Cada 17 de mayo se celebra el Día del Horticultor en todo el mundo como homenaje a las personas que trabajan en la propagación de las plantas, mejora de las cosechas, abonos de las plantas e ingeniería genética, bioquímica de la planta, fisiología de la planta, y el almacenaje, procesado, y transporte de frutas, bayas, frutos secos, verduras, flores, árboles, arbustos, y césped.
Los horticultores mejoran el rendimiento de las cosechas, su calidad y su valor nutricional, su resistencia a los insectos, enfermedades, y a los cambios ambientales. Se utiliza la Genética como una herramienta fundamental en el desarrollo de plantas que pueden sintetizar moléculas químicas que se pueden emplear en la lucha contra enfermedades, incluido los cánceres. Un horticultor es multifacético, es técnico, artista, apasionado, observador, creador, poeta y sobre todo paciente. El horticultor recoge en su cosecha la vida que dio cada día, minuto a minuto en atención y dedicación en cada cuidado y detalle por sus plantas.
Etimológicamente la horticultura procede de las palabras del latín hortus que significa jardín, huerta, planta y de cultura “cultivo” clásicamente significaba como el cultivo en huertas; el término se aplica también a la producción de hortalizas e incluso a la producción comercial moderna.
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