Una vez más, la Catedral San Rafael Arcángel fue víctima de un hecho de inseguridad, cuando autores desconocidos violentaron todas las alcancías y se llevaron las donaciones de los fieles.

El padre Luis Facello, uno de los sacerdotes que vive y trabaja en ese templo, explicó que durante los últimos meses han sufrido distintos robos, lo que incluso los obligó a colocar alambres de púa sobre una de las medianeras del patio ubicado junto al templo. “Entraron por una ventana de la casa de los curas, eso nos obligó a poner esos alambres. Parece un campo de concentración”, se lamentó.

 Les han robado una moto, una bicicleta, forzaron la puerta de vehículos estacionados en el predio que hay detrás de la Catedral (sobre calle Alsina). Recientemente robaron la cartera de una secretaria y un bolso que un fiel descuidó dentro del templo mismo. Además, intentaron (afortunadamente sin éxito) abrir el mueble donde se guarda el equipo de audio.

 Después de las 13, la Catedral se cierra para volver a abrirse en horas de la tarde. Este miércoles, los delincuentes se quedaron dentro, escondidos, y aprovecharon la siesta para abrir todas las alcancías rompiendo los candados y quedarse con el dinero que dejan los fieles.

 Facello señaló que, además de un robo, en este caso se trata de un verdadero sacrilegio, no solamente por tratarse de un templo religioso, sino además, porque una de las alcancías tenía el dinero de quienes dejan junto a la misma, las cenizas de sus seres queridos.