No atrasará ni adelantará un solo segundo en unos 15.000 millones de años -más o menos la edad del Universo-, una precisión casi inimaginable, pero que ahora es realidad gracias a las modificaciones que se han introducido a un reloj atómico de estroncio.
Científicos del Instituto Nacional del Estándares y Tecnología (NIST) de Estados Unidos han logrado con sus últimas modificaciones que el reloj gane en precisión y estabilidad, según un artículo publicado por Nature.
La cronometría tiene gran importancia en las comunicaciones avanzadas, las tecnologías de posicionamiento satelital -el GPS- y otras muchas tecnologías, recordó en un comunicado el NIST.
Además, este reloj de altísima precisión tiene otras aplicaciones más allá de dar la hora, por ejemplo, para altímetros basados en cambios de la gravedad y experimentos sobre las correlaciones cuánticas entre átomos, recuerda la agencia EFE.
El reloj creado por el JILA (un instituto conjunto del NIST y la Universidad de Colorado) es ahora «tres veces mas preciso que el año pasado, cuando ya fijó un récord mundial», lo que le permite medir cambios diminutos en el paso del tiempo y la fuerza de la gravedad a alturas ligeramente diferentes.
Einstein ya había predicho esos efectos en su teoría de la relatividad, lo que significa, entre otras cosas, que los relojes caminan más rápido en elevaciones mayores, recuerda el artículo.
La explicación de toda esta precisión de récord se debe a que los científicos «toman literalmente la temperatura» ambiental de los átomos.
Para ello, dos termómetros especializados, calibrados por investigadores del NIST, se insertan en una cámara de vacío que encierra un nube de átomos de estroncio confinados por láseres.
Ahora «podemos medir el desplazamiento gravitatorio cuando se levanta el reloj solo dos centímetros por encima de la superficie de la Tierra», explicó Jun Ye del JILA/NIST.
Además, consideró que con este nuevo avance están muy cerca de poder «ser útiles para la geodesia relativista», que es la idea de usar una red de relojes como si fueran sensores de gravedad para realizar mediciones de precisión en 3D de la forma de la Tierra.
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