A través del decreto 386, con fecha 6 de marzo pero publicado este lunes 4 de mayo en el Boletín Oficial, Francisco Pérez declaró la emergencia aluvional en Mendoza.
La medida obedece a las intensas tormentas que azotaron a la provincia entre febrero y marzo pasados, que provocaron inundaciones y generaron “situaciones de riesgo, de daños, de anegamientos, erosiones y depósitos de sedimento”, según se indica en la norma que lleva la firma del gobernador y el ministro de Infraestructura Rolando Baldasso.
Con la formalización de la emergencia, el Ejecutivo podrá, a través de la dirección de Hidráulica, ejecutar “obras, acciones y medidas tendientes a su mitigación” y contratar personal y empresas, sorteando diferentes trabas administrativas, ya que lleva el carácter de urgente.
La decisión del gobernador es fundamentada en el Boletín “por la amplitud de las zonas afectadas, la capacidad de algunas de las actuales defensas aluvionales y desagües pluviales se han visto superadas en su capacidad, dando origen a complejos inconvenientes a la población, infraestructura, viviendas y servicios” y en base a ello “surge la necesidad de realizar trabajos en el reacondicionamiento de la red de cauces aluvionales y desagües que, de no efectuarse, elevarían el grado de riesgo en caso de nuevas tormentas de las magnitudes ocurridas”.