El pan forma parte indisoluble de la cultura de las distintas civilizaciones, y ha sido el alimento más consumido desde la Antigüedad.

Descubrir que una masa de agua, sal y harina puede fermentar, y que al ser horneada origine algo tan sabroso y nutritivo, constituyó el primer proceso biotecnológico del que tengamos memoria.

Hay otros procesos biotecnológicos de los que hacemos uso desde siempre, aunque muchas veces no tengamos noción de cómo se han logrado: los quesos, la cerveza, el vino, el yogurt, y otros tantos alimentos que forman parte de nuestra vida diaria.

 Con el aumento de los conocimientos, muchos otros procesos biotecnológicos han ayudado a mejorar nuestras condiciones vida: las vacunas, distintos medicamentos, otras maneras de producir los alimentos, etc.

 En el campo de la producción agrícola, por ejemplo, el descubrimiento de la fijación de nitrógeno por bacterias del género Rhizobium permitió favorecer y mejorar dicho proceso.

Algo similar ocurrió con las micorrizas, hongos que viven en mutualismo con muchas especies de plantas, con beneficios para ambas.

 La producción de fibras textiles de diferentes orígenes, de plásticos biodegradables y de biocombustibles son otras aplicaciones de la biotecnología.

Recientemente, se ha incorporado otro proceso biotecnológico muy diferente de los anteriores: la ingeniería genética, donde se utilizan virus y otros organismos para transferir material genético de una especie a otra, con vistas a obtener individuos con características noveles como tolerancia a herbicidas y resistencia a plagas.

Y qué es biotecnológico y qué no lo es?

De una manera sencilla, la biotecnología es la tecnología basada en el uso de organismos vivos, e involucra muy diversas ciencias como la bioquímica, la genética, la virología, la agronomía, la ingeniería, la física, la medicina y la veterinaria, entre otras.

De manera más formal, el Convenio sobre Diversidad Biológica de 1992, la define como «toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos».

Vivimos en un mundo biotecnológico aunque no tengamos demasiada conciencia de ello.

Es conveniente estar informados acerca de los mismos ya que afectan nuestra vida, y, a veces, nuestra salud.