso está siendo un asunto clave», relata Ángel Álvaro Sánchez, responsable de I+D de Thales. «Subir un kilo a Marte es muy caro, así que todo lo que vaya encaminado a reducir masa es una prioridad», añade el ingeniero mientras muestra algunos de los componentes internos que están fabricando para las naves europeas que explorarán otros planetas.
«Es uno de los parámetros más importantes en costes espaciales», afirma José Antonio Álvarez de Arcaya, director comercial de Thales España. «Reducir la masa permite reducir el coste del lanzamiento, que puede llegar a suponer el 50% de la misión». De ahí la importancia de apostar por la miniaturización de los componentes.
«Normalmente hacemos investigación aplicada. Cogemos tecnología que existe en otros ámbitos, como tecnología óptica o fabricación 3D, e intentamos ver si podrían aplicarse en un satélite. No podemos invertir en todo. Hacemos una selección de las que nos parecen más prometedoras», señala Sébastien Clausse, director técnico.
Plataforma en la que se simulan las vibraciones que experimentará un componente durante el lanzamiento espacial. ÁNGEL NAVARRETE
Tras dos años de incertidumbre y preocupación ante la significativa reducción del presupuesto que España destinó a los programa opcionales de la ESA en 2012, y que se traduce en contratos para las empresas aeroespaciales del sector, el aumento de la inversióndurante la última reunión interministerial de los países miembros de la Agencia Espacial Europea (ESA), celebrada en Luxemburgo el pasado diciembre, ha sido acogida con alivio en el sector.
«La inversión institucional es clave porque nos sirve como palanca para seguir exportando tecnología», apunta Álvarez de Arcaya. «Para nosotros, la inversión de España en la ESA en la última interministerial estuvo bien a nivel global y mal en los programas de observación de la Tierra y telecomunicaciones, donde hubiéramos querido una contribución mayor», añade.
Según las cifras de 2014 que ayer presentó TEDAE, la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Aeronáutica, Defensa y Espacio, la facturación de sus compañías en el sector aeroespacial ascendió a 700 millones de euros, una cuantía similar a la del ejercicio anterior. La inversión en I+D+i se situó en el 12%, mientras que las empresas emplearon a 3.384 personas. Según señala en una nota de prensa el presidente de TEDAE, Adolfo Menéndez, haber recuperado el nivel de inversión pública en la ESA abre oportunidades que se están concretando ya en las empresas. «A partir del próximo ejercicio esperamos empezar a notar la recuperación de la contribución a la ESA, que consideramos que debería situarse en torno al 8%», señala Menéndez.
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