- La manifestación, de carácter pacífico inicialmente, estaba convocada contra la Expo
- Unos 500 antisistema, con el rostro cubierto y vestidos de negro, ejercen la violencia
- Una decena de italianos han sido arrestados y 11 agentes de la policía resultaron heridos
- Los «black bloc» incendiaron varios vehículos y destrozaron mobiliario urbanoManifestaciones Milán El Mundo
Medio millar de manifestantes antisistema han mantenido durante horas la ciudad de Milán en un total caos en los fuertes enfrentamientos con la policía , fueron desplegados más de 2.000 agentes provistos con cascos y escudos, en una protesta que comenzó de forma pacífica y, de hecho, su cabecera recorrió el centro de Milán sin que se produjera ni un solo disturbio.
Los antisistema, con el rostro cubierto y vestidos de negro, se encontraban en la parte final de una manifestación que, pacíficamente, pretendía mostrar su rechazo a la Exposición Universal, bajo el lema «Expo: deuda, cemento y precariedad».
Sin embargo, los encapuchados, pertenecientes según los medios italianos a los conocidos como «black bloc», comenzaron a lanzar piedras y petardos contra los policías en la calle Magenta y han ocasionado importantes daños materiales.
Fuentes de la Jefatura de Policía de Milán informaron de que «una decena» de manifestantes, todos ellos italianos, fueron trasladados por las fuerzas del orden a dependencias policiales.
Por el momento, las autoridades están valorando «la posición jurídica» de seis de los arrestados, es decir, si se dan las condiciones para denunciarles, informa Efe.
Asimismo señalaron que un total de 11 agentes resultaron heridos leves tras los disturbios: siete carabineros (policía militarizada) y cuatro policías.
Los agentes en un primer momento respondieron con el empleo de agua a presión pero, al intensificarse los ataques de los antisistema, lanzaron gases lacrimógenos. Asimismo cerró al tránsito algunas calles, colocando furgonetas policiales en medio de la calzada, para evitar que los violentos pudieron continuar arrasando la ciudad.
Esto hizo que la manifestación se dispersara y que los antisistema, encapuchados, se atrincheraran en las proximidades de la vía Giosué Carducci, donde, según difunden las televisiones locales,incendiaron varios vehículos, sobre todo los de lujo, y destrozaron mobiliario urbano.
La calle quedó tan envuelta en llamas que resultaba difícil identificarla. A media tarde, varias columnas de humo negro se elevaban desde el centro de Milán.
Las televisiones locales difunden imágenes de los destrozos provocados en esta zona del norte de Milán, con macetas volcadas, muros pintados con lemas como «No Expo» o «Expo = mafia», puertas y ventanas reventadas y numerosos vehículos en llamas.El caos fue tal que el metro dejó de detenerse en algunas paradaspor razones de seguridad y para evitar que los pasajeros pudieran bajarse en la zona de los disturbios.
Uno de los vehículos incendiados se encontraba aparcado frente al santuario dominico de Santa María de las Gracias.
Asimismo lanzaron piedras, botellas, petardos y otros artefactos incendiarios contra varios edificios, lo que causó varios incendios y uno de ellos devastó una sucursal de la Banca Nazionale del Lavoro (BNL).
La lucha duró poco más de hora y media y, a su término, se pudo ver la imagen de una de las calles cubierta por un sinfín de prendas de vestir negras, de las que los antisistema se desprendieron para pasar desapercibidos y escapar.
Además pudieron verse las improvisadas armas que emplearon durante los enfrentamientos, como escudos, picos caseros o cócteles molotov.
Algunos de los encapuchados, italianos como procedentes de diferentes países, se desplazaron a las proximidades de la estación ferroviaria Cadorna, cuyos accesos fueron blindados por los policías.
La tensión fue en aumento durante las últimas horas y las autoridades ya contaban con la presencia de estos grupos violentos que, al parecer, actuaron por separado y divididos en grupos.
El Ministerio del Interior italiano había anunciado una ampliación de las medidas de seguridad en la capital lombarda, que cuenta concerca de 5.000 agentes, algunos de ellos de paisano.
Tras la huida de los violentos, fueron los propios vecinos de los barrios afectados quienes salieron a la calle para limpiar y repararen la medida de lo posible los cuantiosos desperfectos provocados.
El alcalde de la ciudad, Giuliano Pisapia, llamó a las fuerzas del orden a «aislar, identificar y castigar a estos delincuentes que están devastando la ciudad».
Contra el derroche
Mientras en el recinto de la Expo, que se sitúa a las afueras de Milán, en el noroeste -aunque se puede llegar en metro-, la actividad continuó con total normalidad. El evento se inauguró este viernes por la mañana con una ceremonia mediocre a la que asistió Matteo Renzi, que se mostró apocalíptico. «Empieza nuestro futuro», declaró, como si de la Expo dependiera el porvenir del país.
En la ceremonia también participó el papa Francisco a través de una teleconferencia desde el Vaticano. El pontífice se mostró crítico con una exposición cuyo objetivo es defender el desarrollo equitativo y alimentación sostenible -el tema de la muestra es Nutrir el planeta, energía para la vida- y que, en cambio, dijo, fomenta «la cultura de la abundancia y el derroche». El Papa no pudo dar mayor sopapo, y encima ante las autoridades presentes, a un evento que durará seis meses, en el que participan más de un centenar de países, y cuenta con 140 pabellones. Este viernes ya acudieron 200.000 visitantes, yse han vendido diez millones de entradas.
Los visitantes se mezclaban con enviados de medios de comunicación de todo el mundo y trabajadores del recinto, mientras que en la ciudad, a unos kilómetros de distancia, se produjeron desde primera hora de la tarde violentos enfrentamientos de antisistema, opuestos al evento, contra las fuerzas de seguridad.
Renzi también lanzó un ataque a los pesimistas que aseguraban que Milán «nunca conseguiría» tener todo a punto para la fecha inicial de la Expo, debido a la polémica surgida por los numerosos retrasos que han sufrido las obras. De hecho, en algunos pabellones se continúa trabajando y solamente están abiertos parcialmente al público.
El movimiento black bloc (bloque negro) es una forma de reivindicación violenta surgida a finales de la década de 1980 y de ideología anticapitalista.
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