A raíz del atraso cambiario y la presión tributaria, en el primer trimestre de este año las economías regionales entraron en terapia intensiva. De acuerdo a un relevamiento de 22 productos elaborado por la consultora NoaNomics, 18 de ellos registraron importantes retrocesos durante el período, con caídas que llegan hasta el 85% en comparación con 2014.
Las únicas excepciones de esta contracción generalizada son las legumbres, el algodón, la naranja y la uva, con avances del 133, 106, 16 y 14 por ciento, respectivamente.
Pero ni siquiera estos números son para festejar. En el primer caso, el resultado es explicado fundamentalmente por el poroto alubia, que evidencia un importante stock aún sin vender de la campaña anterior. En cuanto al algodón, hay que tener en cuenta que se parte desde niveles bajísimos del año pasado, que otorgan una base de comparación muy deprimida, lo que infla el porcentaje de crecimiento experimentado en el primer trimestre de 2015.
Según el trabajo elaborado por el economista Félix Piacentini, “el panorama es ciertamente alarmante”. “Las cantidades exportadas de limones retrocedieron un 85%, siguiendo las de manzanas y mandarinas con un 48% y 47% respectivamente”, enumera el documento. Por su parte, las ventas externas de peras sufrieron un repliegue del 28% en su volumen.

“Así, los cítricos del NOA y las frutas del Comahue han sentido un fuerte impacto sobre estas producciones tan dinamizadoras de sus economías locales”, advierte el reporte de NoaNomics.
Estas ventas corresponden a los complejos exportadores extrapampeanos. Se trata de producciones localizadas que no son comunes a gran cantidad de provincias. Si bien su peso sobre el producto total y las exportaciones no tiene tanta magnitud, sí son una fuente importante de empleo para los distritos.
En el noreste las cosas tampoco están mucho mejor. Los despachos forestales típicos de esta zona se desplomaron un 39% durante los primeros tres meses del año. En tanto, el té y la yerba mate en esas provincias redujeron sus ventas al exterior en 16 y 13 por ciento, respectivamente.

Por su parte, la exportación de tabaco del Noroeste cayó un 25%, y de la miel un 21%.
“Los lácteos de la zona central del país padecen bajas del 25% en sus exportaciones de leches y quesos, retrocediendo también los pollos el 28% y los cueros y pieles un 23%”, puntualiza el informe.
El ajo de cuyo también registró un descenso del 8%, y hasta las industrias pesqueras del sur vendieron menos que el año pasado durante el primer trimestre: sus volúmenes bajaron un 15% en los mariscos y un 8% en los pescados.
Las causas
Para NoaNomics, “los factores que explican resultados tan sombríos son los mismos de siempre, pero se agregan nuevos que producen una combinación que contribuye a lo que algunos podrían llamar la ‘tormenta perfecta’”.
“El tipo de cambio ‘electoral’ atrasado, las retenciones a las exportaciones combinadas con costos crecientes en dólares y una carga fiscal nunca vista ya de por sí configuran un cocktail complicado”, explica el documento. A eso se le sumó el efecto nocivo de los cambios en el contexto financiero internacional. “Si se le agrega a este mix un dólar más vigoroso frente a todas las monedas y commodities con menores precios que el año pasado, se entiende por qué las exportaciones de producciones regionales se han desplomado”, añade.
“También dentro del menú de problemas preexistentes se encuentra la presión fiscal récord, que ya suma 35% del PBI si se considera la nacional más provincial (y todavía faltaría sumar la municipal) y el persistente y cada vez mayor atraso en el reintegro del IVA a las exportaciones (sumando el de los reintegros de retenciones a las exportaciones para algunos casos)», afirma el trabajo.
Los números oficiales dan muestra de estas demoras: «en los primeros 3 meses este atraso se agudizó en relación al mismo lapso de 2014, pasando los reintegros de representar el 1,8% de la recaudación bruta del IVA a tan sólo el 1,5% (aproximadamente $ 1.500 millones)», detalla el reporte. Puesto de otro modo, los reintegros tan sólo representan el 6,5% del total de IVA generado por las exportaciones durante el primer trimestre.

“A su vez, la política de utilizar el tipo de cambio como ancla nominal para controlar la inflación y estimular el consumo por la doble vía de una inflación desacelerándose que mejora el salario real y un abaratamiento de los bienes transables, no permite vislumbrar que el deterioro de la competitividad de las economías regionales se revierta durante 2015 sino todo lo contrario”, pronostica Piacentini.
El especialista salteño plantea que “en realidad una recomposición del salario real sólo a costa de una desaceleración pasajera de la inflación, y no por incrementos genuinos de productividad, no hace más que incrementar el costo laboral real en dólares de las producciones que compiten en el mundo y/o recorta su rentabilidad”.

“En el futuro cercano alguno de los ingredientes de este cocktail tendrá que cambiar porque las economías regionales ya no resisten otro round como el que tienen que pelear en el 2015”, sentencia en el texto.